S¨¢nchez ataca ¡°la indecente abstenci¨®n¡± del PP de Feij¨®o a la moci¨®n de censura de Tamames
El Congreso rechaza con 201 votos que incluyen al bloque de la investidura la candidatura del economista propuesto por Vox
El presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, no se ha resistido a la posibilidad que le permite el Reglamento del Congreso de intervenir en cualquier momento y ha cerrado estos dos d¨ªas de debate de la moci¨®n de censura de Vox con un ataque frontal al l¨ªder de la oposici¨®n, el popular Alberto N¨²?ez Feij¨®o, que ha querido permanecer ausente del Parlamento. S¨¢nchez ha comparado ¡°el arranque de lucidez y decoro¡± que tuvo hace casi dos a?os y medio el anterior presidente del PP, Pablo Casado, cuando no se limit¨® solo a imponer el voto en contra de otra moci¨®n de Vox contra S¨¢nchez. El entonces l¨ªder de los populares escenific¨® sus diferencias abismales con el ultra Santiago Abascal. Y el presidente del Gobierno ha tildado de ¡°indecente¡± el voto de abstenci¨®n del PP de Feij¨®o. El Congreso ha terminado rechazando al candidato a la presidencia propuesto por la extrema derecha, Ram¨®n Tamames, con 201 votos negativos, la mayor¨ªa del bloque de la investidura. Los 88 diputados del PP, los dos tr¨¢nsfugas de UPN y el de Foro Asturias se han abstenido. La iniciativa de Vox solo ha recibido el respaldo de los 52 votos del partido de la ultraderecha y el de Pablo Cambronero, exdiputado de Ciudadanos.
El jefe del Ejecutivo entiende que no procede ¡°ponerse de perfil¡± ni ser ¡°equidistante ni indiferente entre la legitimidad democr¨¢tica con origen en las urnas y el vac¨ªo y el fraude constitucional¡±. En el Gobierno tienen la tesis de que ¡°la abstenci¨®n de Feij¨®o es miedosa¡± y est¨¢ condicionada por sus futuros pactos con la ultraderecha de Vox tras las elecciones locales y auton¨®micas del 28 de mayo. Los dos socios de la coalici¨®n concluyen que han salido reforzados de esta disputa, aunque Unidas Podemos aprovech¨® para exigir m¨¢s giro a la izquierda con hechos y leyes sociales. Vox sostiene que ha cubierto de sobra sus expectativas de retratar para mal a S¨¢nchez y a Feij¨®o. El PP defiende que este espect¨¢culo dado en el Congreso socava a Vox y le har¨¢ ganar algunos votantes.
A las 11.30, cuando la que parec¨ªa ¨²ltima exposici¨®n del candidato Ram¨®n Tamames terminaba, tras dos d¨ªas de sesi¨®n y casi 14 horas de mon¨®logos, el presidente S¨¢nchez no desperdici¨® el escenario para regalarse una revolera dial¨¦ctica para sentenciar la jornada y enfilar los argumentarios de la campa?a electoral ya en mente. Casi nadie se ha tomado lo ocurrido estos dos d¨ªas en el Congreso como una moci¨®n de censura de verdad. Nada que ver con las cinco anteriores de esta etapa democr¨¢tica. Lo experimentado esta vez en la C¨¢mara baja est¨¢ todav¨ªa pendiente de definir. El objetivo de S¨¢nchez en el debate, y en particular en el remate final de este mi¨¦rcoles antes del fracaso de la votaci¨®n, era medirse con Feij¨®o y su incomparecencia.
Al presidente le gusta presentarse como un pol¨ªtico que se trabaja los temas, que lo lee todo, incluso el reguero de entrevistas concedidas estas semanas previas por el candidato Tamames, y tambi¨¦n sigue al d¨ªa las exposiciones e intervenciones del l¨ªder de la oposici¨®n. En su r¨¦plica final a la ponencia de Tamames ¨Dque en realidad apenas dijo nada sobre los improperios generalizados que recibi¨® de casi una veintena de portavoces de los distintos partidos¨D S¨¢nchez recurri¨® a su queja del d¨ªa anterior sobre que la ¨²nica meta de la estrategia de Vox y el PP con esta moci¨®n era paralizar la acci¨®n de su Ejecutivo y poner marcha atr¨¢s hacia el pasado. Y fue as¨ª como contrapuso de nuevo esa confluencia ¡°apocal¨ªptica¡± de intereses entre la derecha y la ultraderecha ¡°con la coalici¨®n progresista y la mayor¨ªa plural y diversa de la C¨¢mara que saca adelante reformas de pa¨ªs y la paz social¡±.
