Vox convierte su moci¨®n de censura en el ¡®juicio pol¨ªtico¡¯ a S¨¢nchez que le rechaz¨® el Supremo
Abascal se asegura con la elecci¨®n de Tamames que su candidato no se convertir¨¢ en un futuro rival como Olona
Para muchos, la avanzada edad de Ram¨®n Tamames, 89 a?os, es su mayor inconveniente. Para Santiago Abascal, es una ventaja. El mi¨¦rcoles, cuando Vox confirm¨® que ser¨ªa el candidato de su moci¨®n de censura, revel¨® que el economista y exdirigente del PCE hab¨ªa dicho que se sent¨ªa como el Cid, pero los seguidores de Abascal no lo ven como un ¨¦mulo del campeador, un papel que en todo caso atribuyen a su l¨ªder. Lo ven como a Cicer¨®n, el senador y c¨®nsul romano que se erigi¨® en defensor de la Rep¨²blica frente a la amenaza de la ...
Para muchos, la avanzada edad de Ram¨®n Tamames, 89 a?os, es su mayor inconveniente. Para Santiago Abascal, es una ventaja. El mi¨¦rcoles, cuando Vox confirm¨® que ser¨ªa el candidato de su moci¨®n de censura, revel¨® que el economista y exdirigente del PCE hab¨ªa dicho que se sent¨ªa como el Cid, pero los seguidores de Abascal no lo ven como un ¨¦mulo del campeador, un papel que en todo caso atribuyen a su l¨ªder. Lo ven como a Cicer¨®n, el senador y c¨®nsul romano que se erigi¨® en defensor de la Rep¨²blica frente a la amenaza de la tiran¨ªa. ¡°?Hasta cu¨¢ndo seguir¨¢s abusando de nuestra paciencia?¡±, podr¨ªa ser, seg¨²n quienes lo conocen, el arranque de su catilinaria contra el presidente del Gobierno.
¡°[Pedro] S¨¢nchez les tiene tomada la medida a [Alberto N¨²?ez] Feij¨®o, a Cuca Gamarra e incluso a Abascal¡±, argumentan en el entorno de Vox, ¡°pero Tamames lo saca de su zona de confort¡±. Desde la autoridad moral de su dilatada trayectoria pol¨ªtica ¡ªiniciada en las c¨¢rceles de Franco¡ª y acad¨¦mica ¡ªcon varias decenas de libros, incluido un superventas como Estructura Econ¨®mica de Espa?a, que va por su 26? edici¨®n¡ª Tamames se propone hacer en la tribuna del Congreso un diagn¨®stico de la situaci¨®n de Espa?a no muy diferente del que acostumbran el PP y Vox, con un tono m¨¢s sosegado y cort¨¦s ¡ªha dicho que le gustar¨ªa cenar con S¨¢nchez la v¨ªspera del debate¡ª, pero no menos demoledor. La diferencia, agregan las mismas fuentes, es que Tamames ¡°est¨¢ de vuelta de todo, m¨¢s all¨¢ del bien y del mal¡±, y nadie podr¨¢ acusarlo de albergar ambiciones de cara al futuro. Se presentar¨¢ como quien viene a prestar un ¡°¨²ltimo servicio¡± a su pa¨ªs. Para Vox, es un representante de la sociedad civil, uno de los ¨²ltimos exponentes de la Transici¨®n que el ¡°Gobierno social-comunista¡± habr¨ªa traicionado.
Esta es una operaci¨®n de ¡°alto riesgo¡±, admiten en Vox, de la que pueden derivarse beneficios cuantiosos o p¨¦rdidas catastr¨®ficas. Pero en la que no todos arriesgan lo mismo. ¡°S¨¢nchez cometer¨ªa un error garrafal si intentara ridiculizarlo, como acostumbra con sus adversarios pol¨ªticos. Aunque se despiste o trastabille, un se?or como Tamames merece respeto y la gente no se lo perdonar¨ªa¡±, apostillan. Ese es el mayor riesgo para S¨¢nchez.
Para Abascal, el peligro est¨¢ en que su candidato se anime a exponer un programa de Gobierno, como manda el art¨ªculo 177 del Reglamento del Congreso. El telonero de Tamames ser¨¢ el propio Abascal quien, sin l¨ªmite de tiempo, expondr¨¢ las razones de la moci¨®n de censura; es decir, por qu¨¦ es tan urgente echar a S¨¢nchez de La Moncloa que no se puede esperar a las elecciones generales, dentro de nueve meses, aunque ¨¦l ha tardado casi tres desde que anunci¨® su moci¨®n hasta que vaya a registrarla el lunes. A continuaci¨®n, ser¨¢ el turno del candidato para defender su alternativa.
