El enigma de las ¡®nacionalidades¡¯
Los constituyentes ¡®inventaron¡¯ un concepto para proteger la unidad de Espa?a y, a la vez, contentar a los nacionalismos. CiU y PNV descartaron el objetivo de la secesi¨®n
Un concepto nuevo en la historia de Espa?a, el de las ¡°nacionalidades¡±, encarna el encaje de bolillos que fue la Constituci¨®n de 1978. Fruto de la obsesi¨®n de los constituyentes por llegar a un ampl¨ªsimo acuerdo, persegu¨ªa garantizar la unidad de Espa?a y, a la vez, satisfacer a los nacionalistas catalanes y vascos tras cuatro d¨¦cadas de centralismo. Hasta el punto de que en el primer anteproyecto de Constituci¨®n no aparec¨ªa el concepto ¡°naci¨®n¡± expresamente asociado a Espa?a, y s¨ª ese nuevo t¨¦rmino de ¡°nacionalidades¡± (algo que indign¨® a Alianza Popular y finalmente fue corregido).
El texto no lleg¨® a precisar qu¨¦ autonom¨ªas ser¨ªan consideradas nacionalidades y cu¨¢les no; ni, sobre todo, qu¨¦ significar¨ªa exactamente ser una nacionalidad dentro de la naci¨®n espa?ola. As¨ª, el debate sobre ese t¨¦rmino que alg¨²n diputado calific¨® de ¡°pluriindefinible¡± se convirti¨® en una discusi¨®n entre quienes auguraban un futuro de conflictos territoriales (AP) y quienes promet¨ªan que ese era el ¨²ltimo paso en sus aspiraciones (CiU y PNV). Y dio lugar al ¡°amasijo sint¨¢ctico¡± ¡ªen palabras de otro parlamentario¡ª del art¨ªculo 2: una ¡°patria com¨²n e indivisible¡±, Espa?a, con ¡°nacionalidades¡± en su seno.
La clave del debate fue la actitud de UCD, que se erigi¨® en defensora del nuevo concepto aun con las dudas que le generaba su uso futuro.
El Constitucional marca los l¨ªmites
El Tribunal Constitucional ha marcado en los ¨²ltimos a?os dos l¨ªmites a la ampliaci¨®n de autogobierno de las comunidades. En 2008, al suspender la consulta soberanista que pretend¨ªa convocar en el Pa¨ªs Vasco el entonces lehendakari, Juan Jos¨¦ Ibarretxe, el alto tribunal se?al¨® que el ¨²nico ¡°titular del derecho a decidir¡± es ¡°el pueblo espa?ol¡±, y que la ¡°redefinici¨®n¡± del Estado que implicar¨ªa el cambio de estatus de una parte de Espa?a solo puede decidirla ¡°el conjunto de los ciudadanos espa?oles¡±, porque les afectar¨ªa a todos.
En 2010, el Constitucional dict¨® sentencia sobre el nuevo Estatuto de Catalu?a. Anul¨® 14 de sus 223 art¨ªculos e interpret¨® otros 23 (y cuatro disposiciones). Los magistrados establecieron que la referencia a ¡°Catalu?a como naci¨®n¡± y a la ¡°realidad nacional de Catalu?a¡± carece de ¡°eficacia jur¨ªdica¡± porque ¡°la Constituci¨®n no conoce otra naci¨®n que la espa?ola¡±. Tambi¨¦n declararon inconstitucional el uso preferente del catal¨¢n sobre el castellano en instituciones y medios de comunicaci¨®n p¨²blicos, y se?alaron que el castellano debe ser vehicular en las escuelas, junto al catal¨¢n. La sentencia tumb¨® el Consejo de Justicia catal¨¢n y la competencia de la Generalitat para fijar tributos de los Ayuntamientos. Adem¨¢s, dej¨® sentado que un Estatuto no puede imponer al Estado una financiaci¨®n auton¨®mica determinada.
