Abascal trata de morder en el feudo gallego de Feij¨®o frente a un PP que lo ningunea
Vox, el ¨²nico partido a¨²n sin candidato a la Xunta, baraja presentar al nieto de Manuel Fraga, asesor del grupo ultra en el Parlamento Europeo
Cuando se pregunta al presidente de Galicia y candidato a la reelecci¨®n, el popular Alfonso Rueda, si est¨¢ dispuesto a pactar con Vox para continuar en el Pazo de Raxoi, sede de la Xunta, siempre contesta lo mismo: ¡°No se va a dar esa circunstancia porque Vox no va a tener representaci¨®n en el Parlamento gallego¡± tras las elecciones del 18 de febrero. Es una forma de escurrir el bulto, pero tambi¨¦n un aviso a los electores: seg¨²n el PP, los votos a Vox son votos tirados a la basura porque no se traducir¨¢n en esca?os. A¨²n peor: pueden abrir la puerta de la presidencia de la Xunta al Bloque Nacionalista Galego (BNG), al privar al candidato popular del apoyo necesario para reeditar su mayor¨ªa absoluta.
Frente a una estrategia que pretende laminarlos, los ultras se defienden con u?as y dientes. ¡°Feij¨®o hizo la campa?a del 23-J contra Vox. Un error grav¨ªsimo que pagan hoy todos los espa?oles. Y ahora, cuando S¨¢nchez perpetra un golpe contra el Estado de derecho, Feij¨®o-Rueda siguen en campa?a contra Vox¡±, ha escrito Santiago Abascal en la red social X. Tras haber pactado en seis comunidades aut¨®nomas ¡ªformando gobiernos de coalici¨®n en cinco de ellas¡ª y m¨¢s de un centenar de ayuntamientos, Feij¨®o y Abascal se enfrentan ahora en Galicia a cara de perro. Ambos se juegan mucho. El primero, demostrar que su partido se las basta por s¨ª solo para desbancar a S¨¢nchez; el segundo, obligar al PP a ir de su brazo si quiere tocar poder.
Vox lo tiene muy dif¨ªcil para entrar en el Parlamento gallego, el ¨²nico que todav¨ªa se le resiste. El partido ultra obtuvo casi 80.000 votos en Galicia en las elecciones generales del pasado 23 de julio, pero no sac¨® ning¨²n diputado y solo en la provincia de A Coru?a super¨®, por los pelos, el 5% de los sufragios. Ese es el list¨®n que hay que sobrepasar para tener representaci¨®n en el Parlamento gallego, seg¨²n la ley auton¨®mica. El PP asegura que los votos que se llev¨® el partido de Abascal en las generales lo privaron, al menos, de un esca?o por Pontevedra, que fue a parar a manos del PSOE. Un argumento con el que machacar¨¢n en las pr¨®ximas semanas.
El adelanto electoral ha pillado a Vox con el pie cambiado. Es la ¨²nica de las grandes formaciones pol¨ªticas que a¨²n no tiene candidato para el 18-F. A falta de un parlamentario nativo, el exjuez Jos¨¦ Mar¨ªa S¨¢nchez, que ocupa un esca?o en el Congreso por Alicante, ejerce como ¡°diputado padrino¡±, el encargado de defender sus intereses en las Cortes, y se ha paseado por la comunidad aut¨®noma durante estas primeras semanas de precampa?a electoral.
Sin embargo, el nombre que en medios de Vox se baraja como candidato es el de Manuel Fraga Pedroche, nieto del exministro franquista, fundador de Alianza Popular (marca original del PP) y presidente de la Xunta entre 1990 y 2005 Manuel Fraga Iribarne. Su nieto es asesor del secretariado del ECR (Reformistas y Conservadores Europeos), el grupo del Parlamento Europeo en el que se encuadra Vox, junto a los eurodiputados de Fratelli d¡¯Italia de Meloni o los polacos de Ley y Justicia. Manuel Fraga Pedroche empez¨® como asistente y luego asesor del Partido Popular Europeo (EPP) en 2012, pero en 2019, sin moverse de Estrasburgo, se pas¨® al grupo ultra.
Incluso con un Fraga como candidato, Vox lo tiene muy dif¨ªcil para morder en el feudo electoral del PP. ¡°En Galicia, Vox no est¨¢ ni se le espera¡±, afirma rotundo un exdirigente de la formaci¨®n de Abascal. Para empezar, Vox Galicia no existe. En coherencia con su rechazo a unas comunidades aut¨®nomas que quiere suprimir, el partido ultra carece de estructura regional. Ante la convocatoria de los comicios, ha tenido que cambiarle el nombre a la cuenta del comit¨¦ provincial de A Coru?a en la red social X y rebautizarla como ¡±VoxGalicia#18F¡±, para lanzar sus mensajes. En esta provincia gallega, en la que tiene mayor implantaci¨®n, ha pasado sucesivas crisis internas: en octubre de 2022 dimiti¨® su cabeza de lista en las auton¨®micas de 2020, Ricardo Morado, tras denunciar el abandono por parte de la direcci¨®n nacional del partido; y hace poco m¨¢s de dos meses cesaba el presidente provincial, alegando motivos personales. Vox carece de implantaci¨®n territorial en Galicia (solo tiene una concejal en el municipio de Avi¨®n, Ourense) y, al no tener representaci¨®n en el Parlamento disuelto, se le ha excluido de los debates televisivos, lo que le deja en desventaja respecto a sus competidores.
Pese a ello, Abascal no tira la toalla y est¨¢ dispuesto a llevar a Galicia la batalla ling¨¹¨ªstica contra la supuesta discriminaci¨®n del castellano, de la que ha hecho bandera en la Comunidad Valenciana y Baleares. Mientras el PP sostiene que no existe un problema con la lengua en la comunidad gallega y habla de un ¡°biling¨¹ismo arm¨®nico¡±, Vox asegura que el castellano est¨¢ discriminado en la escuela, la administraci¨®n o la cultura y pone en la diana al secretario general de Pol¨ªtica Ling¨¹¨ªstica de la Xunta y coordinador del programa electoral del PP para el 18-F, Valent¨ªn Garc¨ªa, al que acusa de coquetear con el nacionalismo y propiciar el ascenso del BNG.
En las ¨²ltimas semanas, Vox ha anunciado que propondr¨¢ la derogaci¨®n de la reci¨¦n aprobada ley de la Xunta sobre igualdad efectiva entre hombres y mujeres, se ha sumado a la campa?a contra el aborto que promueven foros ultraconservadores de Am¨¦rica Latina y se ha opuesto al pacto entre PSOE y PP para cambiar el t¨¦rmino ¡°disminuidos¡± por ¡°personas con discapacidad¡± en la Constituci¨®n. Trata as¨ª de marcar perfil propio y poner el acento en los asuntos que m¨¢s le separan del PP para intentar frenar la marea del voto ¨²til. En las elecciones auton¨®micas de julio de 2020 no le sirvi¨® de mucho: sac¨® el 2% de los votos al Parlamento de Galicia, frente al 7,9% que hab¨ªa obtenido en las generales solo ocho meses antes.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.