Vox consigue que el PP le d¨¦ el marchamo de ¡°respetabilidad¡±
Abascal sacrifica su programa para conseguir que se le reconozca como partido de gobierno
Quienes esperan que Vox entre en el Gobierno de Castilla y Le¨®n como elefante en cacharrer¨ªa se equivocan. El estreno de la ultraderecha en responsabilidades de gobierno en democracia ¡ªhasta ahora no gobierna ninguna capital de provincia, ciudad importante, ni comunidad aut¨®noma, aunque sus disidentes est¨¢n en el Ejecutivo murciano¡ª ser¨¢ suave y silencioso. Vox ha renunciado a los puntos m¨¢s espinosos de su programa. Para lograr el acuerdo con el PP ha prescindido de su promesa de derogar la ley regional de violencia de g¨¦nero de 2010 (aunque se aprobar¨¢ una ley de violencia intrafamiliar) y el decreto auton¨®mico de Memoria Hist¨®rica de 2018. En cambio, no ha cedido un ¨¢pice en su exigencia de ocupar la vicepresidencia de la Junta, tres consejer¨ªas y la presidencia de las Cortes castellano-leonesas. E incluso ha amenazado con forzar una repetici¨®n de las elecciones auton¨®micas si no lograba sus objetivos.
Ser¨ªa injusto deducir que Abascal ha renunciado a su programa a cambio de los sillones. El presidente de Vox no ten¨ªa ning¨²n inter¨¦s personal en colocar al futuro vicepresidente castellano-leon¨¦s, Juan Garc¨ªa-Gallardo, a quien conoci¨® hace solo cuatro meses. Lo eligi¨® a trav¨¦s de un casting de candidatos, al margen de los procedimientos previstos en los estatutos del partido, pero podr¨ªa haberse decantado por cualquier otro. Entrar en el Gobierno de Castilla y Le¨®n ni siquiera formaba parte de los objetivos de Vox.
El objetivo casi ¨²nico de Abascal es llegar a La Moncloa. De presidente, si es posible. De vicepresidente, de entrada y como mal menor. El paso que ha dado Vox en Castilla y Le¨®n se subordina a este prop¨®sito. Si Abascal creyera que quedarse en la oposici¨®n en Castilla y Le¨®n es m¨¢s conveniente para preparar su futuro asalto al Gobierno de la naci¨®n no habr¨ªa dudado en hacerlo.
Pero lo m¨¢s conveniente ahora es ganar respetabilidad. Demostrar que no pasa nada porque la ultraderecha est¨¦ en el Gobierno. Que los funcionarios seguir¨¢n cobrando puntualmente su sueldo y los jubilados su pensi¨®n. Algunas asociaciones de ayuda a las mujeres maltratadas perder¨¢n probablemente las ayudas y, en cambio, recibir¨¢n subvenciones colectivos antiabortistas. Si Vox se hace con las consejer¨ªas de Salud y Educaci¨®n, la sanidad y la educaci¨®n p¨²blica sufrir¨¢n, pero el proceso ser¨¢ en general indoloro. Hasta las pr¨®ximas elecciones.
El empe?o de Abascal por entrar en el Gobierno de Castilla y Le¨®n solo se entiende porque su objetivo es romper el cord¨®n sanitario, normalizar la presencia de Vox al frente de las instituciones. Conjurar los temores que todav¨ªa despierta en buena parte de la sociedad espa?ola. Convencer al electorado, y en particular al nuevo l¨ªder del PP, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, de que no pasa nada por ir de su mano, meter a la ultraderecha en el Gobierno, hacerlo vicepresidente de Espa?a tras las pr¨®ximas generales. Ya tendr¨¢ tiempo entonces de aplicar su programa.
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