Espa?a afronta un marat¨®n electoral en un ambiente t¨®xico
La legislatura vuelve a sumirse en la incertidumbre tras la convocatoria de elecciones en Catalu?a, mientras la confrontaci¨®n pol¨ªtica se degrada cada d¨ªa. En un a?o, se habr¨¢n celebrado seis comicios en Espa?a
Era un empe?o casi personal de Pedro S¨¢nchez. Quer¨ªa a toda costa sacar los Presupuestos de 2024, a pesar de que como mucho durar¨ªan seis meses. Una parte del Gobierno, con ?scar Puente a la cabeza, le insist¨ªa en que no val¨ªa la pena: mejor ir directamente a buscar los de 2025, con calma, con menos riesgo de fracaso. Pero S¨¢nchez quer¨ªa los de 2024 como fuera por un objetivo sobre todo pol¨ªtico. Pretend¨ªa responder definitivamen...
Era un empe?o casi personal de Pedro S¨¢nchez. Quer¨ªa a toda costa sacar los Presupuestos de 2024, a pesar de que como mucho durar¨ªan seis meses. Una parte del Gobierno, con ?scar Puente a la cabeza, le insist¨ªa en que no val¨ªa la pena: mejor ir directamente a buscar los de 2025, con calma, con menos riesgo de fracaso. Pero S¨¢nchez quer¨ªa los de 2024 como fuera por un objetivo sobre todo pol¨ªtico. Pretend¨ªa responder definitivamente a la gran pregunta que le persigue en la m¨¢s dif¨ªcil de sus tres legislaturas: ?esto aguanta?
Sobre las ocho de la tarde del pasado mi¨¦rcoles, las alertas sonaron en los m¨®viles de los tres representantes de Sumar que acababan de salir de las oficinas del Ministerio de Hacienda en la calle de Alcal¨¢, en el coraz¨®n de Madrid. Durante dos horas, Joaqu¨ªn P¨¦rez Rey, mano derecha de Yolanda D¨ªaz en el Ministerio de Trabajo, y los diputados Manuel Lago y Carlos Mart¨ªn hab¨ªan estado haciendo n¨²meros con el jefe de gabinete de la ministra, Carlos Moreno. Al d¨ªa siguiente se iba a aprobar en el Congreso la ley de amnist¨ªa, y el camino para los nuevos Presupuestos parec¨ªa expedito. Los equipos de los dos socios del Gobierno hablaron sobre todo de los fondos disponibles para partidas sociales. Cuando ya se iban con la sensaci¨®n de haber avanzado en la negociaci¨®n, las alertas saltaron como un mazazo: acababan de perder el tiempo. La Moncloa anunciaba su renuncia a negociar los Presupuestos. La convocatoria anticipada de elecciones en Catalu?a, despu¨¦s de que el Parlament tumbase otras cuentas, en este caso las de la Generalitat, forzaba a S¨¢nchez a desistir de su empe?o.
Ese mi¨¦rcoles hab¨ªa comenzado con una atm¨®sfera f¨¦tida impregnando el sal¨®n de plenos del Congreso. Parec¨ªa que la confrontaci¨®n pol¨ªtica no pod¨ªa ir m¨¢s all¨¢ de las cotas alcanzadas con la ley de amnist¨ªa, pero todav¨ªa estaba por llegar el caso Koldo. El brutal ataque del PP con ese esc¨¢ndalo de cobro de comisiones ilegales en la compra de mascarillas que golpea al PSOE deriv¨® en un s¨®rdido debate en que los dos principales partidos se cruzaron acusaciones hasta de narcotr¨¢fico y prostituci¨®n. ¡°Pensaba que ya lo hab¨ªa visto todo en el Congreso, pero a¨²n me faltaba esto¡±, confesaba dos d¨ªas despu¨¦s, todav¨ªa con asombro, uno de los diputados m¨¢s veteranos de la C¨¢mara. En ese ambiente de enfrentamiento salvaje se avecinan tres convocatorias electorales en tres meses: el 21 de abril en Euskadi, el 12 de mayo en Catalu?a y el 9 de junio las europeas en toda Espa?a. Es ya casi un axioma entre los polit¨®logos que una de las razones del encanallamiento del debate pol¨ªtico reside en el estado de campa?a permanente en que viven los partidos. Antes del verano, Espa?a habr¨¢ completado seis en el plazo de un a?o, una por cada dos meses.