A S¨¢nchez y al PSOE les desata los nervios escuchar a la portavoz del PP, Cuca Gamarra, o incluso al l¨ªder de Vox, Santiago Abascal, denunciar que este Gobierno es corrupto, que el exdiputado socialista del caso Mediador, Juan Bernardo Fuentes Curbelo, ten¨ªa su centro de operaciones irregulares en el Congreso o incluso que desde el BOE ahora se promueve la desuni¨®n de Espa?a. El presidente aludi¨® ¨Daunque con menos vehemencia que el portavoz de su grupo, Patxi L¨®pez, poco antes¨D a que con los ejecutivos del PP ¡°la corrupci¨®n s¨ª campaba a sus anchas¡± y en Catalu?a se sufri¨® una crisis que puso en un brete a todo el pa¨ªs. L¨®pez s¨ª incidi¨® ¡°con pasi¨®n¡±, para contratacar las arremetidas sobre corrupci¨®n de Gamarra, en que el PP tiene a una alcaldesa en Marbella, ?ngeles Mu?oz, con un patrimonio familiar sospechoso de 12 millones de euros, con que Feij¨®o se fotograf¨ªa y come con un imputado en el Consell de Ibiza y, sobre todo, con que a un exministro del Interior de esa formaci¨®n, Jorge Fern¨¢ndez, la Fiscal¨ªa le pide 15 a?os por su participaci¨®n en la llamada Operaci¨®n Catalu?a o de la polic¨ªa patri¨®tica. Tambi¨¦n mencion¨® de pasada que Feij¨®o pas¨® algunas vacaciones y se retrat¨® en el pasado con el narcotraficante gallego Marcial Dorado.
S¨¢nchez, sin embargo, opt¨® por centrar sus ataques en Feij¨®o. El l¨ªder socialista record¨® as¨ª que el anterior presidente popular no solo se opuso a respaldar ¡°con un arranque de lucidez y decoro¡± la anterior moci¨®n de censura de Vox en esta legislatura, sino que lo hizo por una raz¨®n de fondo y refrit¨® las palabras de Casado entonces contra Abascal: ¡°No es que no nos atrevamos a ser como ustedes, es que no queremos ser como ustedes¡±.
S¨¢nchez denunci¨® as¨ª que Feij¨®o ahora ¡°calla, y con su silencio lo dice todo¡±. El presidente entiende que el dirigente popular refleja hasta qu¨¦ punto ¡°necesita a Vox para ganar y gobernar en algunas comunidades aut¨®nomas y ayuntamientos¡± tras las elecciones del 28-M. El l¨ªder socialista ensalz¨® como un comportamiento ¡°decente¡± aquel voto en contra de Casado y lo contrapuso con ¡°la indecente abstenci¨®n¡± ahora del PP de Feij¨®o. Y lo justific¨® en que ¡°no puede haber equidistancia entre la legitimidad democr¨¢tica de origen en las urnas y el vac¨ªo y el fraude constitucional de la moci¨®n de este calibre¡± impulsada ahora por Vox. S¨¢nchez lament¨® que Feij¨®o se ¡°ponga de perfil¡± y vaticin¨® que ser¨¢ la sociedad la que tendr¨¢ que decidir con su voto en las siguientes elecciones.
Tanto S¨¢nchez como Patxi L¨®pez han acusado al candidato Tamames de no haber ¡°respetado al Parlamento¡± y cumplido con el requisito de presentar un programa alternativo en su moci¨®n ¡°de tierra quemada¡±. Le refrescaron la realidad que se esconde tras algunos comportamientos de la ultraderecha que le ha jaleado o de sus futuros socios del PP, a los que el portavoz socialista achac¨® ser ¡°los ¨²nicos que no cumplen la Constituci¨®n al bloquear la renovaci¨®n del Poder Judicial¡±.
Tamames, que cre¨ªa haber despachado la sesi¨®n matinal de la censura con algunos comentarios condescendientes sobre los variopintos portavoces, se sinti¨® obligado a contestar al presidente. Y lo hizo para insistir en algunas de las fijaciones que le asaltan a estas alturas de su larga y diversa trayectoria pol¨ªtica. Al Tamames actual, camino de los 90 a?os, le parecen desfasadas y fuera de ¨¦poca las etiquetas de ¡°fascistas y franquistas, izquierdas y derechas¡± y todo lo relacionado con la Memoria Democr¨¢tica. El candidato de la moci¨®n fallida de Vox enmarca el comportamiento de S¨¢nchez, como sus extensos discursos, dentro del ¡°s¨ªndrome de La Moncloa¡± que acecha a casi todos los presidentes que acaban por sucumbir ante aquel dilema dibujado por Ram¨®n, el m¨ªtico portadista de Hermano Lobo: ¡°Yo o el caos¡±.
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