La lucha de Maider contra el ¡°secuestro¡± de su hija en Or¨¢n
Una madre de Vitoria apela a la diplomacia espa?ola para que la justicia de Argelia obligue a su expareja denunciada por maltrato a devolverle a la peque?a Amira
Amira era un beb¨¦ de cuatro meses cuando en mayo de 2018 parti¨® de Espa?a con sus padres rumbo a Argelia. Su madre, Maider Ortiz de Arri, vitoriana de 23 a?os, solo ha conseguido verla en los ¨²ltimos cuatro a?os en contadas ocasiones, siempre bajo vigilancia, con ayuda de un traductor de ¨¢rabe. No ha podido recuperarla, sigue retenida por el progenitor en aquel pa¨ªs. La justicia argelina concedi¨® la custodia de la menor (ahora tiene cuatro a?os) a su expareja, pese a que el juzgado de violencia de g¨¦nero de la capital alavesa le hab¨ªa retirado la patria potestad y contra ¨¦l se dict¨® una euroorden de detenci¨®n. Un vuelco judicial en el pa¨ªs africano y la presi¨®n diplom¨¢tica son las ¨²nicas esperanzas que Ortiz mantiene para ¡°liberar¡± a la ni?a y devolverla a su casa.
Reci¨¦n cumplidos los 17, esta vitoriana comenz¨® una relaci¨®n a mediados de 2016 con Mohamed El Habib Cherifi y un a?o despu¨¦s (el 17 de diciembre de 2017) dio a luz a Amira. El nacimiento de la peque?a fue un alivio en el calvario que viv¨ªa junto a ¨¦l. Ella no quiere remover aquellos episodios tormentosos y prefiere que lo haga su madre, Mar Robles: ¡°Mi hija tuvo que soportar gritos y agresiones desde el principio¡±. La vida de Ortiz se tuerce al poco de nacer su hija. No pone impedimento a viajar a Or¨¢n junto al ¡°maltratador¡± y el beb¨¦. ¡°Salieron el 1 de mayo [de 2018] y el 3 de mayo Maider nos llam¨® desde all¨ª llorando. Le estaba pegando. Ese d¨ªa su pareja le quit¨® a Amira de los brazos y le forz¨® a hacer las maletas. La llev¨® al aeropuerto y, bajo amenazas, le oblig¨® a regresar sola a casa. Maider no se pudo despedir de Amira¡±, relata la abuela.
Comienza entonces un largo y turbulento empe?o por recuperar a su hija. Ortiz denunci¨® a Cherifi por maltrato f¨ªsico y psicol¨®gico y por apartarla con amenazas de la menor. El juzgado de violencia de g¨¦nero dict¨® en enero de 2019 una orden de alejamiento contra ¨¦l, le prohibi¨® sacar a la peque?a del territorio nacional, le retir¨® el pasaporte y le neg¨® la patria potestad sobre la ni?a. Mar Robles asegura que, durante este periodo, la expareja ¡°ha tenido abandonada a Amira mientras ¨¦l ha seguido haciendo fechor¨ªas de todo tipo; no ha cuidado nunca de ella¡±. La menor tuvo que ingresar en un centro social de Or¨¢n por la falta de atenci¨®n de su progenitor.
Ortiz viaj¨® de nuevo a Argelia a finales de 2020 con la ayuda del Consulado espa?ol en Or¨¢n. Interpuso una denuncia en aquel pa¨ªs y logr¨® la asistencia letrada de una abogada nativa. Declar¨® durante dos horas y media en el juzgado en presencia de su ¡°agresor¡±, explica Mar Robles: ¡°Maider residi¨® aquel tiempo en el Obispado franc¨¦s, pero en un intento desesperado por recuperar a Amira, acept¨® vivir con ¨¦l [en Or¨¢n] mientras el juzgado resolv¨ªa la causa. Sufri¨® mucho durante aquellos casi siete meses de estancia en Argelia, pero lo compensaba con la satisfacci¨®n de visitar a su hija. Le daba de comer, la vest¨ªa, la dorm¨ªa¡¡± Pero en marzo de 2021 todo se le volvi¨® en contra nuevamente. Pese a que Ortiz aport¨® al juzgado informes psicosociales suyos y la resoluci¨®n judicial por malos tratos contra su expareja dictada en Espa?a, una jueza argelina otorg¨® la custodia al padre por el ¡°arraigo cultural¡± de la menor. En la resoluci¨®n pes¨® que Amira solo habla ¨¢rabe, tiene el primer apellido de su progenitor y la doble nacionalidad.
