Espa?a sufri¨® en verano las noches m¨¢s calurosas desde que hay datos, con casi dos grados por encima de lo normal
Las noches tropicales se extienden de mayo a septiembre e incluso se siguen produciendo a medidos de octubre
Cuando la Agencia Estatal de Meteorolog¨ªa (Aemet) hizo balance de la temporada pasada, era tal el aluvi¨®n de datos sobre la intensidad del calor diurno que se pas¨® por alto un aspecto relevante: no solo fue ...
Cuando la Agencia Estatal de Meteorolog¨ªa (Aemet) hizo balance de la temporada pasada, era tal el aluvi¨®n de datos sobre la intensidad del calor diurno que se pas¨® por alto un aspecto relevante: no solo fue el verano con las temperaturas m¨¢ximas m¨¢s altas de la serie hist¨®rica ¨Dque arranca en 1961, a?o desde el que se dispone de datos validados para estudiar el car¨¢cter de las temperaturas en toda Espa?a¨D sino que las m¨ªnimas tambi¨¦n fueron las m¨¢s altas: la media fue de 16,3¡ãC, 1,9¡ãC por encima de lo normal. ¡°Hemos pasado las peores noches de nuestra vida¡±, sentencia Rub¨¦n del Campo, portavoz de Aemet. ¡°Aunque en las olas de calor ¨Dcasi la mitad de la estaci¨®n¨D las m¨ªnimas no se disparan tanto como las m¨¢ximas, superaron en tres d¨¦cimas al peor hasta ahora, 2003, y en medio grado al segundo peor, 2007¡å, explica Del Campo. Las noches ultrac¨¢lidas son peligrosas, ya que prolongan el estr¨¦s t¨¦rmico sufrido de d¨ªa al impedir que el cuerpo descanse y se recupere.
Una tercera parte de las estaciones de la red principal de Aemet registraron las noches m¨¢s calurosas de su historia en su conjunto. Sobresale Navacerrada: la media fue de 13,5¡ãC, 1,2¡ãC por encima del r¨¦cord anterior, de 2003. ¡°Est¨¢ a 1.900 metros y es ajena al efecto de la isla de calor urbano [que a?ade entre 1,5¡ãC y 2¡ãC a las m¨ªnimas]¡±, contextualiza el portavoz. Adem¨¢s, el 18% se anot¨® la noche m¨¢s c¨¢lida desde que hay datos. Destaca el aeropuerto de Le¨®n que, con 24,5¡ãC, bati¨® su cota m¨¢s alta por casi tres grados.
El fen¨®meno de las noches tropicales, en las que la m¨ªnima no baja de 20¡ãC, antes puntual y limitado al Mediterr¨¢neo, avanza por el interior peninsular, mientras que el siguiente escal¨®n, las noches t¨®rridas o ecuatoriales, por encima de 25¡ãC, se ha vuelto frecuente en el centro y la mitad sur y ha llegado a puntos donde era desconocido. Incluso ha empezado a tomar cuerpo un temido fantasma, una nueva categor¨ªa de noches por encima de 30¡ãC para las que no hay nombre ¨Del climat¨®logo Javier Mart¨ªn Vide propone infernales, flam¨ªgeras o ahornagantes¨D. Aunque hubo noches a m¨¢s de 30¡ãC ¨Dpor ejemplo 33,7¡ã en Ag¨¹imes y 30,5¡ãC en El Bosque (C¨¢diz)¨D, no constan en el banco de datos de Aemet. ¡°Las m¨ªnimas son enga?osas porque a veces refresca al final del d¨ªa y se enmascara lo terrible que fue la noche¡±, explica Del Campo.
Pese a ello, Espa?a se acerc¨® a esta nueva frontera: la mayor m¨ªnima en estaciones principales fue 29¡ãC en el puerto de Palma de Mallorca el 14 de agosto. Bati¨® su r¨¦cord absoluto ¨Dtambi¨¦n Valencia con 27,5¡ãC, Castell¨®n con 26,6¡ãC y Alicante con 28,6¡ãC¨D el mismo d¨ªa en el que una boya del mar balear registr¨® la temperatura m¨¢s alta de las aguas nacionales desde que hay registros, 31,3¡ãC. Aunque este verano no hubo noches infernales, s¨ª se alcanzaron en los ¨²ltimos a?os. Almer¨ªa ostenta el r¨¦cord nacional: 33¡ãC en 2001.
