Resucitar antes de extraditar: el caso del narco oficialmente muerto que Espa?a quiere juzgar
La Polic¨ªa Nacional recopila pruebas para intentar demostrar que Paul Wouter, preso en Hungr¨ªa, us¨® a m¨¦dicos y funerarias para lograr un certificado de defunci¨®n y librarse de un proceso por tr¨¢fico de drogas en Pontevedra
En mayo de 2020, Paul Wouter, el falso nombre del conocido narco brasile?o S¨¦rgio Roberto de Carvalho, de 59 a?os, no acudi¨® al requerimiento del juzgado de Pontevedra, como sol¨ªa hacer, aduciendo que ten¨ªa covid. Carvalho, cuya documentaci¨®n legal en Espa?a era la del holand¨¦s Wouter y que viv¨ªa en una mansi¨®n alquilada en Marbella (M¨¢laga), hab¨ªa quedado en libertad con cargos en 2018 tras ser detenido, junto a otra veintena de personas, por ser el presunto responsable de un cargamento de m¨¢s de dos toneladas de coca¨ªna que la Polic¨ªa Nacional intercept¨® en un carguero el 7 de agosto de 2018 en altamar, en un punto entre Funchal y Las Azores, procedente de las costas de Surinam.
Carvalho era, seg¨²n los investigadores, el garante de ese env¨ªo, ya que Manuel Charl¨ªn (del clan de los charlines) no daba confianza suficiente a la organizaci¨®n latinoamericana. Al poco tiempo volv¨ªa a ser citado por el juzgado y, ya en pleno confinamiento pand¨¦mico, comparec¨ªa por videoconferencia. En la siguiente citaci¨®n, Carvalho ya no apareci¨®. Su abogado present¨® un certificado de defunci¨®n: Paul Wouter hab¨ªa fallecido repentinamente el 29 de agosto de 2020 en su casa marbell¨ª, y as¨ª quedaba inscrito en el Registro Civil malague?o.
Sin embargo, algo llam¨® la atenci¨®n de los investigadores, que se percataron de que el m¨¦dico que firmaba aquel certificado de defunci¨®n era Jos¨¦ Mart¨ªn Martos, un esteticista de Marbella. Y, a los pocos meses, el 3 de septiembre de 2021, la polic¨ªa portuguesa remit¨ªa a sus hom¨®logos espa?oles un informe de vigilancias y registros en la vivienda lisboeta de Carvalho, donde hab¨ªa sido visto el presunto narco y donde se hab¨ªan incautado 13 millones de euros en met¨¢lico.
Dos a?os m¨¢s tarde, la sospecha se convert¨ªa en certeza: el pasado 21 de junio, Paul Wouter (Sergio Roberto de Carvalho) fue detenido en Budapest (Hungr¨ªa) como Igor Ivanovich Kuzmenko, en un control rutinario y con un pasaporte ucranio. Las huellas delataron sus otras dos identidades y, sobre todo, confirmaron que estaba vivo. La Polic¨ªa trata ahora de evidenciar el fraude gestado para la obtenci¨®n de su certificado defunci¨®n, ya que para extraditarlo y que sea juzgado en Espa?a previamente hay que ¡°resucitarlo¡±.
Porque con el certificado de defunci¨®n entregado en el Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 4 de Vigo (Pontevedra), Carvalho quedaba inmediatamente eximido de toda responsabilidad penal por el delito de narcotr¨¢fico del que se le acusaba aqu¨ª en Espa?a. ¡°El certificado de defunci¨®n es verdadero y es legal su tramitaci¨®n en el Registro Civil de M¨¢laga; es decir, Paul Wouter [Sergio de Carvalho], hoy por hoy, est¨¢ legalmente muerto en Espa?a¡±, agregan las mismas fuentes. Y eso que Carvalho ten¨ªa otra causa pendiente en Portugal por blanqueo, y estaba en busca y captura tras ser condenado por tr¨¢fico de drogas en Brasil, donde fue Mayor de la polic¨ªa militar desde mediados de los ochenta hasta finales de lo noventa.
Adem¨¢s, tambi¨¦n constaban causas abiertas contra ¨¦l en Estados Unidos, seg¨²n relatan los investigadores. Sin embargo, los documentos que portaba con identidades ajenas a la suya eran siempre verdaderos, lo que impidi¨® que las polic¨ªas de los distintos pa¨ªses que le reclamaban cruzasen sus datos hasta mucho m¨¢s tarde, explican.
Las sospechas sobre la veracidad de su muerte llevaron a los investigadores hasta un espa?ol llamado F. Pascual, supuestamente escolta de Wouter en M¨¢laga. ¡°Primero declar¨® que hab¨ªa acudido a su casa porque se encontraba mal y que presenci¨® c¨®mo le daba un ataque y mor¨ªa all¨ª mismo¡±, relatan los investigadores. ¡°Despu¨¦s, cambio la versi¨®n y asegur¨® que hab¨ªa ido a su casa extra?ado porque Wouter no le contestaba al tel¨¦fono y entr¨® con unas llaves que ten¨ªa del domicilio y se lo encontr¨® muerto en el sof¨¢¡±. Acto seguido dijo que llam¨® a una ambulancia, pero los agentes han buscado el aviso ¡°P10¡å correspondiente a ese tipo de atenciones m¨¦dicas y no ha aparecido por ninguna parte, ni en centros m¨¦dicos p¨²blicos ni en privados; no consta que ninguna ambulancia acudiese a ese lugar aquel d¨ªa, 29 de agosto, pese a que ese es el documento que constata la atenci¨®n ofrecida por un servicio de emergencias (112, 061...) y las circunstancias m¨¦dicas de un fallecimiento.
Testigos y contradicciones
Por su parte, el m¨¦dico esteticista que supuestamente firm¨® el certificado de defunci¨®n de Wouter asegur¨® a la polic¨ªa que no recordaba absolutamente nada de ese d¨ªa de agosto; no se acordaba de las circunstancias en las que pudo firmar ese certificado y no descart¨® que ni si siquiera acudiera al domicilio del fallecido. No obstante, el escolta asegur¨® en una de sus declaraciones que fue el propio Wouter quien llam¨® al m¨¦dico, que acudi¨® al domicilio. Tambi¨¦n dijo el escolta que no vio a los empleados de la funeraria que acudieron a por el cuerpo, pese a que uno de ellos asegura que F. Pascual estaba en la casa cuando llegaron, avisados supuestamente por el m¨¦dico.
Tres trabajadores del cementerio en el que presuntamente se llev¨® a cabo la cremaci¨®n han declarado que dentro del f¨¦retro hab¨ªa un cuerpo, pero que ninguno de ellos comprob¨® su identidad porque son ¡°meros peones¡±. Las cenizas se las llev¨® el escolta, y as¨ª consta en la documentaci¨®n recopilada por la polic¨ªa. Los investigadores sospechan que el m¨¦dico, el administrador de la funeraria y uno de sus empleados, y el escolta pudieron compincharse con Paul Wouter por un precio para que este obtuviera un certificado de defunci¨®n, por lo que habr¨ªan incurrido en un delito de falsificaci¨®n documental. La Fiscal¨ªa Antidroga y la juez de Pontevedra tendr¨¢n que decidir ahora si las pruebas y contradicciones aportadas por los investigadores son suficientes para anular ese certificado de defunci¨®n y ¡°resucitar¡± a Wouter en Espa?a, para extraditarlo desde Hungr¨ªa y que finalmente sea juzgado.
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