La reapertura de Ceuta y Melilla con Marruecos para trabajadoras transfronterizas comienza sin ninguna entrada
Cientos de empleadas se manifiestan en Marruecos para que las autoridades espa?olas les concedan los visados que les permitan acceder a las ciudades
Unas 200 trabajadoras transfronterizas se concentraron este martes por la ma?ana en la ciudad marroqu¨ª de Fnideq (antigua Castillejos) para reclamar la concesi¨®n de visados con los que regularizar su situaci¨®n en Ceuta. En el nordeste de Marruecos, enfrente de Melilla, decenas de personas se concentraron tambi¨¦n en el paso fronterizo de Beni Enzar. La fecha pactada por Espa?a y Marruecos para permitir la entrada de estas empleadas era este martes 31 de mayo. Pero ni una sola trabajadora ha cruzado los pasos, seg¨²n indicaron fuentes de las delegaciones del Gobierno de ambas ciudades. La concentraci¨®n pac¨ªfica fue controlada en Fnideq en todo momento por la polic¨ªa, que grababa a los manifestantes, como suele ser habitual en Marruecos. Tambi¨¦n en Beni Enzar hubo una fuerte presencia de agentes.
La mayor¨ªa de las trabajadoras se quejaban de que no pueden obtener su visado para entrar en Ceuta y Melilla porque, tras dos a?os de fronteras cerradas, sus antiguas empleadoras ya han contratado a otras personas y no quieren darles de alta. Con la restricci¨®n de entrada a¨²n vigente, las trabajadoras que han perdido su contrato por la pandemia no podr¨¢n entrar en Melilla ni siquiera a buscar trabajo. Cada caso ofrece sus peculiaridades, pero todos los trabajadores reclaman un visado para recuperar sus empleos.
El prometido visado, con un mes de validez, solo permite cruzar una vez para finiquitar los tr¨¢mites. Y para conseguirlo, el contrato y la autorizaci¨®n de la Delegaci¨®n son imprescindibles.
Latifah es de las que tienen suerte, aunque de momento no pueda cruzar. Vive con sus dos hijos en Beni Enzar y ha estado a?os contratada como transfronteriza en Melilla. ¡°Mi jefa me ha dicho que me vuelve a hacer el contrato, pero me lo tienen que mandar¡±, explica por tel¨¦fono desde Beni Enzar.
La concentraci¨®n que se ha registrado en el municipio de Fnideq, de 77.000 habitantes, ofrece una buena muestra de los problemas laborales y financieros que ha causado el cierre de la frontera. Habiba Cherdoud, de 59 a?os, quiere cruzar a Ceuta para cobrar la pensi¨®n de su marido muerto. La ¨²ltima paga, de 500 euros, la cobr¨® en noviembre de 2019. A su lado, Mohamed Baghoul, de 54 a?os, dice que llevaba m¨¢s de 10 a?os trabajando en la chocolater¨ªa Maruja, de Ceuta. ¡°Y ahora llamo a mi jefe y no me coge el tel¨¦fono¡±. F¨¢tima Zahra, de 36 a?os y en posesi¨®n de un diploma de cuidadora de mujeres mayores, explica que estuvo 13 a?os trabajando con seguro, que su ¡°se?ora¡± ya muri¨® y que ahora quiere entrar para buscar trabajo.
Econom¨ªa sumergida
El problema es que solo podr¨¢n entrar en Ceuta y Melilla quienes acrediten que tienen un empleador dispuesto a contratarles. ¡°Lo que no se quiere¡±, se?ala por tel¨¦fono una fuente de la Delegaci¨®n del Gobierno en Ceuta, ¡°es que haya trabajadores que entren aqu¨ª sin contrato para trabajar en la econom¨ªa sumergida, que era lo que ocurr¨ªa antes. Con eso se quiere terminar. Ese es el acuerdo al que llegaron los dos pa¨ªses¡±.
