Revuelo interno en el PP con las leyes revisionistas de los gobiernos con Vox: ¡°Hay que evitar este tema¡±
La extrema derecha arrastra a los populares a sus batallas culturales y les aleja del centro
Franquismo. 1. m. Dictadura impuesta en Espa?a por el general Franco a partir de la guerra civil de 1936-1939 y mantenida hasta su muerte, en 1975. 2. m. Per¨ªodo hist¨®rico que comprende la dictadura del general Franco.
Casi medio siglo despu¨¦s de la muerte de Franco, los principales dirigentes del PP han tenido que responder esta semana a una pregunta: ?fue el franquismo una dictadura? En la respuesta, el presidente de Castilla y Le¨®n, Alfonso Fern¨¢ndez Ma?ueco, se acogi¨® con asepsia a la definici¨®n en el diccionario. ¡°Para m¨ª el franquismo es una dictadura y eso es algo que lo dice la Real Academia de la Lengua. Uno coge la Real Academia de la Lengua, analiza: franquismo. Y dice: dictadura. Por tanto, sobre esto no hay m¨¢s que decir¡±. El l¨ªder del PP, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, por su parte, opt¨® por enriquecer la definici¨®n con ETA. ¡°El franquismo ha sido una dictadura y ETA una banda terrorista y el que no acepte estas dos cuestiones pues probablemente tendr¨¢ un problema. Nosotros, no¡±.
La pregunta sobre el franquismo ha perseguido esta semana al PP por la ofensiva de los gobiernos bipartitos de PP y Vox de Arag¨®n, Comunidad Valenciana y Castilla y Le¨®n contra las leyes de memoria democr¨¢tica, que est¨¢n derogando y sustituyendo por otras de ¡°concordia¡± revisionistas y con el ¨²nico apoyo de los dos partidos de la derecha. La nueva ley del Gobierno de Castilla y Le¨®n evita la palabra ¡°dictadura¡±, as¨ª que por ese olvido, que para el Ejecutivo de Pedro S¨¢nchez implica blanquear el franquismo, han surgido las preguntas.
El Gobierno ha anunciado que llevar¨¢ la nueva normativa auton¨®mica al Tribunal Constitucional, as¨ª como a la ONU, al Consejo de Europa y al Parlamento Europeo, porque considera que viola el derecho internacional. El presidente S¨¢nchez termin¨® la semana visitando el laboratorio instalado en el Valle de Cuelgamuros, donde un equipo de forenses trabaja para tratar de identificar los restos de 160 v¨ªctimas de la Guerra Civil, la mayor¨ªa represaliados del franquismo, reclamados por sus familiares. La visita de S¨¢nchez respond¨ªa de forma simb¨®lica a la ofensiva de la derecha y el l¨ªder de Vox, Santiago Abascal, contest¨® calific¨¢ndola como ¡°necrofilia¡±.
Mientras el PSOE y la extrema derecha han marcado perfil con sus posiciones pol¨ªticas sobre este asunto, el PP ha sufrido a la defensiva, como demuestra que ha tratado de evitar pronunciarse sobre el tema con la estrategia de la avestruz. La memoria hist¨®rica sigue siendo un terreno inc¨®modo para los populares, que no han terminado de resolver internamente. ¡°Creo que estamos ante un caso de biso?ez de los nuevos presidentes¡±, interpreta un bar¨®n de peso del PP de los que no gobierna con los ultras. ¡°Este es un tema complicado y que polariza mucho¡±, analiza este presidente popular, que cree que es un jard¨ªn en el que el PP no debe entrar. ¡°Hay que tratar de evitarlo¡±.
El primer problema para el PP ha sido de calendario. Los populares se han quejado de que la controversia ¡°es una cortina de humo del Gobierno de Pedro S¨¢nchez, que lo que quiere es tapar sus esc¨¢ndalos de corrupci¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica¡±, dijo el presidente Ma?ueco. Pero son los gobiernos de PP y Vox quienes han puesto encima de la mesa el debate sobre la memoria hist¨®rica en este momento, en la antesala de un potente trimestre electoral (con elecciones vascas, catalanas y europeas). La proposici¨®n de ley conjunta en Castilla y Le¨®n se present¨® hace apenas unos d¨ªas, en la Semana Santa, y el 21 de marzo en la Comunidad Valenciana. La derogaci¨®n de la ley de Arag¨®n es algo anterior, del 20 de noviembre ¨Dcoincidiendo con el aniversario de la muerte de Franco¨D, pero los otros dos casos han puesto en bandeja al PSOE una oportunidad para movilizar a la izquierda en la campa?a con la alerta contra la extrema derecha.
¡°Era el momento de estar a otras cosas¡±, se queja un l¨ªder territorial del PP sobre la iniciativa de sus colegas de partido. ¡°Supongo que Vox ha forzado este movimiento, porque est¨¢ a la baja y necesita nuevas banderas para las europeas, ya que no les ha salido lo del campo¡±, reflexiona, ¡°pero esto es ruido¡±.
La mayor¨ªa de los dirigentes del PP consultados interpreta las nuevas leyes como un ¡°peaje¡± que Vox ha impuesto al PP a cambio de haberle dado el poder. La exigencia de derogar las normas de memoria y sustituirlas por otras aparec¨ªa en los pactos de Gobierno que ambos partidos suscribieron hace unos meses. En esos acuerdos, la extrema derecha arrastra al PP hacia sus batallas culturales. ¡°Vox¡±, avisa un presidente auton¨®mico del PP del sector moderado, ¡°busca lo mismo que el PSOE: sacar al PP del centro pol¨ªtico¡±.
