La propuesta del PSOE para reformar la ley de libertad sexual genera dudas entre los juristas
Diversos especialistas en la norma piden estudiar con calma los posibles cambios, que la mayor¨ªa considera ¡°innecesarios¡±
La percepci¨®n que tienen la mayor¨ªa de los expertos en derecho penal respecto a c¨®mo se castigan en Espa?a las agresiones sexuales dista de la que impera en la opini¨®n p¨²blica y entre los partidos pol¨ªticos. Los juristas advierten desde hace d¨¦cadas de que el marco penal espa?ol es de los m¨¢s severos de Europa y aseguran que estos castigos elevados no incrementan la protecci¨®n para las mujeres, por lo que suelen ser reacios a reformas legales que supongan incrementar las penas, ...
La percepci¨®n que tienen la mayor¨ªa de los expertos en derecho penal respecto a c¨®mo se castigan en Espa?a las agresiones sexuales dista de la que impera en la opini¨®n p¨²blica y entre los partidos pol¨ªticos. Los juristas advierten desde hace d¨¦cadas de que el marco penal espa?ol es de los m¨¢s severos de Europa y aseguran que estos castigos elevados no incrementan la protecci¨®n para las mujeres, por lo que suelen ser reacios a reformas legales que supongan incrementar las penas, una reacci¨®n que se ha repetido este lunes tras conocer la propuesta del PSOE para modificar la ley de libertad sexual. Pero las posturas entre los expertos tampoco son un¨ªvocas y mientras algunos rechazan de plano el cambio, otros lo consideran ¡°innecesario¡±. Solo uno de la media docena de penalistas consultados cree conveniente reformar la norma para distinguir n¨ªtidamente entre los casos en los que la agresi¨®n se comete usando violencia o intimidaci¨®n, y otros menos graves, en la l¨ªnea con lo que propone el PSOE. Pero este experto pide trabajar la reforma con calma y advierte de que deber¨ªa incluir tambi¨¦n una rebaja de las conductas que antiguamente se consideraban abuso sexual y ahora est¨¢n incluidas dentro del delito de agresi¨®n. ¡°De lo contrario, esas conductas no tan graves van a seguir teniendo, injustificadamente, una pena m¨¢s elevada que la de antes¡±, advierte.
Todos los penalistas parten de una premisa: las rebajas y excarcelaciones fruto de las revisiones de sentencias o de recursos sobre condenas recientes ya no se pueden frenar, porque ninguna reforma legal puede perjudicar al reo de forma retroactiva. Partiendo de esa premisa, el aumento de las penas en las agresiones m¨¢s graves que ahora plantean los socialistas solo se aplicar¨¢ para los delitos cometidos a partir de que esa futura reforma entre en vigor. Y, llegados a este punto, sea cual sea la opini¨®n que se tuviera sobre la ley de libertad sexual, la mayor¨ªa considera que habr¨ªa que dejar que se consolidara la ley actual y se asentara la jurisprudencia y, solo entonces, modificar lo que se considere que no est¨¢ dando los efectos deseados. ¡°A los tribunales cuando empiezan a aplicar una ley les cuesta un tiempo percibir las diferencias reales entre leyes y cambiar el chip. Hasta que pasados meses o a?os empiezan a elaborar jurisprudencia distinta. Hay que vivir ese proceso antes de plantear una posible reforma¡±, se?ala Patricia Faraldo, catedr¨¢tica de Derecho Penal de la Universidad de A Coru?a y miembro de la comisi¨®n de expertos que particip¨® en la redacci¨®n de la ley que ahora se va a reformar.