Despu¨¦s de que la pasada semana se cerrase el pacto de la ley de amnist¨ªa, la vicepresidenta y ministra de Hacienda, Mar¨ªa Jes¨²s Montero, cre¨ªa que pod¨ªa tener los Presupuestos en pocas semanas. Ya se hab¨ªan producido contactos con todos los grupos y las sensaciones eran buenas. Aunque ERC ven¨ªa avisando desde el fin de semana: todo bien, siempre que tengamos Presupuestos en Catalu?a. El l¨ªder del PSC, Salvador Illa, tambi¨¦n advirti¨® a S¨¢nchez: ¡°Ojo, los Presupuestos catalanes pueden no salir¡±. Los comunes, la marca local de Sumar, amenazaban con votar en contra si no se renunciaba al proyecto del Hard Rock, un macrocomplejo tur¨ªstico en Tarragona que incluir¨ªa el mayor casino de Europa. Pese a todo, en ERC a¨²n cre¨ªan que los comunes iban de farol.
El lunes hubo mucho movimiento en Madrid. Y el martes fue fren¨¦tico. Montero reclam¨® a Ernest Urtasun, ministro de Cultura, catal¨¢n y portavoz de Sumar, que intercediese ante sus compa?eros de los comunes. Urtasun le dijo que era Illa el que se empe?aba en el Hard Rock. ¡°Ten¨¦is que convencer a los vuestros¡±, le rog¨® Montero. ¡°Sois vosotros los que ten¨¦is que convencer a Illa¡±, replic¨® Urtasun.
S¨¢nchez y D¨ªaz no llegaron a hablar del asunto. Pero esta tensi¨®n dej¨® un fuerte recelo entre los socios gubernamentales. Los socialistas critican a la vicepresidenta segunda por no controlar su espacio pol¨ªtico y permitir que los suyos infligiesen una derrota a un aliado esencial como ERC. Sumar no es un partido al uso, sino una especie de confederaci¨®n en la que los comunes gozan de plena autonom¨ªa. ¡°Aqu¨ª no se funciona a golpe de ¨®rdenes¡±, alegan en la c¨²pula de la formaci¨®n. Los de D¨ªaz est¨¢n convencidos de que era Illa, favorito en las encuestas, quien quer¨ªa forzar elecciones y S¨¢nchez decidi¨® no pararlo. El l¨ªder del PSC, pese a todo, intent¨® disuadir a los comunes: ¡°Le est¨¢is haciendo un favor a Aragon¨¨s [Pere, president y l¨ªder de ERC], le dais la excusa para adelantar¡±. Pero el grupo de Ada Colau no se lo cre¨ªa y buscaba reforzar su perfil pol¨ªtico con un ¡°no¡± al megacasino.
El resultado de todos estos juegos cruzados ha sido echar por tierra los planes de S¨¢nchez y volver a la incertidumbre que ya parec¨ªa disipada. Con la aprobaci¨®n de la amnist¨ªa, a la espera de su paso por el Senado, se confiaba en que la legislatura arrancase de una vez despu¨¦s de tres meses empantanados en el tr¨¢mite de esa ley. El marat¨®n electoral vuelve a ralentizarlo todo, para desesperaci¨®n de D¨ªaz y los suyos, que confiaban en recuperar el perfil perdido poniendo de nuevo en primer plano la pol¨ªtica social del Ejecutivo. Y todo eso en el ambiente que se plasm¨® en las tremebundas sesiones de control en el Senado y en el Congreso de esta semana: el PP repitiendo como un mantra que los socialistas se dedican a ¡°la coca y la prostituci¨®n¡±; S¨¢nchez reclamando la dimisi¨®n de Isabel D¨ªaz Ayuso por el fraude fiscal de su novio y echando en cara a Alberto N¨²?ez Feij¨®o su vieja amistad con un contrabandista gallego que acab¨® en la c¨¢rcel por narco; el l¨ªder del PP apuntando a la esposa del presidente por sus relaciones profesionales con Air Europa, una de las compa?¨ªas del sector tur¨ªstico rescatadas por el Gobierno¡ Todo eso que espant¨® incluso a los diputados m¨¢s curtidos.
