Por qu¨¦ el PP podr¨ªa tenerlo peor de lo que parece

El bar¨®metro de noviembre de 40dB. para EL PA?S y Cadena SER muestra un escenario estable. Los populares se sit¨²an de nuevo como favoritos, pero a poca distancia de los socialistas, mientras que, por su lado, Vox (en un declive continuo y lento) y Unidas Podemos se posicionan, respectivamente, como tercera y cuarta fuerza pol¨ªtica. S¨®lo dos de estos cuatro partidos tienen l¨ªderes que hayan sido candidatos a la presidencia del Gobierno en elecciones anteriores, Pedro S¨¢nchez y Santiago Abascal. Con una larga trayectoria auton¨®mica, Alberto Nu?ez Feij¨®o se estrena en la pol¨ªtica nacional como principal contrincante de un presidente que suma una experiencia de gobierno de ya cinco a?os, mientras que Yolanda D¨ªaz, con una enorme popularidad, afronta el reto de reconstruir el espacio a la izquierda del PSOE. La incertidumbre de las pr¨®ximas elecciones generales, por tanto, proviene en gran medida de la renovaci¨®n de liderazgos, en un contexto socioecon¨®mico, adem¨¢s, endemoniado (la preocupaci¨®n ciudadana por el coste de la vida sigue disparada). Centremos aqu¨ª nuestra atenci¨®n en el PP.

La encuesta pone de manifiesto un importante deterioro desde mayo de la imagen del l¨ªder conservador. De los 11 atributos por los que se pregunt¨® tanto entonces como ahora, Feij¨®o cae en ocho. As¨ª, mientras que hace unos meses se impon¨ªa como el pol¨ªtico m¨¢s preparado, con m¨¢s experiencia, inteligencia y buenas formas, a d¨ªa de hoy s¨®lo destaca en preparaci¨®n y lo hace empatando con S¨¢nchez. De hecho, el presidente y la vicepresidenta segunda se reparten casi a partes iguales el primer puesto de todas las cualidades por las que se pregunta en este estudio.

Este deterioro no es incompatible con que, entre los suyos, la imagen de Feij¨®o se mantenga o incluso mejore. El problema es que s¨®lo con el apoyo de sus votantes m¨¢s fieles, resulta dif¨ªcil que el PP pueda ganar las pr¨®ximas elecciones. En este sentido, al explorar la encuesta, de libre acceso al p¨²blico, nos topamos con dos datos de inter¨¦s, ambos negativos para las perspectivas electorales del PP. Por un lado, se descubre que la valoraci¨®n de Feij¨®o cae entre los electores de Vox. Los votantes de Abascal tienen bastante peor opini¨®n de Feij¨®o ahora que cuando se estren¨® como l¨ªder nacional. As¨ª, pese a las turbulencias que ha sufrido Vox a ra¨ªz de la expulsi¨®n de la que fuera cabeza de lista por Andaluc¨ªa, Macarena Olona, el PP tiene dif¨ªcil recuperar el espacio de la extrema derecha que, no lo olvidemos, hasta el surgimiento de Vox, fue suyo. De hecho, llama la atenci¨®n que en este bar¨®metro los populares no capitalicen las peque?as fugas de Vox: estos votantes pasan a engrosar opciones como ¡®no contesta¡¯, es decir, el voto oculto.

Por otro lado, cabe resaltar el cambio que se ha producido en la batalla por el centro entre el PSOE y el PP. A partir de abril, coincidiendo con la salida de Pablo Casado, los populares ganaban por primera vez entre los ciudadanos moderados (los que se sit¨²an en el 5 de la escala ideol¨®gica de 0 a 10). En julio, la ventaja del PP sobre el PSOE en el centro alcanz¨® casi nueve puntos porcentuales. En este ¨²ltimo bar¨®metro, sin embargo, la distancia se ha reducido muy considerablemente, hasta 2,6 puntos a favor del PP. La expansi¨®n en el centro, por tanto, parece haberse agotado.

En suma, aunque el PP parta como favorito para las pr¨®ximas elecciones generales, el desempe?o de su l¨ªder tras poco m¨¢s de seis meses en el cargo no arroja un balance positivo: fideliza a los suyos, pero gusta menos a los votantes potenciales a un lado y otro del espectro pol¨ªtico que son imprescindibles para llegar a ser una alternativa ganadora.