11 a?os despu¨¦s, Lorca a¨²n espera todas las ayudas por el terremoto: ¡°No s¨¦ qu¨¦ m¨¢s quieren¡±
Decenas de afectados por el se¨ªsmo de 2011 siguen sin recibir el dinero al que tienen derecho para reconstruir sus casas o pagar el alquiler sobrevenido que afrontaron
El nieto de Antonio Bastida se abraz¨® a su abuelo la noche del temblor cuando estaban al raso. ¡°No vuelvas a la casa¡±, le pidi¨®. Eso bast¨® para que el hombre que hoy tiene 79 a?os no fuera a apuntalar lo que quedaba de su hogar. Se qued¨® junto a su familia en uno de los parques de Lorca (Murcia) que la noche del 11 de mayo de 2011 acogi¨® a los miles de vecinos expulsados de sus casas por uno de los peores terremotos que recuerda Espa?a, que dej¨® nueve muertos. ¡°Parec¨ªamos zombis, todos tirados por el suelo¡±, recuerda, a su lado, su mujer, Gertrudis Abellaneda, de 72 a?os. La pesadilla empez¨® aquel d¨ªa, pero a¨²n no ha acabado. Su casa fue declarada en ruinas, y la Administraci¨®n les concedi¨® la m¨¢xima subvenci¨®n: 106.423,20 euros. De eso hace 11 a?os, y todav¨ªa les falta recibir un 25% de la cantidad prometida. ¡°Ya no s¨¦ qu¨¦ m¨¢s papeles quieren que mandemos, si nos dicen que todo est¨¢ correcto¡±, se lamenta Luc¨ªa, su hija peque?a.
No es un caso ¨²nico. A comienzos de este a?o hab¨ªa al menos 152 ayudas ya reconocidas y a¨²n pendientes de pago que totalizaban 826.654,3 euros, seg¨²n informaci¨®n obtenida por EL PA?S en aplicaci¨®n de la ley de transparencia. De ellas, 122 eran por reconstrucci¨®n de viviendas, 23 por gastos de alquiler, y 7 por reparaciones. Aunque el Consejo de Ministros aprob¨® en enero entregar 45.000 euros a un total de 13 beneficiarios de ayudas al alquiler, hoy todav¨ªa esperan decenas de familias que lo perdieron todo y vieron c¨®mo los pol¨ªticos promet¨ªan inmediatamente soluciones que iban a ser financiadas a partes iguales por el Gobierno central y el auton¨®mico. De hecho, hay expedientes que a¨²n ni siquiera se han tramitado: de los dependientes de Murcia, 61 de reconstrucci¨®n y 51 de alquiler, seg¨²n informaci¨®n proporcionada por el Gobierno auton¨®mico.
¡°Parece mentira que estemos as¨ª despu¨¦s de tanto tiempo. ?Las administraciones se echan la pelota entre ellos! Es pura desidia¡±, lamenta Gloria Mart¨ªn, portavoz de la plataforma de afectados por el terremoto, que agrupa a 600 familias, y concejal de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Lorca. ¡°Es incomprensible¡±, se queja. ¡°Hay un mont¨®n de gente que se ha quedado colgada, que lleva enganchada con esto un mont¨®n de a?os. Son familias humildes, sencillas, para las que esto supone una cantidad importante¡±, recalca. ¡°Y en el caso de los expedientes en los que no se consigui¨® justificar el gasto de las ayudas, a muchos les ha supuesto la ruina¡±.
La obra de la casa de Antonio y Gertrudis est¨¢ acabada. Suelos claros con aspecto de madera, estanter¨ªas blancas en las que hoy vuelven a reposar recuerdos de toda una vida, un gran sof¨¢ en forma de ele. Pero para finalizar el proceso tuvieron que acabar pidiendo un pr¨¦stamo. ¡°Yo ve¨ªa lo del volc¨¢n de La Palma y pensaba: ¡®Lo que tardar¨¢n en volver a sus casas y en cobrar todo lo que les est¨¢n prometiendo¡±, reflexiona Gertrudis.