Ambiente envenenado
Algunos miembros del Gobierno consultados admiten que este ambiente envenenado suele perjudicar a la izquierda. La derecha est¨¢ hipermovilizada para echar a S¨¢nchez y no ha sufrido coste electoral por subir el diapas¨®n o llegar al ¡°que te vote Txapote¡± de las auton¨®micas y municipales de 2023. En cambio, la extensi¨®n del ¡°todos son iguales¡±, la idea de que la pol¨ªtica es algo t¨®xico, suele desmovilizar a la izquierda. Aun as¨ª, miembros socialistas del Gobierno defienden que S¨¢nchez tiene que responder a los ataques y m¨¢s cuando ha surgido el caso del presunto delito fiscal de la pareja de Ayuso y sus comisiones millonarias tambi¨¦n por contratos de venta de mascarillas en plena pandemia, mientras el PP sigue golpeando d¨ªa y noche con el caso Koldo. ¡°Ya sabemos que este ambiente no es bueno para nosotros, pero no podemos perderles la cara nunca¡±, se?ala un miembro del Ejecutivo.
¡°En 2023 decidimos pasar de los ataques del PP y Vox y aferrarnos a la gesti¨®n¡±, resume otro ministro. ¡°Y eso nos llev¨® a perder casi todo nuestro poder territorial en las auton¨®micas y municipales. S¨¢nchez decidi¨® salir de la cueva, contestar, y as¨ª logramos volver a gobernar tras las generales. ?La alternativa cu¨¢l es, agachar la cabeza mientras dicen que tu l¨ªder es un corrupto cuando hemos pedido el acta a nuestro ex secretario de organizaci¨®n [Jos¨¦ Luis ?balos, ahora en el Grtupo Mixto] sin que est¨¦ imputado en nada? No lo vamos a hacer¡±.
Esa bajada al barro de S¨¢nchez y los suyos ha provocado, en cambio, un profundo disgusto en Sumar. D¨ªaz lo exterioriz¨® en la sesi¨®n de control, cuando, minutos despu¨¦s de la carnicer¨ªa verbal entre el presidente y Feij¨®o, le toc¨® intervenir y advirti¨® de que no iba a ¡°participar de un espect¨¢culo¡± que, sentenci¨®, ¡°erosiona la democracia¡±. ¡°Esto es letal para nosotros¡±, lamentan en la parte minoritaria del Gobierno. Los aliados parlamentarios han procurado hasta ahora mantenerse al margen de la refriega. Entre ellos se valora que S¨¢nchez actuase con rapidez para exigir su responsabilidad a ?balos, pero la actitud tan belicosa del presidente tambi¨¦n incomoda a algunos de ellos. El bar¨®metro del CIS arroj¨® esta semana un dato que alimenta a los cr¨ªticos con la estrategia socialista: cuando se pregunta a los ciudadanos por el principal problema del pa¨ªs, el m¨¢s citado es ¡°el Gobierno y partidos o pol¨ªticos concretos¡± (11%) y en tercer lugar ¡°el mal comportamiento de los partidos¡± (10,4%).
El panorama a¨²n es susceptible de empeorar con las campa?as electorales. El PP ha apostado todo a las europeas, que quiere convertir en un plebiscito. Precisamente por eso, S¨¢nchez, aunque no fuese su plan A, espera tomar ox¨ªgeno antes con las catalanas, donde todas las encuestas sit¨²an al PSC como favorito. En la direcci¨®n de Feij¨®o se ha instalado la idea de que la situaci¨®n pol¨ªtica de S¨¢nchez es insostenible y que si ellos fuerzan la m¨¢quina, el Gobierno puede caer. Los dos grandes partidos suben el tono cada vez m¨¢s. Y a¨²n queda el plato fuerte: en pleno ambiente electoral, se pondr¨¢n en marcha hasta cinco comisiones parlamentarias de investigaci¨®n. En el Congreso habr¨¢ cuatro, una de ellas sobre la guerra sucia que organiz¨® en su d¨ªa el Gobierno del PP contra el independentismo y otra sobre los contratos de compra de mascarillas de todas las Administraciones. Esta ¨²ltima tendr¨¢ su contrapunto en el Senado, donde el PP la centrar¨¢ exclusivamente en el caso Koldo. Las dos se van a mirar de reojo y las comparecencias pueden ser del m¨¢ximo nivel. El PP llevar¨¢ con toda seguridad a la presidenta del Congreso, la socialista Francina Armengol, por su gesti¨®n como jefa del Gobierno balear y no se descarta incluso llamar a S¨¢nchez o a su esposa. Entre los convocados en el Congreso pueden estar Ayuso o el mismo Feij¨®o como expresidente gallego.
