Los restos de ETA: 26 terroristas huidos, 315 atentados por aclarar y 206 presos
Polic¨ªa y Guardia Civil siguen persiguiendo a etarras fugados y vigilando a la disidencia de la banda
¡°ETA ha desaparecido, s¨ª, pero las investigaciones sobre sus actividades no est¨¢n cerradas¡±, destaca un alto mando de la Comisar¨ªa General de Informaci¨®n de la Polic¨ªa Nacional, encargada de la lucha antiterrorista. Con id¨¦ntica firmeza se pronuncia un jefe del Servicio de Informaci¨®n de la Guardia Civil: ¡°La ETA de los comandos ya no existe, pero a¨²n nos queda trabajo¡±. Diez a?os despu¨¦s de que la organizaci¨®n terrorista hiciese p¨²blico el comunicado por el que anunciaba ...
¡°ETA ha desaparecido, s¨ª, pero las investigaciones sobre sus actividades no est¨¢n cerradas¡±, destaca un alto mando de la Comisar¨ªa General de Informaci¨®n de la Polic¨ªa Nacional, encargada de la lucha antiterrorista. Con id¨¦ntica firmeza se pronuncia un jefe del Servicio de Informaci¨®n de la Guardia Civil: ¡°La ETA de los comandos ya no existe, pero a¨²n nos queda trabajo¡±. Diez a?os despu¨¦s de que la organizaci¨®n terrorista hiciese p¨²blico el comunicado por el que anunciaba el ¡°cese definitivo¡± a su violencia, las fuerzas de seguridad detallan cu¨¢l es ahora su misi¨®n contra lo que queda de la banda.
Armas. Las fuerzas de seguridad intentan localizar los restos del arsenal de ETA. Los grandes zulos fueron localizados por la polic¨ªa y, en 2017, un a?o antes del anuncio de su disoluci¨®n, la organizaci¨®n facilit¨® la localizaci¨®n de otros dep¨®sitos. Sin embargo, a¨²n quedan, como lo ha demostrado el hecho de que, desde entonces, hayan aparecido en Francia escondites con armas aparentemente abandonados y que, por su tama?o, se sospecha que pudieran pertenecer a comandos que no recuperaron su contenido por temor a que estuvieran vigilados o, simplemente, porque se les olvid¨® su localizaci¨®n exacta. El alto mando policial destaca dos aspectos preocupantes: uno de esos zulos, hallado en 2019, ten¨ªa signos de haberse utilizado ¡°con posterioridad¡± a la disoluci¨®n de ETA. ¡°Adem¨¢s, a¨²n siguen sin aparecer 60 de las pistolas que la banda rob¨® en Vauvert [una f¨¢brica de armas francesa asaltada en octubre de 2006 por ETA de la que sustrajo 350 armas]¡±, recalca el comisario.
Huidos. Las webs de la Polic¨ªa y la Guardia Civil mantienen sendas p¨¢ginas en las que reclaman la colaboraci¨®n ciudadana para localizar a etarras huidos. La primera muestra las fotos de I?aki de Juana Chaos, Jos¨¦ Luis Eciolaza, alias Dienteputo, y Oier Aguidazu. El instituto armado a?ade a estos nombres los de Eneko Aguirresarobe y Anartz Arambarri. Todos ellos figuran con causas pendientes para la justicia, pero no son los ¨²nicos. Fuentes de la lucha antiterrorista detallan que hay 26 miembros de ETA buscados por hechos a¨²n no prescritos. De muchos se sabe su paradero, como el propio De Juana Chaos, que se le sit¨²a en Venezuela. Este pa¨ªs sudamericano es, con 13 etarras, el pa¨ªs preferido por los huidos, seg¨²n datos de Interior, aunque su extradici¨®n se ve como algo imposible por las reticencias del Ejecutivo de Nicol¨¢s Maduro. En Am¨¦rica tambi¨¦n hay fugados en Cuba, M¨¦xico, Uruguay y Brasil. El resto se reparte entre Francia y Suiza, detallan estas fuentes. Uno de ellos era Jos¨¦ Antonio Urrutikoetxea, Josu Ternera, detenido en una peque?a localidad de los Alpes, en mayo de 2019 cuando se hac¨ªa pasar por escritor. Llevaba 17 a?os huido.
Atentados sin resolver. La Asociaci¨®n de V¨ªctimas del Terrorismo (AVT) cifra en 315 los atentados de los que a¨²n se desconoce a los autores. Los resultados en los ¨²ltimos a?os de las fuerzas de seguridad ah¨ª est¨¢n. La polic¨ªa ha resuelto cuatro atentados que parec¨ªan condenados al archivo. Entre ellos, el del asesinato, en mayo de 2001 en Zaragoza, el presidente del PP de Arag¨®n y senador Manuel Gim¨¦nez Abad, con la detenci¨®n, en julio de 2020, de la antigua presa de ETA Miren Itxaso Zaldua. La Guardia Civil, que ha aglutinado esta labor en la llamada Operaci¨®n Damocles, ha elaborado m¨¢s de 160 informes periciales que han permitido condenar a m¨¢s de 40 terroristas en estos a?os. Entre ellos, a Sergio Polo y la dirigente etarra Soledad Iparraguirre, Anboto, autor material e inductora, respectivamente, del asesinato del comandante del Ej¨¦rcito de Tierra Luciano Cortizo en Le¨®n el 22 de diciembre de 1995.
