Feij¨®o apuesta por la pol¨ªtica a pie de calle para ganarle terreno a S¨¢nchez
El l¨ªder prepara al PP para la cita electoral de mayo de 2023, que anuncia complicada
Es dif¨ªcil ver una imagen de Alberto N¨²?ez Feij¨®o sin traje, vestido informalmente, incluso los fines de semana. Suele recordar que es un hombre de ¡°60 tacos¡±, ¡°previsible¡±, ¡°contrastado¡±, ¡°serio y s¨®lido¡±, con apego a lo institucional y las formas. Hace apenas cuatro meses que se plant¨® en Madrid para hacer olvidar la convulsa etapa de liderazgo de Pablo Casado al frente del PP, y el pol¨ªtico gallego ya tiene tres despachos, a cada cual m¨¢s oficial: dos como l¨ªder de la oposici¨®n en el Congreso y el Senado (acaba de ocupar el que disfrutaba la secretaria cuarta de esa C¨¢mara, Cristina Ayala, en la zona m¨¢s noble de ese palacio), y otro en la planta de G¨¦nova 13 desde la que siempre se ha ejercido el poder en el partido.
Las moquetas, las instituciones, las reuniones, las convenciones y los m¨ªtines son su medio. Pero en esta semana de balance del curso pol¨ªtico, Feij¨®o apel¨® en varios discursos y, no por casualidad, ¡°al clamor¡± y el ¡°ansia de cambio que masca en las calles¡±. Y lo intent¨® combinar todo: el mitin, las banderas institucionales, una plaza p¨²blica llena de cargos del PP y un cat¨¢logo completo de descalificaciones contra el Gobierno de Pedro S¨¢nchez, al que ve ¡°el peor posible¡±.
Feij¨®o se prepara ¡ª¨¦l y tambi¨¦n al PP¡ª para un nuevo curso pol¨ªtico y electoral que sabe complicado y en el que se espera de todo. El l¨ªder popular es consciente de que los comicios auton¨®micos y locales de mayo de 2023 podr¨ªan no ser tan ben¨¦volos como los que acaban de encumbrar a Juan Manuel Moreno en Andaluc¨ªa o hace un a?o a Isabel D¨ªaz Ayuso en Madrid. El PSOE ya gan¨® esas elecciones en 2019 y S¨¢nchez se ha conjurado para dar la batalla en esas urnas. Feij¨®o ha avisado en el partido: ¡°Los candidatos auton¨®micos y locales del PSOE son mejores que S¨¢nchez¡±. A muchos los conoce y hasta los tiene por amigos.
Hasta abril pasado, cuando recogi¨® el bast¨®n de mando en el PP, la experiencia pol¨ªtica de Feij¨®o en Madrid era en diferido, indirecta, como una amenaza latente a distancia. Hace varias d¨¦cadas asumi¨® cargos de direcci¨®n en la Administraci¨®n central bajo los gobiernos de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, sin militar. Y ya en el PP, se mitificaron sus cuatro mayor¨ªas absolutas en Galicia y su capacidad de gesti¨®n local. Se le ten¨ªa por una versi¨®n modernizada entre el volc¨¢nico antiguo patr¨®n, Manuel Fraga, y la bonhom¨ªa que siempre se le atribuy¨® a Mariano Rajoy. Feij¨®o se dejaba querer por los fulgores de la capital, acud¨ªa regularmente en Madrid a entrevistas con medios afines y manten¨ªa los rescoldos de su presencia. Por si acaso.
Ahora, ya inmerso en la batalla diaria pol¨ªtica de la capital, se confiesa sorprendido. La paz galaica en la que viv¨ªa qued¨® atr¨¢s, y no tiene problemas en admitirlo. En muchas intervenciones, y lo volvi¨® a hacer esta semana, recuerda que no dej¨® su poder casi absoluto en Galicia, su comodidad familiar y su vida tan encarrilada para llegar a Madrid a instalarse como otro perdedor. Quiere ganar a S¨¢nchez las pr¨®ximas elecciones y gobernar. Lo ve factible por lo complicada que se est¨¢ poniendo, sobre todo, la situaci¨®n econ¨®mica, pero se espera en esta recta final de la legislatura un camino tortuoso. En lo pol¨ªtico, lo judicial y lo medi¨¢tico. Y en su equipo han pensado que se le tiene que ver m¨¢s en la calle con los ciudadanos y electores que lo est¨¢n pasando mal para contraponer esa imagen a la de S¨¢nchez, sobre el que opinan que cada vez tendr¨¢ m¨¢s problemas para pisar los supermercados, las gasolineras o las aceras.
