La mayor¨ªa parlamentaria que invisti¨® a S¨¢nchez ense?a sus grietas ideol¨®gicas
Las diferencias program¨¢ticas en el bloque que sostiene al Gobierno se traducen en algunas derrotas de este en el Congreso
El Gobierno transita a menudo como un funambulista por el Congreso. Le sucedi¨® alguna vez en la legislatura pasada, como en aquella ya casi m¨ªtica votaci¨®n sobre la reforma laboral que salv¨® gracias al error del diputado del PP Alberto Casero. Pero, entre carambolas y disposici¨®n negociadora, el Ejecutivo no sufri¨® ninguna derrota parlamentaria de relevancia en tres a?os y medio, y logr¨® sacar adelante tres Presupuestos. En...
El Gobierno transita a menudo como un funambulista por el Congreso. Le sucedi¨® alguna vez en la legislatura pasada, como en aquella ya casi m¨ªtica votaci¨®n sobre la reforma laboral que salv¨® gracias al error del diputado del PP Alberto Casero. Pero, entre carambolas y disposici¨®n negociadora, el Ejecutivo no sufri¨® ninguna derrota parlamentaria de relevancia en tres a?os y medio, y logr¨® sacar adelante tres Presupuestos. En esta legislatura, que a¨²n no ha cumplido un a?o, con una mayor¨ªa m¨¢s precaria y menos cohesionada ideol¨®gicamente, Pedro S¨¢nchez ha tenido que renunciar de momento a unas nuevas cuentas del Estado y, en los ¨²ltimos cuatro meses, ha perdido seis votaciones en el pleno y medio centenar en comisiones.
En la mayor¨ªa de los casos se trata de reveses simb¨®licos, aunque reveladores de la dificultad de gestionar desde el punto de vista program¨¢tico el heterog¨¦neo bloque que invisti¨® a S¨¢nchez el pasado noviembre. El Gobierno se?ala que, pese a las dificultades, su estabilidad parlamentaria no est¨¢ por ahora amenazada y tampoco ha interrumpido la actividad legislativa, porque hay 19 proyectos de ley en tr¨¢mite en el Congreso.
Hace dos semanas, el pleno de la C¨¢mara baja protagoniz¨® un acto poco frecuente: decidi¨® dar tr¨¢mite a una iniciativa legislativa presentada por la oposici¨®n y que el Gobierno rechazaba. Esa propuesta, del PP, pretende legislar para retirar al lobo del cat¨¢logo de especies protegidas y permitir as¨ª su caza, como reivindican desde hace tiempo asociaciones de ganaderos, sobre todo del norte de Espa?a. En este caso se rompieron los habituales bloques en el Parlamento. El PNV y Junts unieron sus votos a los del PP y Vox. EH Bildu se abstuvo.
Es muy probable que esa derrota no tenga mayor trascendencia, porque el PSOE y Sumar disponen de mayor¨ªa en la Mesa del Congreso y pueden emplear el habitual truco de estirar indefinidamente el plazo de presentaci¨®n de enmiendas al texto para bloquear as¨ª, de facto, el proceso de elaboraci¨®n de la ley en comisi¨®n. El episodio, en cualquier caso, revela las fragilidades de la mayor¨ªa que invisti¨® a S¨¢nchez. En esta legislatura, la izquierda ha perdido peso en ese bloque con la entrada de Junts. En determinadas votaciones, el partido de Carles Puigdemont puede unir fuerzas con el PNV y ambos coincidir con el PP en cuestiones de ¨ªndole social y econ¨®mica.
As¨ª sucedi¨®, por ejemplo, el 9 de abril, cuando el pleno aprob¨® una propuesta del PP para reclamar al Gobierno que deflacte el IRPF, es decir, que tenga en cuenta la inflaci¨®n al fijar las cargas tributarias de los contribuyentes. La abstenci¨®n de Junts y el PNV permiti¨® que los populares sacasen adelante su propuesta, aunque esta tampoco tendr¨¢ efectos pr¨¢cticos.