Ese dilema lo resumen las intervenciones de dos diputados de UCD: ¡°Nos vemos obligados a innovar para resolver nuestros problemas [...] Espa?a siempre ha sido al mismo tiempo una y plural [...] Si no recogemos, y reconocemos, y consagramos la pluralidad, estaremos negando tambi¨¦n la unidad¡±, dijo Jos¨¦ Manuel Paredes Grosso. Su compa?ero Jos¨¦ Miguel Ort¨ª Bord¨¢s dej¨® esta frase en las actas: ¡°Yo solamente les dir¨ªa a los miembros de la comisi¨®n que no son los problemas los que se constitucionalizan; lo que se constitucionalizan son las soluciones. Y Dios quiera que los constituyentes del 78 no constitucionalicen el problema de las nacionalidades¡±.
Lo que sigue es un resumen de aquella discusi¨®n sobre el art¨ªculo 2. Con ¨¦l termina la serie de reportajes sobre los debates constitucionales de 1978, el d¨ªa en el que el texto cumple 35 a?os.
? Miguel Herrero y Rodr¨ªguez de Mi?¨®n (UCD): ¡°Identificaci¨®n, no autodeterminaci¨®n¡±. ¡°El proyecto [de Constituci¨®n] reconoce a Espa?a como naci¨®n de manera taxativa y eso es irrenunciable; y, al atribuir al pueblo espa?ol en su conjunto la soberan¨ªa nacional ¡ªy ah¨ª est¨¢ la importancia del t¨¦rmino¡ª excluye toda posibilidad de separatismo legal, puesto que reconoce un solo sujeto de autodeterminaci¨®n. Al lado de eso, [se] reconoce un principio de autoidentificaci¨®n de aquellos hechos diferenciales con conciencia de su propia, infungible personalidad. A esta autoidentificaci¨®n es a lo que, a nuestro juicio, corresponde la expresi¨®n de ¡®nacionalidades¡¯. La Espa?a que de esta articulaci¨®n surja ser¨¢ la resultante viva y vigorosa de todos los pueblos espa?oles¡±.
? Manuel Fraga (AP): ¡°Naci¨®n y nacionalidad es lo mismo¡±. ¡°Alianza Popular rechaza, con toda energ¨ªa y con plena conciencia de la trascendencia hist¨®rica de su gesto, la introducci¨®n de la expresi¨®n nacionalidades en la Constituci¨®n. Para nosotros no existe m¨¢s naci¨®n que la espa?ola [...] Y no es el momento de volver sobre el hecho indiscutible de que naci¨®n y nacionalidad es lo mismo; ni de recordar [...] las inevitables consecuencias de un pretendido derecho a la autodeterminaci¨®n y a un Estado propio¡±.
? Miquel Roca (Minor¨ªa Catalana): ¡°Esta soluci¨®n dar¨¢ un futuro m¨¢s estable¡±. ¡°Nacionalidades y naci¨®n quieren decir absolutamente lo mismo. Lo ¨²nico que ocurre es que en la vida pol¨ªtica los t¨¦rminos [...] van generando nuevas concepciones [...] Estas naciones sin Estado es lo que modernamente ha venido en llamarse nacionalidades¡±. ¡°Es evidente que Espa?a es una realidad plurinacional [...] Reconocimiento de una personalidad superior, de una personalidad integradora, que es la de la naci¨®n espa?ola, y no tengo ning¨²n reparo en utilizar esta denominaci¨®n¡±. ¡°Hoy Catalu?a espera, el Pa¨ªs Vasco espera, espera Galicia, espera Espa?a entera que, a trav¨¦s de la soluci¨®n que demos a este problema, no se va a dar una soluci¨®n disgregadora, sino una soluci¨®n potenciadora, una soluci¨®n que, asumiendo todo lo que la Historia no supo asumir hasta esta fecha, sea capaz de proyectar un futuro mucho m¨¢s estable¡±.