Chakib Marwan, jefe en Tetu¨¢n de la Uni¨®n Marroqu¨ª de Trabajadores Fronterizos, asegura que en las ciudades pr¨®ximas a Melilla hay unos 5.000 empleados y en las que est¨¢n en la provincia de Tetu¨¢n, pr¨®xima a Ceuta, 3.600. Pero no existen cifras oficiales. En cualquier caso, se trata de miles de personas que llevan m¨¢s de dos a?os sin trabajo, que se quedaron en Marruecos durante la pandemia y que ahora aspiran a obtener un visado para volver a trabajar en Ceuta o Melilla.
Rahma Sbchi, de 53 a?os, explica: ¡°Aqu¨ª todo el mundo tiene ni?os, casas¡ Hambre no pasamos, pero vivimos muy mal. Todos llevamos muchos a?os trabajando en Ceuta y de pronto nos vemos con las manos vac¨ªas¡±. Muchos se quejan de que las personas para las que trabajaron durante a?os ahora no les responden.
¡°Y ahora todo ha cambiado¡±
Una trabajadora facilit¨® a este diario el mensaje que le dej¨® hace varias semanas su antigua empleadora en Ceuta : ¡°Mira, Mina. T¨² sabes que yo he cogido una muchacha. Porque llevo mucho tiempo sola y yo no pod¨ªa. Y ahora todo, todo ha cambiado, Mina. Hay mucho l¨ªo de papeles, mucho dinero. Yo no puedo gastarme ese dinero, Mina, porque no lo tengo. Yo me acuerdo much¨ªsimo de ti, todos te queremos much¨ªsimo, t¨² sabes que t¨² aqu¨ª has estado muy bien, que has tenido tu m¨¦dico, tu pasaje, has tenido todo¡ Te hemos querido much¨ªsimo todos y te seguimos queriendo. Y te deseo que te cuides mucho. Muchos besos y un abrazo de todos nosotros. Adi¨®s, hija, adi¨®s¡±.
F¨¢tima, una mujer de 65 a?os, solicita que se oculte su apellido porque no quiere perjudicar a la familia que la contrat¨® en Ceuta. Explica que, cuando se cerr¨® la frontera a ra¨ªz de la pandemia en marzo de 2020, la familia para la que trabajaba continu¨® envi¨¢ndole dinero durante ocho meses. Hace un mes, cuando se enter¨® de que iban a abrir la frontera, llam¨® a su empleador para que le renovase los papeles. ¡°Y me dijo que me quieren mucho en la familia, que me pueden seguir pasando dinero para m¨ª y para mis hijos, pero que ya no me pueden contratar¡±. F¨¢tima, sin embargo, no quiere ese dinero. ¡°Porque eso dura uno o dos meses. Yo lo que quiero es trabajar, tener mis papeles. Tengo m¨¦dico en Ceuta, porque tengo una enfermedad grave de coraz¨®n, tengo tarjeta en Bankia. Y no quiero darles problemas de abogados ni nada, solo quiero trabajar¡±.
Fuentes de la Delegaci¨®n del Gobierno en Ceuta indicaron que el departamento de Extranjer¨ªa, en Ceuta, comenzar¨¢ a dar citas a partir de este mi¨¦rcoles para tramitar un promedio de 30 o 40 casos al d¨ªa. ¡°Las personas citadas son las que con su visado especial podr¨¢n regularizar su situaci¨®n¡±, se?al¨® la misma fuente. ¡°El empleador tendr¨¢ que darles de alta en la Seguridad Social para hacer todo el tr¨¢mite de Extranjer¨ªa y que puedan tener la tarjeta de trabajador fronterizo¡±.
Al cabo de dos horas la manifestaci¨®n se disolvi¨® de forma muy ordenada en Fnideq. La polic¨ªa se encarg¨® de que mujeres y hombres volvieran a sus casas sin formar grupos numerosos. Abdelmalik Zerrad, un alba?il de 44 a?os, que hab¨ªa cotizado en Ceuta durante 12, asegur¨® antes de marcharse que su jefe le ha dicho que ya ha metido a otra persona. ¡°No me importa. Pero al menos, que me paguen el finiquito¡±, dec¨ªa.
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