Y lejos de circunscribirse al verano, las noches ultrac¨¢lidas empiezan antes y terminan despu¨¦s. En mayo, Ja¨¦n registr¨® la primera t¨®rrida de la Pen¨ªnsula en dicho mes mientras que Sevilla, Badajoz, C¨®rdoba, Zaragoza, Toledo y Madrid sufrieron noches tropicales, que se han extendido a septiembre, ya en el oto?o meteorol¨®gico: San Sebasti¨¢n y Menorca marcaron su r¨¦cord absoluto con 24,1¡ãC y 28,8¡ãC. Durante este nuevo episodio c¨¢lido a mediados de octubre, se esperan en la costa mediterr¨¢nea y en el Guadalquivir. El s¨¢bado, ocurrieron en Marbella (M¨¢laga), Girona y Baleares. De los 17 d¨ªas que van de mes, 15 ha habido noche tropical en alg¨²n punto de estas islas.
Para determinar su incremento y extensi¨®n se necesita un estudio climatol¨®gico en profundidad, del que Aemet no dispone. Pero, a petici¨®n de este diario, la agencia ha extra¨ªdo datos de 11 ciudades, que en muchos casos revelan un imparable aumento. ¡°Varias puntos del interior norte han batido r¨¦cords de noches tropicales como Valladolid, donde se registraron 13, frente al r¨¦cord anterior de ocho en 2003. Ha pasado de tener una o ninguna en los setenta y ochenta a 2/3 de media en los ¨²ltimos 15 a?os, con una diferencia abismal este a?o¡±, detalla Del Campo. Zaragoza tambi¨¦n es ¡°un caso muy patente¡± al marcar r¨¦cord con 57, 10 m¨¢s que en 2003. ¡°Desde los cincuenta se han multiplicado por cinco¡±.
Seg¨²n un estudio del meteor¨®logo Roberto Granda en Eltiempo.es, el mayor n¨²mero de noches tropicales, excluyendo Canarias, se concentr¨® en el arco mediterr¨¢neo, donde se superaron las 80 e incluso las 100. ¡°El dato m¨¢s destacado es el de Capdepera (Mallorca) con 112, 54 de ellas ecuatoriales¡±, subraya Granda. Seg¨²n su an¨¢lisis, este verano estuvo ¡°muy re?ido con a?os destacados por el calor nocturno como 2003, 2012 o 2021¡å y en m¨¢s de un punto fue el peor, como en San Sebasti¨¢n, Toledo, C¨¢ceres y Ciudad Real. ¡°Otro caso muy llamativo por su altitud es Cuenca, con 30, lo que casi dobla el anterior r¨¦cord¡±. La asociaci¨®n meteorol¨®gica FrostSE ¨DAlbacete, Alicante, Murcia, Ja¨¦n, Almer¨ªa y Granada¨D, constata que ¡°la excepcional persistencia de m¨¢ximas hizo de los centros urbanos un aut¨¦ntico infierno¡±. Como ejemplo, cita Alcantarilla (Murcia), donde la media ha pasado de 25 en los ochenta a 61 de los ¨²ltimos 10 a?os.
Y las noches t¨®rridas llegaron, por primera vez, a Galicia. Aunque no constan en las estaciones principales de Aemet ¨Dla m¨ªnima m¨¢s alta se qued¨® a una d¨¦cima, 24,9¡ãC el 13 de julio en Pontevedra, que bati¨® su r¨¦cord por 1,2¡ãC¨D, s¨ª que las hay en las de Meteogalicia. Una portavoz del organismo cuenta que ese mismo d¨ªa, una las cuatro estaciones que tienen en Vigo, la de avenida de Madrid, registr¨® una m¨ªnima de 26,7¡ãC, mientras que en la del campus ascendi¨® a 29,6¡ãC. ¡°En Vigo se sufren un par de noches a 21¡ãC por verano, pero este fue hist¨®rico, al borde de la noche infernal¡±, certifica. En Segovia, donde tampoco las conoc¨ªan hasta este verano, hubo cuatro seguidas, con un r¨¦cord de 27,4¡ãC.