En mayo de 2021 Ortiz vuelve a llamar a sus padres. Desesperada, ruega que la saquen de all¨ª. No ha vuelto a ver a su hija, salvo en fotograf¨ªas. Una amiga saharaui de Vitoria le ayuda con el idioma para conectarse con los familiares de Cherifi que cr¨ªan a la peque?a. ¡°Amira vive sin padre ni madre,¡±, se lamenta Ortiz. No sabe el paradero de su hija, las comunicaciones entre ambas se cortaron hace ya algunos meses.
Unos a?os antes, Ana Rosa Castro sufri¨® otro tormento similar. Sufri¨® penalidades muy parecidas. Ambas no se conoc¨ªan, pero sus historias son coincidentes. Las dos son de Vitoria, se enamoraron muy j¨®venes de chicos argelinos y tuvieron descendencia con ellos. Fueron v¨ªctimas de malos tratos. Tambi¨¦n les fueron arrebatadas sus hijas con un patr¨®n calcado: los padres se las llevaron a Or¨¢n y permanecen all¨ª retenidas, ¡°secuestradas¡±, coinciden. No han podido recuperarlas. Las dos madres, por separado, han hecho esfuerzos ¨ªmprobos por devolverlas a casa, gastado cientos de euros, pero siguen separadas de sus peque?as.
Castro tiene 29 a?os y desde hace m¨¢s de siete no ha estado con su hija Mokhtaria Amira. Antes de alcanzar la mayor¨ªa de edad conoci¨® a su pareja, oriundo de Argelia, y a los cinco meses se qued¨® embarazada. En 2013 el padre fue condenado en Espa?a a tres a?os de c¨¢rcel por delitos de robos con violencia y atentado contra la autoridad. Fue entonces cuando aprovech¨® para sustraer a la peque?a, que ahora cumplir¨¢ 10 a?os. Tampoco sabe nada de ella y las posibilidades de recuperarla se esfuman.
Castro y Ortiz contactaron en 2018 a trav¨¦s de Facebook, pero no han vuelto a reencontrarse. A la primera le resulta muy triste refrescar lo sucedido: ¡°Yo no he solucionado nada debido a la mierda de justicia que tenemos en este pa¨ªs. La verdad es que mi caso no ha salido bien, ni va a salir bien. Creo que lo que yo pueda decirle a Maider no le va a ayudar en su caso. Son siete a?os y para m¨ª es un dolor tener que volver a hablar y recordar lo sucedido. Lo siento mucho¡±.
Ortiz no arroja la toalla. Ha recibido el apoyo del Ministerio de Asuntos Exteriores; del consejero vasco de Seguridad, Josu Erkoreka; del delegado del Gobierno en el Pa¨ªs Vasco, Denis Itxaso; y de otras autoridades. Mar Robles ha pedido al Parlamento vasco ayuda y ¡°protecci¨®n¡± para su hija y su nieta. Asuntos Exteriores asegura que el Consulado General de Espa?a ¡°est¨¢ al corriente¡± de este caso y est¨¢ ¡°asesorando y prestando asistencia consular¡± a la familia. El Gobierno aclara que su asistencia en Argelia debe producirse siempre respetando la normativa local y que no puede asumir la asistencia letrada que precisa la madre en aquel pa¨ªs. La familia conf¨ªa en que la v¨ªa diplom¨¢tica facilite el regreso a Espa?a de Amira. A la vez, sigue abierto el pleito en un juzgado de Or¨¢n, el ¨²nico resquicio que le queda para volver a tenerla entre sus brazos.
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