Detenido un profesor por pederastia en un colegio de Estepona del que la polic¨ªa sospecha que hay m¨¢s v¨ªctimas

Todo empez¨® con un ni?o que ya no pudo soportarlo m¨¢s. Despu¨¦s de siete a?os intentando digerir lo que le hab¨ªa sucedido en el colegio durante las horas de comedor, el menor le explic¨® a sus padres lo que le hac¨ªa ese monitor que le ped¨ªa apartarse del resto del grupo para irse con ¨¦l a una clase vac¨ªa. A finales del a?o pasado, el ni?o de 13 a?os empez¨® a hablar. Y a finales de enero sus padres acudieron a la polic¨ªa a denunciarlo. Al d¨ªa siguiente, el hombre, de 33 a?os y que vive y trabaja entre Estepona y Oj¨¦n, en la provincia de M¨¢laga, fue detenido. Gracias a ese testimonio, los investigadores localizaron a otra v¨ªctima, pero sospechan que hay m¨¢s menores agredidos en otros centros educativos.

¡°Lo que cuenta es espeluznante¡±, resume una fuente cercana al caso. Esta primera v¨ªctima tiene ahora mismo 13 a?os y las agresiones en diferentes d¨ªas se produjeron en 2015, cuando ¨¦l estaba en primaria. El ni?o ha sido capaz solo despu¨¦s del paso de los a?os de relatar las agresiones sufridas e identificar al hombre. Desde que empez¨® a hablar, los padres nunca dudaron de la palabra de su hijo.

Ambas v¨ªctimas estudiaban en un colegio de la localidad malague?a de Estepona en el que el profesor ejerci¨® al menos entre 2015 y 2018 como monitor en la hora de comedor y patio. Ahora tiene una plaza como profesor en un colegio de Oj¨¦n, tambi¨¦n en M¨¢laga. Desde que se descubrieron los hechos, la polic¨ªa ha puesto en conocimiento de los dos centros los testimonios de los ni?os y est¨¢ tratando de encontrar otros colegios en los que el detenido tambi¨¦n haya estado contratado.

El hombre, de 33 a?os y cuyo nombre empieza por J, ha negado los hechos en todo momento y ha asegurado que se trata de un error. Pero, seg¨²n las declaraciones de los denunciantes, les amenazaba con contar lo sucedido a sus padres y hacer da?o a otros familiares menores para mantenerles atemorizados y que no hablaran. Ese es el motivo por el que la primera v¨ªctima, que ha necesitado terapia psicol¨®gica para verbalizar lo que le ocurri¨®, no explic¨® a sus padres antes los hechos.

La otra agresi¨®n se produjo en 2018 cuando la otra v¨ªctima, una ni?a, ten¨ªa cinco a?os. Sucedi¨® en el mismo centro y en circunstancias parecidas. Seg¨²n el relato de la familia, la ni?a lleg¨® a casa diciendo quej¨¢ndose de dolor, as¨ª que sus padres la llevaron al hospital. En el centro hospitalario le realizaron una revisi¨®n y varias pruebas psicol¨®gicas y observaron lesiones compatibles con una agresi¨®n sexual. La madre entonces lleg¨® a acudir al centro a relatar sus sospechas, pero no denunci¨® porque pens¨® que nadie la creer¨ªa.

En el registro de la casa del acusado, los agentes se incautaron de material de varios m¨®viles y ordenadores que ahora tendr¨¢n que analizar para comprobar si grababa los abusos, si consum¨ªa contenido ped¨®filo o incluso si lleg¨® a distribuirlo.

El juez decret¨® su ingreso en prisi¨®n, a petici¨®n del abogado de la acusaci¨®n, algo que no solicit¨® el Ministerio Fiscal. La titular del juzgado de instrucci¨®n Mixto 1 de Estepona consider¨® que exist¨ªan indicios para mandar al detenido a prisi¨®n ante la posibilidad de reincidencia. La investigaci¨®n contin¨²a ante la certeza de los agentes de que si han aparecido dos v¨ªctimas y considerando los a?os que este hombre lleva trabajando en colegios, puede haber m¨¢s.