El ejemplo de este giro estrat¨¦gico se ofreci¨® el jueves, en el acto de balance del curso pol¨ªtico. El PP convoc¨® a los medios de comunicaci¨®n y a los senadores del partido en la plaza de la Marina Espa?ola, en el casco viejo de Madrid, una zona p¨²blica pero acotada, frente a la puerta principal del Senado. Era temprano y apenas hab¨ªa viandantes. Todos los presentes eran cargos o periodistas, a los que no se dej¨® preguntar tras el discurso. El PP no pidi¨® permiso al Senado para esa actividad partidista, lo que molest¨® en la instituci¨®n y en el Gobierno. Feij¨®o brome¨® all¨ª mismo con el alcalde, Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez-Almeida, sobre su jurisdicci¨®n en ese espacio urbano.
En esa comparecencia, como hab¨ªa hecho dos d¨ªas antes frente a los cargos de su ejecutiva en la sede central del PP, Feij¨®o repiti¨® su modelo casi inalterable de intervenci¨®n en estos meses y que seguramente no variar¨¢ mucho hasta el final de la que se prev¨¦ larga campa?a electoral para 2023. El l¨ªder popular ve a Espa?a ¡°a la deriva¡±, casi en quiebra, con un Gobierno ¡°desmesurado y dividido¡±, ¡°chantajeado por sus socios¡±, obsesionado con controlar todas las instituciones y con un presidente ¡°soberbio¡± y pendiente de s¨ª mismo.
Feij¨®o cre¨ªa que S¨¢nchez le ¡°llamar¨ªa m¨¢s¡± o le tendr¨ªa m¨¢s en cuenta, seg¨²n ha confesado en su entorno. La incomunicaci¨®n ha vuelto a ser total entre el presidente y el l¨ªder de la oposici¨®n, como en la etapa final de Casado, cuando este tambi¨¦n lo cuestionaba todo. El presidente popular denuncia que La Moncloa no le contesta a los planes u ofertas que env¨ªan, ni siquiera cuando entienden que asumen alguna de sus ideas, como la bajada del IVA de la luz o la subvenci¨®n a familias vulnerables, que en realidad se ha propuesto en varios pa¨ªses europeos.
El l¨ªder popular se teme lo peor para los pr¨®ximos meses. Piensa que S¨¢nchez ¡°usar¨¢ todos los resortes del Estado¡± contra su proyecto. Y en ese paquete mete las duras r¨¦plicas pol¨ªticas ¡ªas¨ª entiende la funci¨®n de ¡°portavoz contra Feij¨®o¡± de la ministra de Educaci¨®n, Pilar Alegr¨ªa, en la remodelaci¨®n efectuada en la c¨²pula del PSOE¡ª, pero tambi¨¦n ¡°el poder de comunicaci¨®n¡± de La Moncloa, y la justicia.
Feij¨®o defiende que S¨¢nchez tiene fijaci¨®n y ¡°evidente prisa¡± por renovar los principales cargos constitucionales bloqueados en el Consejo General del Poder Judicial o en el Tribunal Constitucional porque quiere reorientar la actual mayor¨ªa conservadora en esos ¨®rganos en favor de una tendencia progresista, ante los inminentes recursos y actuaciones que tendr¨¢n que dirimirse en esas instituciones. Y ah¨ª incluye todo lo relacionado con Catalu?a o cualquier medida que reclamen los socios independentistas. La negociaci¨®n para renovar esos cargos, con las normas legales que llevan lustros en vigor, se fren¨® hace tres a?os por el bloqueo del PP de Casado y, ahora, de Feij¨®o.
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