La iniciativa de los gobiernos auton¨®micos de PP y Vox pill¨® con el pie cambiado a la direcci¨®n de Feij¨®o. Algunas fuentes de la c¨²pula admiten su sorpresa con el movimiento de los Ejecutivos bipartitos y se?alan que este ¡°escap¨® al control¡± de G¨¦nova. La direcci¨®n hizo una defensa formal de la ofensiva de sus gobiernos, pero Borja S¨¦mper, el portavoz del partido, midi¨® mucho sus palabras el pasado lunes en la rueda de prensa en la que tuvo que pronunciarse sobre las nuevas leyes, sin respaldarlas en todo su contenido. La c¨²pula del PP, explican fuentes de la direcci¨®n, va a seguir vigilante su tramitaci¨®n parlamentaria para que no se cuelen cosas ¡°inaceptables¡±, como el blanqueamiento de la dictadura. G¨¦nova dice tener las normas ¡°en periodo de estudio¡±, mientras otras fuentes del partido apuntan a que la estrategia de los barones que las han promovido va a ser meterlas en un caj¨®n. Nadie quiere m¨¢s ruido.
No es f¨¢cil saber, en todo caso, hasta d¨®nde hay un efecto arrastre de Vox al PP y hasta d¨®nde se ha producido una evoluci¨®n de la propia posici¨®n pol¨ªtica de los populares sobre la memoria hist¨®rica. Ejecutivos regionales que no dependen de Vox, como el de Cantabria, tambi¨¦n han anunciado que van a derogar la ley de memoria auton¨®mica. En cambio, ni Alfonso Rueda en Galicia, ni Juanma Moreno Bonilla en Andaluc¨ªa, tienen intenci¨®n de derogar esta normativa.
Esta es la primera vez, en todo caso, que el PP deja de ponerse de perfil y plantea una contra argumentaci¨®n a la memoria democr¨¢tica que la que defiende la izquierda y la que figuraba hasta ahora en todas las leyes vigentes en Espa?a. Seg¨²n el nuevo relato normativo que pretende aprobar el Gobierno bipartito de Castilla y Le¨®n, la Guerra Civil no obedeci¨® al golpe de Estado de julio de 1936, sino a ¡°din¨¢micas de enfrentamiento de a?os anteriores¡± llevadas al ¡°paroxismo¡±, es decir, a la exaltaci¨®n de las pasiones. Ese nuevo texto pactado por PP y Vox, adem¨¢s de evitar la palabra ¡°dictadura¡±, se remonta a 1931, esto es, como explic¨® el portavoz de la extrema derecha, el nuevo texto da ¡°el mismo tratamiento a todas las v¨ªctimas pol¨ªticas del periodo comprendido entre 1931 y 1978¡å, osea, a las de la II Rep¨²blica y a las de la dictadura.
¡°Se trata de un error pol¨ªtico muy grave porque alimenta el discurso del PSOE, al establecer una conexi¨®n entre las tesis de Vox con la posici¨®n del PP¡±, reflexiona un veterano dirigente del PP. ¡°La memoria hist¨®rica busca un reconocimiento de las v¨ªctimas que estas leyes diluyen al incorporar a las de lo sucedido en la Segunda Rep¨²blica, cuando las v¨ªctimas del bando nacional ya fueron reparadas durante la dictadura¡±. ¡°No se puede comparar¡±, se ha quejado adem¨¢s el ministro de Pol¨ªtica Territorial, ?ngel V¨ªctor Torres, ¡°lo que no es comparable: una dictadura fruto de un golpe militar, la imposici¨®n totalitaria de un r¨¦gimen sin libertad, con la democracia de la II Rep¨²blica¡±.
¡°Yo no he detectado nunca a nost¨¢lgicos del franquismo en la dirigencia del PP¡±, se?ala un exdirigente popular que ha tenido responsabilidades de Gobierno, ¡°pero al PP le es inc¨®modo mirar hacia atr¨¢s¡±. ¡°A diferencia del PSOE, que tiene una tradici¨®n democr¨¢tica anterior a la Transici¨®n, la del PP comienza con la Transici¨®n, porque antes de ese periodo la derecha entronca con una tradici¨®n no democr¨¢tica¡±. Vox, en cambio, mira con comodidad y hasta con nostalgia hacia ese pasado franquista, en el que cree que hay cosas positivas a reivindicar. ¡°No creo que haya un cambio en la mentalidad del PP sobre la mirada al franquismo¡±, sostiene este veterano popular, ¡°y la prueba de ello es que no quieren hablar del tema, sino que esto es una consecuencia de a qui¨¦n has elegido como tu socio¡±. ¡°Si una ley naturaliza reg¨ªmenes dictatoriales, tienes un problema¡±, tercia otro veterano del sector moderado.
El PP est¨¢ dando pasos, porque el Gobierno de Mariano Rajoy evit¨® derogar la ley de memoria de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero durante sus dos legislaturas, aunque dej¨® a cero su financiaci¨®n. Feij¨®o ha prometido derogar la ley de memoria aprobada por el Gobierno de Pedro S¨¢nchez, pero no ha definido su alternativa. Pablo Casado, su predecesor al frente del PP, encarg¨® a Adolfo Su¨¢rez Yllana que redactara una ley ¡°de concordia¡± para presentar como el modelo que seguir¨ªan los populares si llegaran al Gobierno. La norma nunca vio la luz. A su llegada a la presidencia del PP, hace dos a?os, Feij¨®o decidi¨® meter esa propuesta en un caj¨®n, y ah¨ª contin¨²a mientras el PP tropieza con la c¨¢scara de pl¨¢tano que Vox le ha colocado en el camino.
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