? Rafael Arias-Salgado (UCD): ¡°El t¨¦rmino genera problemas; quitarlo generar¨ªa m¨¢s¡±. ¡°En nuestro pa¨ªs y por nuestra diversidad misma, la democracia y la libertad son inconcebibles e inviables si no se ofrece una satisfacci¨®n racional a las reivindicaciones de aquellos colectivos que desean afirmar y afirman su identidad [...] Un texto constitucional que fuese rechazado o escasamente votado en el Pa¨ªs Vasco o Catalu?a, por ejemplo, nacer¨ªa con un delicado vicio de origen¡±. ¡°Somos conscientes de los problemas que suscita la inserci¨®n del t¨¦rmino ¡®nacionalidades¡¯, pero tambi¨¦n creemos que su desaparici¨®n podr¨ªa engendrar otros mayores. Las reivindicaciones nacionalistas son un hecho y en aras de su integraci¨®n en la unidad pol¨ªtica que es Espa?a es preciso darles una satisfacci¨®n racional, compatible con el reconocimiento y la permanencia indiscutida de la naci¨®n espa?ola. Por eso aceptamos el t¨¦rmino ¡®nacionalidades¡¯ [...] Lo que hay que hacer es interpretarlo y delimitar su alcance [...], para evitar sus hipot¨¦ticas consecuencias desintegradoras¡±.
? Gregorio Peces-Barba (PSOE): ¡°Esta f¨®rmula puede ser la definitiva¡±. ¡°Para nosotros, nacionalidad es sin¨®nimo de naci¨®n¡± [...] El grupo socialista, desde el principio y para resolver un problema que ha resultado enormemente azaroso en la historia de Espa?a, ha defendido la existencia del t¨¦rmino ¡®nacionalidades¡¯ [...] Entendemos que esta f¨®rmula puede ser la que resuelva de manera definitiva la problem¨¢tica de la organizaci¨®n territorial y los derechos leg¨ªtimos a la autonom¨ªa [...] La naci¨®n, Espa?a, puede comprender en su seno otras naciones o nacionalidades [...] La defensa de la existencia de diversas naciones en la comunidad superior de Espa?a y en el seno del Estado no es, a nuestro juicio, una peligrosa bomba de relojer¨ªa para favorecer el separatismo¡±.
? Jordi Sol¨¦ Tura (PCE): ¡°La aut¨¦ntica unidad de Espa?a se basa en reconocer lo que hay¡±. ¡°El concepto de nacionalidades refleja una situaci¨®n real y sociol¨®gica, pol¨ªtica, cultural, pero no prejuzga ni mucho menos resultados pol¨ªticos¡±. ¡°El art¨ªculo 2 no solo define a Espa?a, sino que define el techo pol¨ªtico del cual no se puede pasar; y ese techo pol¨ªtico es que es una naci¨®n indisolublemente unida, que es una patria com¨²n e indivisible [...] El independentismo no es, ni puede ser, el peligro [...] Se define que Espa?a es una naci¨®n de naciones¡±. ¡°Esto es lo que est¨¢ aqu¨ª en discusi¨®n. Estamos ante dos conceptos, ante dos visiones de lo que es Espa?a y de lo que es unidad [...] La aut¨¦ntica unidad de Espa?a se basa en el reconocimiento de lo que hay: de esas formas de conciencia, de organizaci¨®n, de esas formas de existencia. Eso es lo que hay que saber articular¡±.
? Licinio de la Fuente (AP): ¡°Los nacionalistas har¨¢n de esto una punta de lanza¡±. ¡°La palabra nacionalidades [...] nos deja en la tremenda indeterminaci¨®n. Nos vamos a ver en el futuro en la imposibilidad de conocer cu¨¢l sea la interpretaci¨®n que pueda prevalecer¡±. ¡°El t¨¦rmino nacionalidad es equivalente al de naci¨®n o deriva de la preexistencia de una naci¨®n. Entonces ?es posible la existencia de la unidad nacional desde la pluralidad de naciones? [...] Las autonom¨ªas nacionalistas crear¨¢n de alguna manera la punta de lanza permanentemente tratando de avanzar en la progresiva desintegraci¨®n de la unidad¡±.