En El Retiro (Madrid), con datos desde 1920, no se produjo ninguna hasta 1987 y, de ah¨ª al a?o 2000, siete. En las dos ¨²ltimas d¨¦cadas han ido subiendo hasta llegar a 24, ¡°tres veces y media m¨¢s¡±. Frente a quienes culpan a la isla de calor, Del Campo aclara que ¡°el mayor aumento se produce con la ciudad plenamente configurada¡±: de las 24, 18 fueron en los ¨²ltimos seis a?os. Este verano fue ¡°tremendo¡±: tumb¨® el r¨¦cord, con nueve, ¡°cifra que multiplica por tres a la de los peores veranos, 1995, 2012, 2017 y 2020¡±. Cinco fueron consecutivas y se estableci¨® nuevo r¨¦cord: 26,2?C.
Otro caso ¡°llamativo¡± es el aeropuerto de Barcelona con siete, una menos que en 2015. Con datos desde 1924, hasta 2003 no hay noticias de ellas pero, desde entonces, la media est¨¢ en 2/3. En el aeropuerto de Sevilla hicieron acto de presencia en 1980 y en lo que va de siglo llevan 43, con una media de 2/3. En M¨¢laga, ¡°en este siglo hay cinco por verano, frente a las una o dos de los cincuenta¡±.
En el aeropuerto de Almer¨ªa este verano fue el segundo peor con 19. ¡°En este siglo son ocho de media cuando en los setenta eran 2/3¡±. En Valencia tambi¨¦n influye el efecto isla de calor, pero se disparan con la ciudad ya establecida: 2022 y 2015 empatan como los peores veranos con 16. ¡°De ser casi inexistentes hasta los ochenta, desde 2003 hay un promedio de seis¡±. En el aeropuerto de Palma de Mallorca ocurre lo que en Barcelona, Madrid y Sevilla: ¡°Empiezan en 1983 y desde entonces van 12, ocho desde 2014¡å.
El portavoz de Aemet concluye que el culpable, sin ning¨²n g¨¦nero de dudas, es el calentamiento global y que las proyecciones apuntan a que ir¨¢n a m¨¢s: si se sigue contaminando al ritmo actual, de aqu¨ª a 2050 aumentar¨¢n entre un 15 y un 25% en el peor de los escenarios, y a finales de siglo, un 50%. ¡°Es necesario adaptar los edificios y gestionar la planificaci¨®n urbana para estar preparados ante eventos m¨¢s frecuentes¡±, concluye FrostSE.
Nuevas investigaciones en curso
El grupo de investigación en Salud y Medio Ambiente Urbano (Gismau) del Instituto de Salud Carlos III, que ya calculó en 2015 cuánto aumenta la mortalidad por cada grado que se sobrepasa el umbral de ola de calor, está analizando ahora “cuál es la dimensión en salud del efecto de la isla térmica, que solo se refleja en las mínimas”, avanza uno de sus responsables, Julio Díaz.
“Mi intuición, pero aún es pronto para decirlo, es que las mínimas altas tienen un fuerte impacto en la morbilidad (ingreso en los hospitales), mientras que las máximas altas ya hemos comprobado que lo tienen en mortalidad”, apunta el investigador, que espera tener resultados en seis meses. “Fisiológicamente, una mínima alta lo que produce es no poder descansar, disconfort, una máxima alta, golpes de calor”, recuerda Díaz. Este verano, se atribuyen a las máximas 4.500 muertes en España.
Ya hay algunas investigaciones, como la liderada por el climatólogo Dominic Royé en 2021, que mostró que el exceso de calor y la duración de las noches cálidas están fuertemente asociados con muertes por causas específicas en el sur de Europa. En España, el aumento es del 16%, porcentaje que en Madrid sube al 26%. Además de su relación con la mortalidad y la morbilidad, el calor nocturno es el enemigo número uno del descanso. Un estudio de la Universidad de Copenhague en 68 países apunta a que roba de media 44 horas de descanso al año y que son los que "viven en climas más cálidos quienes pierden más horas".