La pesadilla burocr¨¢tica ha estado llena de papeles. Como los ingresos de la subvenci¨®n aprobada se retrasaron, tuvieron que pedir un aplazamiento del periodo de ejecuci¨®n, que les obligaba a acabar las obras en dos a?os. Han guardado facturas, transferencias, contratos, licencias de obras... Todo ello lo han metido puntualmente en sobres que han remitido al Ejecutivo regional para justificar la ayuda que ten¨ªan aprobada. Pero les siguen faltando m¨¢s de 25.000 euros.
La gesti¨®n de las ayudas la ha coordinado una Comisi¨®n Mixta integrada por el Estado, la comunidad aut¨®noma y el Ayuntamiento de Lorca. El Ministerio de Interior detalla que ha desembolsado de sus presupuestos m¨¢s de 30 millones de euros, aunque hay otras partidas ejecutadas desde otras instancias del Ejecutivo central. El Gobierno regional, por su parte, explica que en este tiempo se han concedido 80 millones de euros distribuidos en 16.740 ayudas. ¡°El proceso est¨¢ en fase de cierre aunque queda alguna cuesti¨®n residual¡±, apunta el Ejecutivo murciano en una respuesta por escrito a este peri¨®dico. Gertrudis y Antonio son dos de esas cuestiones residuales, pero quedan muchas otras.
En el municipio apenas quedan hoy cicatrices del se¨ªsmo. Un vecino se?ala algunas cornisas a¨²n algo resquebrajadas, y otro una casa hist¨®rica que ya estaba muy da?ada por la falta de mantenimiento y han tenido que reforzar con yeso. Al margen de eso, todos los inmuebles del barrio de La Vi?a, el m¨¢s afectado, lucen relucientes. Una iglesia marca el inicio del ¨¢rea m¨¢s afectada. Dos edificios cayeron encima de ella y la destrozaron por completo. Hoy es un moderno edificio blanco de formas curvil¨ªneas. ¡°Las cicatrices no est¨¢n en los edificios, quedaron en la gente¡±, suelta Gertrudis con una poes¨ªa inesperada.
Luc¨ªa Mart¨ªnez, de 58 a?os, es otra de esas cuestiones residuales. Un tr¨¢mite resuelto sobre el papel, pero que a¨²n no ha tenido su reflejo en la cuenta corriente de la familia. Su casa estaba en el barrio de La Vi?a, la zona cero del temblor. Se vino abaj¨® por completo. Al a?o del se¨ªsmo, la Administraci¨®n le ingres¨® el dinero de la ayuda, pero su situaci¨®n personal era demasiado devastadora como para leer la letra peque?a: ten¨ªa que ejecutar la reconstrucci¨®n en un a?o desde la concesi¨®n, o solicitar el aplazamiento.
A las semanas del terremoto ella y su marido tuvieron que hacerse cargo de su sobrino porque su cu?ada muri¨® de c¨¢ncer. Su marido, obrero de la construcci¨®n, que hab¨ªa perdido su trabajo con la crisis del ladrillo, agot¨® en ese mismo periodo el acceso a subsidios. Todo este c¨²mulo de desgracias provoc¨® que cayera el depresi¨®n y el dinero de las ayudas qued¨® aparcado en la cuenta. En 2017 les lleg¨® una carta en la que les reclamaban la devoluci¨®n de esa cantidad, con intereses. Cuando hab¨ªan empezado a salir del agujero y su marido encontr¨® trabajo, la reclamaci¨®n fue un mazazo. ¡°No sab¨ªamos qu¨¦ hacer, no entend¨ªamos nada porque no nos dimos cuenta ni de lo que hab¨ªamos firmado y empezaron a embargar parte del sueldo de mi marido para cobrar esa supuesta deuda¡±, relata Luc¨ªa.