Adem¨¢s de Junts y su actitud tantas veces imprevisible, otro foco de inestabilidad para el Ejecutivo es Podemos, con su estrategia de presentarse como la voz de la izquierda genuina. La conjunci¨®n circunstancial de las formaciones de Puigdemont y Ione Belarra ya ha provocado dos derrotas del Ejecutivo. La m¨¢s dolorosa y de consecuencias m¨¢s palpables fue el rechazo al decreto del Ministerio de Trabajo que reformaba el subsidio de desempleo. Ocurri¨® en enero, en el primer pleno importante de la legislatura. Podemos vot¨® en contra y Junts se abstuvo. Ambas fuerzas consintieron tambi¨¦n con su abstenci¨®n que la derecha infligiese el 29 de febrero otro rev¨¦s simb¨®lico al Ejecutivo: la reprobaci¨®n del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.
La derrota m¨¢s extra?a del Gobierno lleg¨® tambi¨¦n de la mano de Junts. Extra?a porque tumbaba precisamente la principal demanda del partido de Puigdemont para apoyar a Pedro S¨¢nchez: la ley de amnist¨ªa. Sucedi¨® el 30 de enero, cuando la formaci¨®n independentista, temerosa de que su l¨ªder no pudiese beneficiarse de la norma tal y como estaba redactada, despu¨¦s de que la Audiencia Nacional formulase contra ¨¦l cargos de terrorismo, vot¨® en contra en el pleno. El texto volvi¨® a comisi¨®n y, tras unos retoques, acab¨® saliendo adelante.
El caso Koldo ha provocado igualmente alguna contrariedad parlamentaria al Ejecutivo. El pleno aprob¨® el 14 de marzo una moci¨®n del PP que exig¨ªa responsabilidades por esa presunta trama de corrupci¨®n. Prosper¨® gracias a que se abstuvieron ERC, Junts y Coalici¨®n Canaria. Incluso hubo un voto a favor de uno de los integrantes de la mayor¨ªa de investidura, el BNG.
Fuera del pleno, el Congreso tiene una dilatada actividad en comisiones, alejada del foco medi¨¢tico y con una trascendencia pol¨ªtica muy limitada. Ah¨ª el n¨²mero de votaciones perdidas por el Gobierno alcanza el medio centenar desde enero. Se trata, en su inmensa mayor¨ªa, de proposiciones no de ley, meras declaraciones sin ning¨²n efecto pr¨¢ctico. Pero ilustran el terreno resbaladizo en el que se mueve el Ejecutivo y la falta de consenso entre sus aliados sobre algunos temas.
El de la vivienda es un caso muy ilustrativo. En la comisi¨®n que se encarga de esos asuntos, Junts y el PNV han permitido que se aprueben varias iniciativas del PP y, por el contrario, ayudaron a tumbar una propuesta del PSOE para instar a todas las administraciones a que declarasen en las ciudades zonas tensionadas a fin de limitar el precio de los alquileres. En la Comisi¨®n de Industria, esas dos formaciones se han sumado tambi¨¦n a los populares en iniciativas en favor de sectores empresariales rechazadas por la izquierda. En la de Asuntos Exteriores, las posiciones del Gobierno sucumbieron ante iniciativas del PP sobre Venezuela o el S¨¢hara Occidental (en este ¨²ltimo caso, con todos los grupos, incluido Sumar, contra el PSOE).
Los dos partidos que integran el Ejecutivo de coalici¨®n se ven a veces en minor¨ªa en las comisiones por las ausencias de algunos de sus aliados, grupos peque?os sin diputados suficientes para atender todos los frentes. Por ese motivo, el 11 de abril, el PP y Vox consiguieron colar 21 resoluciones sobre el ¨²ltimo informe del Tribunal de Cuentas en la comisi¨®n que se ocupa de este organismo, mientras que los socialistas vieron rechazadas dos suyas. Dos d¨ªas antes, la ausencia de los independentistas catalanes facilit¨® que la Comisi¨®n de Pol¨ªtica Territorial aprobase un texto pactado entre el PP y Vox contra la ¡°discriminaci¨®n ling¨¹¨ªstica¡± del castellano en algunas comunidades.
A pesar de las estrecheces en las que se mueve en el Congreso, el Gobierno destaca los 19 proyectos de ley que tiene en tr¨¢mite en la C¨¢mara, entre ellos el de representaci¨®n paritaria entre sexos, el de movilidad sostenible o el de familias. El ¨²ltimo presentado, el de reforma de la ley del Suelo, prefigura otro tr¨¢mite pedregoso despu¨¦s de que ERC, Junts y Podemos hayan presentado enmiendas a la totalidad.