Ayuso defiende que Espa?a es una ¡°¨²nica naci¨®n¡± y Rueda reivindica la ¡°nacionalidad hist¨®rica¡± de Galicia
El presidente del PP carga contra la ¡°falta de coraje¡± de Vox para admitir que la supresi¨®n de las autonom¨ªas es ¡°una quimera¡±
El PP sigue enredado por el modelo territorial de Espa?a. Los populares han tropezado en el debate sobre la concepci¨®n de la naci¨®n espa?ola, que est¨¢ evidenciando las distintas sensibilidades en el partido sobre un asunto medular para la derecha. Lejos de ser un asunto zanjado, este mi¨¦rcoles las declaraciones de distintos presidentes auton¨®micos del PP han seguido echando m¨¢s le?a al fuego. El contraste es claro. Mientras Isabel D¨ªaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, ha defendido que Espa?a es una ¡°¨²nica naci¨®n¡± y las comunidades aut¨®nomas tienen ¡°peculiaridades¡±, Alfonso Rueda, reci¨¦n elegido presidente de la Xunta de Galicia, ha reivindicado que su tierra es una ¡°nacionalidad hist¨®rica¡±. En paralelo, el l¨ªder del PP ha tratado de sofocar el incendio con la defensa de un ¡°autonomismo ¨²til¡± y criticando a Vox.
El debate sobre las nacionalidades que reconoce la Constituci¨®n espa?ola nunca ha sido pac¨ªfico en el PP. El fundador del PP y padre de la Constituci¨®n, Manuel Fraga, se opuso a que la Carta Magna incluyera este t¨¦rmino con el argumento de que ¡°naci¨®n y nacionalidad es lo mismo¡±. Parte de la derecha sigue sin aceptarlo y prefiere no hablar de nacionalidades, sino de regiones o simplemente de comunidades aut¨®nomas. Como Isabel D¨ªaz Ayuso, que este mi¨¦rcoles ha insistido en que hay ¡°una naci¨®n [la espa?ola], somos 17 comunidades aut¨®nomas, la soberan¨ªa nacional reside en el conjunto del pueblo espa?ol y nuestra m¨¢xima representaci¨®n es el Rey, que es garant¨ªa de igualdad y unidad¡±. Ayuso ha se?alado que m¨¢s all¨¢ de eso solo hay confusi¨®n. Los ¡°rollos pol¨ªticos en los que nos vamos metiendo¡±, ha dicho.
En cambio, en comunidades hist¨®ricas como Galicia el discurso del PP es otro, y as¨ª lo ha evidenciado el propio Alberto N¨²?ez Feij¨®o hablando de ¡°nacionalidad catalana¡± en Barcelona, y su sucesor en el cargo de presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, que este mi¨¦rcoles ha reivindicado la ¡°nacionalidad hist¨®rica¡± de Galicia. Rueda ha recordado que as¨ª lo recoge la Constituci¨®n, y que por eso Galicia cuenta con una ¡°serie de a?adidos y antecedentes que la diferencian de otras comunidades que no tienen esa calificaci¨®n¡±, aunque Galicia es ¡°parte de una naci¨®n que es Espa?a¡±.
El problema de este debate en el PP, a ojos de distintos dirigentes territoriales, es que puede dar alas a Vox, una escisi¨®n del PP que se diferencia de los populares, entre otros asuntos, en la apuesta por el centralismo del Estado y la supresi¨®n de las comunidades aut¨®nomas. Alberto N¨²?ez Feij¨®o ha tratado de nuevo este mi¨¦rcoles de zanjar el enredo por el modelo territorial. Ante el malestar en sectores del partido por el error ¨Dcorregido¨D del coordinador general, El¨ªas Bendodo, que habl¨® de la ¡°plurinacionalidad¡± de Espa?a, y la apuesta de Feij¨®o por defender las ¡°nacionalidades¡±, el l¨ªder del PP ha defendido este mi¨¦rcoles un autonomismo ¡°¨²til¡±. El jefe de los conservadores ha opuesto su modelo al de Vox y al del PSOE, y ha cargado contra la ¡°falta de coraje¡± de la extrema derecha para admitir que la supresi¨®n de las autonom¨ªas es ¡°una quimera¡±.
Feij¨®o ha reivindicado el Estado de las autonom¨ªas, ¡°concebido por los espa?oles de acuerdo con las peculiaridades de la naci¨®n y que ha tenido un notable ¨¦xito¡±. ¡°Prueba de ello es que nadie ha sido capaz de aportar un modelo alternativo¡±, ha reflexionado. ¡°A d¨ªa de hoy sabemos qu¨¦ es un Estado auton¨®mico, pero nadie ha aclarado en qu¨¦ consiste la Espa?a confederal, asim¨¦trica, multinivel... ¡°, ha criticado en referencia a las propuestas del PSOE. Despu¨¦s ha cargado duramente contra Vox: ¡°Hasta quienes proponen la supresi¨®n de las comunidades aut¨®nomas no tienen empacho en participar en el Gobierno de las comunidades aut¨®nomas. Admiten, por tanto, de forma t¨¢cita que sus proyectos son quimeras, carecen de coraje para admitirlo de forma expresa, lo cual revela su debilidad argumental¡±. Mientras tanto, en el PP el desconcierto aumenta. ¡°Nos hemos metido en esto solos¡±, admite un dirigente.
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