Luc¨ªa, su marido y su hijo pudieron instalarse en la casa de su suegro, que est¨¢ a las afueras de Lorca, pero durante todos estos a?os ella ha seguido haciendo vida en su barrio. All¨ª est¨¢n sus comercios, su banco, sus amistades y la vida a la que quiere regresar alg¨²n d¨ªa. Cuando les permitieron volver a su hogar destruido unas semanas despu¨¦s del temblor para recoger sus cosas, lo primero que cogi¨® su marido fue la foto de comuni¨®n de su hijo. ¡°Yo fui m¨¢s pr¨¢ctica y cog¨ª papeles importantes¡±, cuenta con una medio sonrisa. Su memoria no vuelve a menudo a ese d¨ªa en el que todo se vino abajo. ¡°Me est¨¢ entrando fr¨ªo solo de pensarlo¡±, dice ella, a pesar del intenso sol: el term¨®metro del estanco cercano marca 30 grados.
Se llegaron a iniciar m¨¢s de 5.000 procesos de embargo de sueldo, apunta Gloria Mart¨ªn, la portavoz de la plataforma de afectados. Al final, sus reclamaciones tuvieron ¨¦xito, y la Administraci¨®n reconoci¨® que no ten¨ªa que devolver la ayuda ni pagar intereses. ¡°Tuvimos que presentar todo el historial m¨¦dico para que nos dieran la raz¨®n¡±, se?ala la afectada. Pero el dinero a¨²n no llega.
¡°La tramitaci¨®n es compleja, a lo que se une dificultad de las obras de reconstrucci¨®n y reparaci¨®n en s¨ª mismas¡±, recalca el Gobierno regional, que recuerda que la comunidad aut¨®noma aprob¨® ¡°una normativa para simplificar la burocracia estatal que imped¨ªa resolver algunas de las ayudas¡±. Y recuerda que con esta regulaci¨®n se dio ¡°soluci¨®n definitiva a las m¨¢s de 5.300 familias beneficiarias de las ayudas para reparar sus viviendas¡±.
Pero algunas de estas soluciones tardan en llegar. Domingo L¨¢zaro recuerda perfectamente qu¨¦ hac¨ªa cuando todo tembl¨® por primera vez: ¡°Estaba viendo el Giro de Italia¡±. Era el inicio del terremoto de Lorca, cuando la tierra avis¨® por primera vez. Este vecino, de 74 a?os, sali¨® a la calle y vio que se hab¨ªa desprendido una parte del yeso del patio interior, as¨ª que sali¨® con la escoba y el recogedor a limpiar. Fue en ese momento cuando la segunda sacudida tumb¨® el interior de su vivienda y otras miles de casas en su municipio. Su mujer se qued¨® encerrada y tuvo que sacarla un polic¨ªa tirando la puerta a patadas. L¨¢zaro, que hab¨ªa salido a barrer, no pudo volver a entrar hasta seis a?os despu¨¦s, cuando finaliz¨® la rehabilitaci¨®n de su bloque.
Durante todo ese tiempo vivieron en un piso de alquiler, a pocas calles de su casa. La comisi¨®n les concedi¨® las ayudas para arrendar una vivienda temporal. ¡°Al principio s¨ª que ¨ªbamos recibiendo ingresos, con retrasos, pero ¨ªbamos tirando. Pero hace dos a?os dejaron de llegar y as¨ª estamos, me faltan 8.000 euros¡±, resume. Para acabar de afrontar los gastos, tuvo que pedir dinero prestado a un familiar.
Domingo no pudo ir a ver c¨®mo tiraban abajo su bloque. ¡°Ver como derrumban la casa en la que has nacido, no da gustico, ?sabes?¡±. Cuando recuper¨® sus muebles del almac¨¦n en la que los hab¨ªa mantenido todo ese tiempo, muchos estaban ro¨ªdos por las ratas o la humedad. ¡°Compramos nuevos, nos instalamos en casa como si fu¨¦ramos otra vez reci¨¦n casados¡±, sentencia. Solo les hace falta un ingreso m¨¢s para dejar atr¨¢s la pesadilla.
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