? Joan Revent¨®s (Socialistas de Catalu?a): ¡°Hay algo obvio: el Estado es indivisible¡±. ¡°Las constituciones europeas afirman algo obvio: que su Estado es indivisible [...] Los constituyentes est¨¢n preocupados por la palabra nacionalidades [...] Pretenden conjurar unas posibilidades secesionistas que no existen¡±.
El desarrollo del Estado auton¨®mico
- Art¨ªculo 2. "La Constituci¨®n se fundamenta en la indisoluble unidad de la naci¨®n espa?ola, patria com¨²n e indivisible de todos los espa?oles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonom¨ªa de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas". Aprobado en pleno el 4 de julio de 1978 con 278 votos a favor, 20 en contra (incluidos los 16 de AP) y 13 abstenciones (PNV).
- El mapa de las 17 autonom¨ªas qued¨® fijado entre la primera y la segunda legislaturas. El 18 de diciembre de 1979, el Congreso de los Diputados dio su visto bueno a los Estatutos de Pa¨ªs Vasco y Catalu?a y, a partir de ah¨ª, fue aprobando el resto, hasta llegar a 17: en 1981, Galicia, Andaluc¨ªa, Asturias y Cantabria; en 1982, La Rioja, Murcia, Valencia, Arag¨®n, Castilla-La Mancha, Canarias y Navarra; en 1983, los de Extremadura, Baleares, Madrid y Castilla y Le¨®n. Ceuta y Melilla no tuvieron estatuto de ciudad aut¨®noma hasta 1995.
- Tras una modificaci¨®n menor en la cuarta legislatura, el primer cambio importante lleg¨® en la quinta (1993-1996): 11 comunidades ¡ªComunidad Valenciana, La Rioja, Cantabria, Murcia, Baleares, Castilla y Le¨®n, Castilla-La Mancha Extremadura, Madrid, Asturias y Arag¨®n¡ª adecuaron sus Estatutos tras el pacto alcanzado entre PP y PSOE para el traspaso de competencias en materia educativa y sanitaria.
- En la sexta legislatura (1996-2000), 11 autonom¨ªas reformaron de nuevo sus Estatutos para redefinir sus competencias. Fueron Arag¨®n, Canarias, Castilla-La Mancha, Murcia, Madrid, Cantabria, Asturias, Baleares, Castilla y Le¨®n, La Rioja y Extremadura.
- El Congreso rechaz¨® de plano el proyecto de nuevo Estatuto del Pa¨ªs Vasco ¡ªel llamado plan Ibarretxe¡ª en 2005, durante la octava legislatura, la primera de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero al frente del Gobierno. En esa misma etapa, seis comunidades sacaron sus nuevos Estatutos adelante: Catalu?a, Comunidad Valenciana, Andaluc¨ªa, Baleares, Arag¨®n y Castilla y Le¨®n.
- El punto de inflexi¨®n lleg¨® con uno de esos nuevos Estatutos, el catal¨¢n de 2006 ¡ªque hubo de ser limado dos veces, primero por el Congreso y despu¨¦s por el Tribunal Constitucional¡ª. Adem¨¢s de ir un paso m¨¢s all¨¢ en la reclamaci¨®n de competencias, financiaci¨®n y bilateralidad con el Estado, aquel texto afirmaba en su pre¨¢mbulo: ¡°El Parlamento de Catalu?a, recogiendo el sentimiento y la voluntad de la ciudadan¨ªa de Catalu?a, ha definido de forma ampliamente mayoritaria a Catalu?a como naci¨®n¡±. El Constitucional dej¨® intacta esa frase, aunque subrayando que carec¨ªa de ¡°eficacia jur¨ªdica¡±.
- Tras autodefinirse Catalu?a como ¡°naci¨®n¡±, Andaluc¨ªa se autodefini¨® ¡ªen su Estatuto de 2007¡ª como ¡°realidad nacional¡±. La Comunidad Valenciana, que aprob¨® el suyo en 2006 mientras miraba de reojo c¨®mo se terminaba el catal¨¢n, incluy¨® una disposici¨®n adicional para incorporar en el futuro ¡°cualquier ampliaci¨®n de competencias¡± que otras autonom¨ªas pudieran arrogarse. Es la que algunos llaman cl¨¢usula por si acaso del Estatuto valenciano.
