Los 10 a?os de la revoluci¨®n popular de Gamonal: ¡°Burgos demostr¨® que es un pueblo con reda?os¡±
La oposici¨®n triunfal del barrio m¨¢s poblado de Castilla y Le¨®n contra los planes urban¨ªsticos del Ayuntamiento queda en el recuerdo de sus vecinos, que viven una tranquilidad muy distinta a las algaradas de aquellos convulsos d¨ªas
Las paredes del barrio de Gamonal (Burgos) parecen modernos tablones de anuncios medievales: anta?o se colgaban bandos, hoy mandan las pintadas y los murales. ¡°Todos los mandamientos del capitalismo se resumen en uno: pase lo que pase, gana la banca¡±, pregona una tapia de ladrillos con letras negras y rojas sobre fondo blanco. ¡°Los barrios deciden, Burgos no se vende¡±, desaf¨ªa otro tabique. Escrutar los ventanales regala mezclas curiosas, con banderas de Palestina cerc...
Las paredes del barrio de Gamonal (Burgos) parecen modernos tablones de anuncios medievales: anta?o se colgaban bandos, hoy mandan las pintadas y los murales. ¡°Todos los mandamientos del capitalismo se resumen en uno: pase lo que pase, gana la banca¡±, pregona una tapia de ladrillos con letras negras y rojas sobre fondo blanco. ¡°Los barrios deciden, Burgos no se vende¡±, desaf¨ªa otro tabique. Escrutar los ventanales regala mezclas curiosas, con banderas de Palestina cercanas a rojigualdas. El obrero, diverso y multi¨¦tnico Gamonal respira tranquilo tras hiperventilar en 2014 al enfrentarse al Ayuntamiento por un millonario proyecto urban¨ªstico. Eran tiempos de crisis econ¨®mica y agitaci¨®n y el barrio tom¨® las calles para expresar, con gritos y algaradas, su desafecci¨®n. Ganaron. El plan se detuvo y hoy todav¨ªa digieren la victoria con el est¨®mago lleno de compromiso social.
Un representante del Centro Social Recuperado (CSR) de Gamonal, un antiguo espacio abandonado rehabilitado por activistas para alojar actividades solidarias o culturales, recita casos posteriores donde el m¨²sculo social, fortalecido hace una d¨¦cada, demostr¨® su poder: ¡°El barrio lider¨® la oposici¨®n a las casas de apuestas¡±. El CSR resiste mientras el Ayuntamiento, de PP y Vox, busca finiquitarlo pese a su labor comunal. De estas calles proviene la mayor¨ªa de grupos de pensionistas o desempleados que participan en concentraciones y all¨ª cuaj¨® una fuerte red solidaria durante la pandemia, con ayuda econ¨®mica, recursos o atenciones a familias o migrantes desfavorecidos, a¨²n atendidos por la comunidad. Mohamed Dahm¨¢n ten¨ªa solo nueve a?os cuando Gamonal estall¨®. Nacido en el S¨¢hara Occidental, afirma que hubiera participado en las protestas para agradecer la acogida: ¡°Nunca tuve problemas¡±.
La victoria se fragu¨® en la ancha calle de Vitoria, arteria circulatoria, comercial y vital del norte burgal¨¦s. Un se?or mayor sentado en un banco encarn¨® como pocos aquella revoluci¨®n de barrio. Rufino Hern¨¢ndez gastaba 70 a?os en 2014 cuando se apost¨® en unos bancos atravesados en esa v¨ªa como barricadas. Los vecinos los hab¨ªan colocado ah¨ª durante los d¨ªas de alzamiento contra la especulaci¨®n inmobiliaria, peleados con la Polic¨ªa y el Ayuntamiento (PP). El objetivo com¨²n: impedir la construcci¨®n de un bulevar en estas calles. La crisis, los desahucios y los ERE crec¨ªan mientras la alcald¨ªa planteaba gastar nueve millones de euros en una metamorfosis urban¨ªstica. Los vecinos ganaron el pulso, entre manifestaciones diurnas y batallas nocturnas, y una d¨¦cada despu¨¦s las memorias paladean aquella medalla.