Parte de ello fue posible gracias a los llamados papeles de Francia, la ingente documentaci¨®n acumulada por las autoridades de Par¨ªs durante a?os en su lucha contra el terrorismo de ETA que entreg¨® a Espa?a en 2016. ¡°A buena parte de ella ya hab¨ªamos tenido acceso gracias a la colaboraci¨®n judicial y policial, pero el an¨¢lisis conjunto de todo ello nos ha permitido abrir nuevas v¨ªas de investigaci¨®n¡±, admite el responsable de la Guardia Civil. Este oficial tambi¨¦n admite que en algunos casos tienen el ¡°convencimiento¡± de tener identificados a los autores de algunos de esos atentados, ¡°pero nos falta el elemento probatorio que permita a la justicia actuar¡±. Su compa?ero de la Polic¨ªa admite que es ¡°una labor complicada¡± por el tiempo transcurrido desde que se cometieron los asesinatos. ¡°Y por la falta de colaboraci¨®n de los terroristas¡±, a?ade la Guardia Civil.
Presos. En octubre de 2011, estaban encarcelados 703 miembros de ETA (559 en prisiones espa?olas y el resto en otros pa¨ªses, principalmente Francia). En la actualidad, son 206. De ellos, 184 en Espa?a y los 22 restantes en recintos penitenciarios galos. Un descenso que, sin embargo, solo refleja una parte del cambio vivido en este tiempo en este colectivo. Hace diez a?os, la dispersi¨®n penitenciaria era la norma y solo 15 reclusos de ETA estaban en prisiones del Pa¨ªs Vasco y Navarra. El resto estaba repartidos por Espa?a. En la actualidad, no queda ninguno al sur de Madrid, y 66 est¨¢n en c¨¢rceles de Euskadi y otros 13 de Navarra. Adem¨¢s, solo queda un preso etarra sometido al primer grado penitenciario, el m¨¢s duro, mientras que el 95% (174) est¨¢ en segundo grado, lo que les permite, por ejemplo, solicitar permisos; y nueve est¨¢n en el tercer grado o semilibertad. Hace 10 a?os casi todos estaban en el r¨¦gimen m¨¢s duro.
Fuentes penitenciarias apuntan que, en estos a?os, los dirigentes del colectivo de presos de ETA (EPPK en sus siglas en euskera) han pasado de hablar de amnist¨ªa y excarcelaciones masivas, a aceptar la legislaci¨®n penitenciaria, aspirar a disfrutar de permisos y reclamar lo que denominaban ¡°plan de reintegraci¨®n para la fase de excarcelaci¨®n¡±, para cuando queden en libertad. Incluso, en sus conversaciones se plantean buscar ¡°f¨®rmulas¡± para que los llamados ongi etorri (recibimientos de homenaje a los presos de ETA cuando salen de prisi¨®n) ¡°no sean hirientes para nadie¡±. Solo un n¨²mero reducido de los reclusos de la banda ¡ª¡±no m¨¢s de 10¡å, seg¨²n fuentes de la lucha antiterrorista¡ª siguen oponi¨¦ndose al fin de la violencia terrorista. Entre ellos, Patxi Ruiz, Aitor Cotano, Oskar Barreras, I?aki Bilbao Goikoetxea, Jos¨¦ Ignacio Cruchaga y Alberto Viedma.
Disidencia. No todo el mundo de ETA acept¨® la decisi¨®n de la organizaci¨®n de poner punto final a los atentados y disolverse. ¡°Una minor¨ªa no ha renunciado ni a los objetivos ni a los m¨¦todos de la banda¡±, se?ala un alto policial. En ellos han puesto los expertos de la lucha antiterrorista el foco en los ¨²ltimos a?os y han detectado una multitud de grupos heterog¨¦neos que surgen, se fusionan, se escinden y desaparecen o sobreviven con escasa repercusi¨®n. Ibil, ATA, GKS o Jardun son siglas a¨²n poco conocidas, pero que llevan tiempo apareciendo en los informes policiales. Los presos han sido el principal argumento que han esgrimido para atraer a los disconformes con el paso dado por ETA. ¡°El mayor repunte de violencia callejera se produjo, precisamente, durante la huelga de hambre del preso Patxi Ruiz [en mayo del a?o pasado, con pintadas a sedes del PNV y el PSE, la quema de alg¨²n cajero y el lanzamiento de pintura a la vivienda de la dirigente socialista Idoia Mendia], pero su intensidad es baja¡±, admite esta fuente, que se?ala que han detectado que algunos participantes se quejan, precisamente de eso, que la actividad de estos grupos se limita ¡°a concentrarse y hacer pintadas¡±.