Ah¨ª pueden empezar los problemas porque su ¨²nico programa, si prosperase la censura, ser¨ªa convocar elecciones inmediatas, seg¨²n ha prometido Abascal, pero Tamames no renuncia a exponer algunas ideas de lo que, en su opini¨®n, habr¨ªa que hacer para enderezar Espa?a. Mientras m¨¢s se meta en harina, peor. Aunque el candidato comparte la cr¨ªtica de Vox al Estado auton¨®mico, sus recetas son muy diferentes. En 2019, el economista reprochaba a Mariano Rajoy que no hubiera aceptado el pacto fiscal que le ped¨ªa siete a?os antes el presidente de la Generalitat Artur Mas, y aseguraba que ¡°la Constituci¨®n posibilita un Estado catal¨¢n dentro del Reino de Espa?a¡±. Las mayores amenazas para la democracia eran, a su juicio, el independentismo y el populismo; entendido este como ¡°proponer recetas f¨¢ciles para problemas complejos¡±. Una descripci¨®n de lo que hace Vox con la inmigraci¨®n irregular.
Tamames ha pasado las ¨²ltimas semanas puliendo su discurso. Asegura que no se ajustar¨¢ a la doctrina del partido que lo propone y que tiene plena libertad para exponer sus ideas. No importa, porque esas ideas no se convertir¨¢n en un programa de gobierno, ya que la iniciativa est¨¢ condenada al fracaso, y ni siquiera, como otros aspirantes que lo precedieron sabiendo que ser¨ªan derrotados (como Felipe Gonz¨¢lez, en 1980), constituye un anticipo del programa electoral de Vox. Lo que diga Tamames solo compromete a Tamames, y Tamames no se presentar¨¢ a las pr¨®ximas elecciones. Fuentes conocedoras de las negociaciones admiten que el candidato no se ha planteado nunca ser jefe del Gobierno, sino solo exponer sus propuestas ante el pueblo espa?ol, representado por el Congreso. ¡°Es una oportunidad que se presenta una vez en la vida¡±, ha dicho, para justificar que haya cedido a la tentaci¨®n.
En realidad, lo que Vox quiere plantear en el Congreso no es una moci¨®n de censura constructiva, tal como la configura el art¨ªculo 113 de la Constituci¨®n, sino un juicio pol¨ªtico, al estilo del previsto en Estados Unidos y las rep¨²blicas latinoamericanas, como el que acab¨® con la destituci¨®n en 2016 de la sucesora de Luiz In¨¢cio Lula da Silva en la presidencia de Brasil, Dilma Rousseff. Su objetivo no fue sustituir a Rousseff, sino derribarla ¡ªla relev¨® su vicepresidente, Michel Temer¡ª por considerarla culpable de graves delitos.
El 23 de diciembre, Abascal convoc¨® a los periodistas ante la sede del Supremo para anunciar a bombo y platillo la presentaci¨®n de una querella contra Pedro S¨¢nchez y otros altos cargos del Gobierno y la Generalitat por los supuestos delitos de conspiraci¨®n para la rebeli¨®n y malversaci¨®n; entre otros. Es decir, por planear un golpe de Estado. El d¨ªa 15, el Supremo dio un rapapolvo a Abascal y desestim¨® de plano la querella, alegando que solo se basaba en ¡°especulaciones¡± y ¡°procesos de intenci¨®n¡± e indic¨¢ndole que sus posiciones pol¨ªticas, tan leg¨ªtimas como las contrarias, ¡°deben ventilarse en la contienda electoral¡± y no en los tribunales. El primer acto de esa contienda ser¨¢ la moci¨®n de censura.
Dos catedr¨¢ticos de Derecho Constitucional, Agust¨ªn Ruiz Robledo y Diego L¨®pez Garrido, coinciden en que la iniciativa de Vox se aparta del modelo previsto en la Constituci¨®n y el Reglamento del Congreso, aunque admiten que cabe en este marco, pues no es la primera vez que se propone a un candidato que no busca gobernar. Aunque s¨ª que se postula a uno que no est¨¢ en condiciones f¨ªsicas de hacerlo.
Abascal se juega mucho, pero no se ha arriesgado a ceder el foco a alguien que pueda hacerle sombra en el futuro. El hecho de que su candidato tenga 89 a?os (9 m¨¢s que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden) le garantiza que no se convertir¨¢ en un rival, como le pas¨® con Macarena Olona. Ese riesgo s¨ª exist¨ªa con otros nombres que se barajaron ¡ªRosa D¨ªez o Cayetana ?lvarez de Toledo¡ª, pero no con Tamames, que desaparecer¨¢ de la escena pol¨ªtica tras interpretar el papel de protagonista por un d¨ªa.
El rol m¨¢s deslucido en el reparto le ha tocado al presidente del PP, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, quien ha descalificado la moci¨®n de censura como un ¡°show parlamentario¡±. Sin posibilidad de intervenir para dar la r¨¦plica, el PSOE lo acusar¨¢, ya ha empezado, de ser la mano que mueve los hilos entre bambalinas; y Abascal le reprochar¨¢ que, si Tamames ha ocupado la tribuna, es porque ¨¦l la ha dejado vac¨ªa. Su ¨²nica esperanza es que el espect¨¢culo sea deslucido y el p¨²blico lo olvide pronto.
El viernes Abascal admit¨ªa en Zaragoza que la moci¨®n puede ser un error t¨¢ctico, pero advert¨ªa al presidente del PP que, si no quiere que la censura fortalezca a S¨¢nchez, solo tiene una opci¨®n: votar a favor. Es decir, reconocerle como l¨ªder de facto de la oposici¨®n, un rango que Vox no reconoce a Feij¨®o.