El triunfo rejuvenece a Rufino Hern¨¢ndez, que ahora reside en Cuenca. ¡°Era 2014, sufr¨ªamos la gran crisis de 2008, con paro tremendo y mucha preocupaci¨®n. Sali¨® por el bulevar, pero podr¨ªa haber sido cualquier cosa, fue la gota que colm¨® el vaso¡±, explica el octogenario, que particip¨® en la marea desplegada por las avenidas sin m¨¢s paraguas que la indignaci¨®n contra el Consistorio. Al principio no hab¨ªa partidos pol¨ªticos, solo asociaciones indignadas. La ira se enfoc¨® en dos nombres: el hoy senador y entonces alcalde de Burgos, Javier Lacalle (PP), y el empresario Antonio M¨¦ndez Pozo, primer constructor condenado por corrupci¨®n pol¨ªtica en Espa?a, en 1994, y due?o del principal conglomerado medi¨¢tico de Castilla y Le¨®n. El bulevar costaba nueve millones de euros y ofrec¨ªa al vecindario comprar plazas a altos precios en un aparcamiento subterr¨¢neo por el que sustituir¨ªan los espacios retirados. ¡°El barrio fue el verdadero protagonista y quien descubri¨® que Gamonal existe, que Burgos no es un sitio casposo, sino un pueblo con reda?os y capacidad de respuesta¡±, se enorgullece Hern¨¢ndez.
El barrio m¨¢s poblado de Castilla y Le¨®n (60.000 habitantes, un tercio de los 180.000 burgaleses) fue independiente hasta 1955, cuando se integr¨® en la ciudad tras una historia con m¨²ltiples casos de rebeld¨ªa, como pugnas medievales por una iglesia. El coautor de Gamonal, una historia desde abajo, Marcos Erro, vivi¨® las revueltas sobre los adoquines y el asfalto: ¡°Fue una victoria indiscutible en otro contexto socioecon¨®mico, de gran crisis econ¨®mica y social, un barrio obrero viv¨ªa despidos, ERE en f¨¢bricas del pol¨ªgono, desahucios¡¡±. Entretanto, agrega que el Consistorio rechazaba reabrir y remodelar una guarder¨ªa por 12.000 euros, pero barajaba una inversi¨®n millonaria ¡°incomprensible y para beneficiar a un constructor corrupto como M¨¦ndez Pozo, se juntaron todos los ingredientes¡±. Erro ensalza la movilizaci¨®n derivada del 15-M y las asambleas capaces de impedir desahucios y mezclarse con ¡°el tejido social¡± de Gamonal, de alma ¡°populista, dif¨ªcil de encajar en un partido, pero con memoria de luchas para conseguir servicios¡±.
El entonces concejal popular ?ngel Ib¨¢?ez, hoy diputado nacional, recuerda la algarab¨ªa. ¡°Eran circunstancias extraordinarias, con crisis y movimientos sociales que dieron al traste con un proyecto de revalorizaci¨®n¡±, explica el pol¨ªtico, del propio Gamonal, que ¡°desaprovech¨® recursos¡±. Ib¨¢?ez asume que el contexto ¡°vol¨® por los aires¡± las iniciativas. ¡°El proyecto se bas¨® en la regeneraci¨®n y mejora de espacios p¨²blicos¡±, cree, y reniega de las acusaciones sobre guarder¨ªas cerradas o informaciones disparadas esas semanas. Un alto cargo de aquella Junta de Castilla y Le¨®n (PP) tilda el episodio como ¡°revuelta cojonuda¡±, pero relativiza: ¡°Era un conflicto serio, pero tampoco lo segu¨ªamos con atenci¨®n desmedida, no era mayo del 68¡±. ¡°No se vivi¨® como una derrota, se resolvi¨® y el barrio est¨¢ tranquilo¡±, resuelve.
El barrio est¨¢ tranquilo en la actualidad. El PP gan¨® en las elecciones europeas de 2014 en la zona pese a la fama izquierdista del callejero, ali?ada por mensajes en el mobiliario urbano, como ¡°Todo el poder para los barrios¡± o pintadas como ¡°La lucha es el camino¡±. Despu¨¦s, el PSOE sigui¨® ganando la cita con las urnas. Dos mujeres y un hombre que pasean por la relajada calle de Vitoria declinan dar nombres porque aquello ya pas¨®, pero difieren en sus opiniones. Una de ellas defend¨ªa el bulevar porque Gamonal ¡°se est¨¢ quedando muy viejo y hubiera aportado modernidad, aunque era mucho dinero¡±. Otra cr¨ªtica el proyecto por las formas de desarrollarlo y matiza que ¡°ahora tampoco estamos muy boyantes¡± al preguntarle por aquel caldo de cultivo socioecon¨®mico. Su acompa?ante, tras otear las calles aleda?as, con bloques anticuados, algunos adoquines levantados y pocos ¨¢rboles, resume as¨ª antes de seguir el paseo: ¡°Los nervios estaban encendidos, el barrio est¨¢ desfasado y necesita cambios, pero quiz¨¢ no el bulevar¡±.