La pregunta que S¨¢nchez quer¨ªa dejar resuelta con los Presupuestos ¡ª?esto aguanta?¡ª sigue en el aire. Y nadie entre los aliados parlamentarios se atreve a darle contestaci¨®n. ¡°Todo es extremadamente inestable, las cosas cambian de una semana para otra¡±, afirma un diputado de uno de los grupos nacionalistas. ¡°En la mayor¨ªa de investidura tenemos adem¨¢s dos fuerzas imprevisibles: Junts y Podemos¡±. Sobre la incidencia de las elecciones que vienen, no hay temor a las consecuencias de las vascas. Pase lo que pase, PNV y EH Bildu apuntan su intenci¨®n de seguir sosteniendo a S¨¢nchez. Incluso si la izquierda abertzale consiguiese sobrepasar al PNV como primera fuerza y el PSOE le cerrase el paso renovando ¡ªcomo parece previsible¡ª su acuerdo con la formaci¨®n de Andoni Ortuzar, los de Arnaldo Otegi mantendr¨¢n su estrategia en Madrid. Las catalanas son otra cosa. Porque ah¨ª hasta un gran ¨¦xito del PSC podr¨ªa ser contraproducente para S¨¢nchez si eso se tradujese en dejar fuera del poder a alguna de las dos formaciones independentistas. Sobre todo teniendo en cuenta ese car¨¢cter impredecible de Junts al que aluden todos los dem¨¢s aliados parlamentarios del Ejecutivo.
Son los socialistas los que insisten en garantizar que esto aguanta. ¡°Nadie les perdonar¨ªa en Catalu?a a Junts o ERC que tumbaran el Gobierno y abrieran paso a la derecha y la ultraderecha¡±, comenta un ministro. ¡°Pujol empez¨® su declive cuando pact¨® con Aznar. Ahora ser¨ªa mucho peor. Y aunque en mayo se apruebe la amnist¨ªa, despu¨¦s hay que aplicarla, y ellos saben c¨®mo ser¨ªa con un Gobierno del PP y Vox. No hay ning¨²n incentivo para que acaben con la legislatura. Hay Gobierno para rato¡±. Contra la apariencia de par¨¢lisis, en el PSOE destacan que hay una docena de leyes en el Congreso que se est¨¢n trabajando con todos sus socios: ense?anzas art¨ªsticas, eficiencia en la justicia, del cine, contra el blanqueo, contra el proxenetismo, paridad, prohibici¨®n de desahucios hipotecarios, agencia de salud p¨²blica, derecho a la defensa, familias, movilidad sostenible y derechos de autor. Se han ca¨ªdo los Presupuestos, pero no se ha roto la mayor¨ªa, subrayan. ¡°Todo es endiablado, es in¨²til negarlo, pero tenemos nuestras bazas para mantener la legislatura. Nadie quiere romper¡±, insisten en La Moncloa.
S¨¢nchez, amarrado desde el comienzo de la legislatura a la divisa de ¡°hacer de la necesidad virtud¡±, parece convencido de que el nuevo escenario, aunque no lo buscase, le puede favorecer. Desde la pandemia, ha tenido muchas noches electorales desastrosas ¡ªMadrid, Andaluc¨ªa, auton¨®micas, locales, gallegas¡ª y unas pocas ¡ªdos¡ª alegres. En estas ¨²ltimas siempre descoll¨® una gran protagonista: Catalu?a. Todas las bazas de los socialistas se juegan en la plaza que ya fue clave para Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, antes para Felipe Gonz¨¢lez y ahora de nuevo para que S¨¢nchez pueda, por fin, asegurar que de verdad esto aguanta.