? Xabier Arzalluz (PNV): ¡°No buscamos un trampol¨ªn para la secesi¨®n¡±. ¡°Si el sistema pol¨ªtico foral no impidi¨® la integraci¨®n en la Corona, tampoco el principio de las nacionalidades se opone a la convivencia plurinacional en una unidad superior¡±. Venimos sin intenciones ocultas, venimos para establecer un marco de convivencia en el que quepamos todos¡±. ¡°No buscamos ni en la palabra ¡®nacionalidades¡¯, repito, ni en la autonom¨ªa un trampol¨ªn para la secesi¨®n¡±.
? Hip¨®lito G¨®mez de las Roces (Partido Aragon¨¦s Regionalista): ¡°Trasladamos el problema a ma?ana¡±. ¡°La ponencia introduce el concepto de patria com¨²n [...] pero mantiene este otro concepto vago y pluriindefinible de las nacionalidades [...] Parece obedecer a un caut¨ªsimo y viejo proverbio: ¡®Que no se entere tu mano derecha de lo que hace tu mano izquierda¡±. ¡°No sabemos si estamos ante una pura cuesti¨®n sem¨¢ntica, si sembraremos una semilla de federalismo parcial que har¨ªa de Espa?a con el tiempo una rara especie pol¨ªtica [...] o, en fin, si lo que vamos a cultivar es una ¡®lege privata¡¯, un privilegio de destinatarios inicialmente desconocidos. La solidaridad ser¨ªa imposible¡±. ¡°?Qu¨¦ diferencia existir¨¢ entre naci¨®n y nacionalidades? Nadie lo sabe [...] La Ponencia se limita, con todos los respetos, a dar un puntapi¨¦ al problema, a trasladarlo a ma?ana. La Ponencia, en vez de quitar el proyectil del ca?¨®n para que no se dispare, ha preferido ponerle un tap¨®n¡± [...] ?Qui¨¦n impedir¨¢ que crezca la semilla de la nacionalidad y que en una segunda fase se trate de ocupar una parte al¨ªcuota de la soberan¨ªa nacional? ?Tienen los se?ores ponentes la garant¨ªa de que esto no va a ocurrir as¨ª?¡±.
? Gabriel Cisneros (UCD): ¡°Nuestro af¨¢n ha sido que este t¨¦rmino no sea una bomba retardada¡±. ¡°La conciencia compartida por los ponentes [los siete padres de la Constituci¨®n] [ha sido] que nos encontr¨¢bamos, sin duda, en el tema crucial de esta tarea constitucional: la introducci¨®n de un t¨¦rmino de suyo tan pol¨¦mico como es el de nacionalidades [...] La exquisita preocupaci¨®n por buscar un equilibrio entre lo que de innovador o creador pudiera suponer la adopci¨®n de ese t¨¦rmino doctrinal tan deslizante y el af¨¢n compartido de que su introducci¨®n no supusiera una bomba de tiempo retardado¡±.
? Jordi Pujol (Minor¨ªa Catalana): ¡°Solo pedimos reconocimiento, no tratos de favor¡±. ¡°Lo ¨²nico que pedimos los nacionalistas catalanes [...] es que se produzca el reconocimiento [...] Pedir el reconocimiento de nuestra personalidad no es pedir trato de favor, y eso queremos subrayarlo. No queremos tratos de favor [...] Ya no sabemos c¨®mo explicar ni c¨®mo convencer a la opini¨®n p¨²blica de que esta radical afirmaci¨®n nacional, en el sentido de que nosotros somos lo que somos y queremos seguir siendo lo que somos, es perfectamente compatible con una actitud de colaboraci¨®n, de aut¨¦ntica voluntad de entendimiento y de aut¨¦ntica voluntad de integraci¨®n en el quehacer del conjunto espa?ol¡±.
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