En la misma l¨ªnea se expresa Mar¨ªa Acale, catedr¨¢tica de Derecho Penal de la Universidad de C¨¢diz, partidaria de esperar a que terminen las revisiones de sentencias. ¡°Hay que mirar hacia adelante¡±, se?ala Acale, quien lamenta que se est¨¦ extendiendo una sensaci¨®n de ¡°alarma¡± entre la opini¨®n p¨²blica. ¡°Las v¨ªctimas est¨¢n seguras, no se les puede transmitir este miedo¡±, subraya. Para esta experta, la mayor¨ªa de las rebajas de penas se podr¨ªan evitar aplicando un ¡°ant¨ªdoto¡± que recoge la propia norma: el art¨ªculo 194 bis, que establece: ¡°Las penas previstas en los delitos de este t¨ªtulo se impondr¨¢n sin perjuicio de la que pudiera corresponder por los actos de violencia f¨ªsica o ps¨ªquica que se realizasen¡±. ¡°La ley obliga a los jueces a aplicar concurso de delitos entre los actos de agresi¨®n sexual y la violencia o intimidaci¨®n que haya utilizado. ?Qu¨¦ sentido tiene volver a incorporar en la referencia a la violencia o la intimidaci¨®n?¡±, se pregunta Acale.
La catedr¨¢tica Faraldo hace tambi¨¦n referencia a este art¨ªculo y a otros que tampoco se est¨¢n ¡°exprimiendo¡±: ¡°Algunos tribunales est¨¢n haciendo simplemente una rebaja aritm¨¦tica. Donde pon¨ªa seis a?os ahora pone cuatro. Pero es que si coges la nueva ley, tienes que aplicar la medida de seguridad de libertad vigilada; la pena de privaci¨®n de patria potestad e inhabilitaci¨®n para el ejercicio de otros derechos; impedir las salidas en tercer grado si no se han aprovechado los cursos de formaci¨®n en la materia¡±, se?ala Faraldo, quien cree que agravar las penas en los casos de violencia o intimidaci¨®n supondr¨¢ ¡°volver a sacar el foco del consentimiento¡±. En esta l¨ªnea, la experta coincide con la raz¨®n principal que esgrime Podemos para oponerse a la propuesta socialista. ¡°Lo que define el delito es que la conducta sexual se produzca sin el consentimiento de la v¨ªctima. Y ya hay un marco penal adecuado que castiga los casos con violencia o agresi¨®n¡±, afirma.
¡°Las penas est¨¢n bien como est¨¢n¡±
No todos los expertos comparte, no obstante, este temor. Para el catedr¨¢tico Manuel Cancio, una reforma como la que se est¨¢ planteando ¡°no afecta al coraz¨®n de la norma¡±. ¡°Mientras la definici¨®n de consentimiento se mantenga, la esencia va a ser esa¡±, se?ala Cancio, que se muestra cr¨ªtico con la reforma anunciada, a la que califica de ¡°innecesaria¡±. ¡°Las penas est¨¢n bien como est¨¢n, incluso son altas. El homicidio est¨¢ castigado con de 10 a 15 a?os. Hay violaciones muy graves que te salen por lo mismo y eso chirr¨ªa¡±, asegura. ¡°Si se vuelve a distinguir expresamente entre las conductas con violencia e intimidaci¨®n y los que no, no creo que se est¨¦ cometiendo ning¨²n error, lo que ocurre es que tiene m¨¢s impacto pol¨ªtico que real. No va a cambiar nada porque esa distinci¨®n la ley ya la hace¡±, apunta.
El catedr¨¢tico Jos¨¦ Luis D¨ªez Ripoll¨¦s s¨ª se muestra partidario de distinguir entre unos supuestos y otros porque considera que la redacci¨®n actual ¡°desdibuja¡± las diferencias entre conductas muy distintas. ¡°Hay que volver a la situaci¨®n anterior en la que se diferenciaba n¨ªtidamente entre agresiones y abusos. Si se quiere usar el mismo t¨¦rmino para ambas conductas es una cuesti¨®n sem¨¢ntica, no importa. Siempre que se distingan los casos seg¨²n el medio de comisi¨®n, seg¨²n se haya usado violencia o intimidaci¨®n, u otros medios comisivos menos graves, como tambi¨¦n se hace en otros lugares del C¨®digo Penal¡±. Con todo, si se hace la reforma, advierte el catedr¨¢tico, tambi¨¦n habr¨ªa que modificar otros aspectos a los que no alude la propuesta socialista, como reducir el excesivo n¨²mero de agravantes que se incorporaron en la ley del solo s¨ª es s¨ª y rebajar las penas para los casos no tan graves, que antes se consideraban abusos, y a los que la nueva norma incrementa el castigo al englobarlos bajo el delito de agresi¨®n.