Leocadio Mar¨ªn, un socialista machadiano
El expresidente de la Cruz Roja y exconsejero de Agricultura de la Junta de Andaluc¨ªa ha fallecido en Baeza, su localidad natal, a los 81 a?os
Una larga enfermedad se ha llevado por delante la vida de Leocadio Mar¨ªn, quien fuera todo en el socialismo andaluz y quien a finales de los ochenta moderniz¨® la Cruz Roja. Nacido en Baeza (Ja¨¦n) el 10 de noviembre de 1942, falleci¨® este 21 de mayo en su pueblo, al que tan unido se sent¨ªa. Aunque su trayectoria pol¨ªtica le condujo a distintos destinos, siempre mantuvo ese lazo con su tierra que inmortaliz¨® Antonio Machado: ¡°?Campo de Baeza / So?ar¨¦ contigo / Cuando no te vea!¡±.
Algo de Machado ten¨ªa su personalidad. Bonhom¨ªa, respeto, escucha y buenas palabras y sentimientos para todos. Su vida la dividi¨® entre el veneno de la pol¨ªtica y la vocaci¨®n por la ense?anza y la logopedia. Se licenci¨® en Filosof¨ªa y Letras en 1976 por la Universidad de Granada, despu¨¦s de haber conseguido por oposici¨®n la plaza de maestro nacional en 1963.
Desde muy joven sinti¨® la llamada del socialismo. Pese a su condici¨®n de andaluz y coet¨¢neo de Felipe Gonz¨¢lez y de Alfonso Guerra, no ingres¨® en las filas del PSOE, sino que le sedujo el discurso humanista del viejo profesor Enrique Tierno Galv¨¢n y su Partido Socialista Popular (PSP). Puede que hubiera algo de machadiano en su elecci¨®n. Pero tras la integraci¨®n del PSP en el PSOE en 1978, abraz¨® con lealtad y entusiasmo una militancia que nunca flaquear¨ªa, pese a la distancia que observ¨® en algunos momentos. Al a?o siguiente, en 1979, cuando contaba 37 a?os, fue elegido presidente de la Diputaci¨®n de Ja¨¦n. A continuaci¨®n, en 1982, con la victoria de Felipe Gonz¨¢lez, el gobierno le nombr¨® su delegado en Andaluc¨ªa, etapa clave en su carrera en la que despuntaba como uno de los m¨¢s prometedores j¨®venes socialistas. Es una ¨¦poca en la que Leocadio Mar¨ªn se relaciona con lo m¨¢s destacado del PSOE y con el tejido econ¨®mico y social de su comunidad aut¨®noma.
Madrid fue su siguiente parada. Cruz Roja era una de las pocas entidades que no hab¨ªa experimentado los vientos de cambio que aireaban la vida espa?ola. El Gobierno lo nombr¨® su presidente en 1986 con la misi¨®n de ponerla al d¨ªa. Pese a su rol crucial en la sociedad, la organizaci¨®n se hab¨ªa quedado algo rancia. En los cuatro a?os que la dirigi¨®, Leocadio Mar¨ªn moderniz¨®, democratiz¨® y rejuveneci¨® la instituci¨®n, y la convirti¨® en la organizaci¨®n que es hoy. Aquel tiempo le permiti¨® ganarse el respeto de las principales instituciones, empezando por la Casa Real.
En dos ocasiones ¡ªquien esto escribe bien lo sabe¡ª estuvo esperando la llamada para asumir un ministerio. En 1990, por decisi¨®n propia, abandon¨® la presidencia de la Cruz Roja para ser nombrado candidato del PSOE a la Junta de Andaluc¨ªa. Pero algo ocurri¨®, que no viene al caso comentar tantos a?os despu¨¦s, que descabalg¨® el plan. Fue nombrado consejero de Agricultura y Pesca, y despleg¨® una labor ingente en beneficio del campo y la pesca, siempre atento a cubrir las necesidades de los m¨¢s menesterosos. Compatibilizaba su cargo institucional con la presidencia del PSOE de Andaluc¨ªa. Eran los a?os de las diferencias entre renovadores y guerristas. Se aline¨® con estos ¨²ltimos hasta el extremo de preferir dimitir de su puesto en la Junta para defender sus ideas en el partido. Eso hizo; agarr¨® sus b¨¢rtulos y volvi¨® a la ense?anza. Dej¨® sus muchos a?os de despachos oficiales para regresar a las aulas como logopeda.
Tras ocupar la presidencia del Consejo Escolar de Andaluc¨ªa, Leocadio Mar¨ªn gan¨® en 2007 por mayor¨ªa absoluta la alcald¨ªa de Baeza, vara de mando que port¨® hasta 2015. Dej¨® un recuerdo imborrable entre sus vecinos. La ciudad ha decretado un d¨ªa de luto en su memoria. Su desaparici¨®n ha estado seguida de muestras de sentida condolencia entre pol¨ªticos de todo bando, evidencia del respeto y afecto que despierta su figura. Su mujer, Fela, compa?era de toda la vida, y sus dos hijas nunca lo olvidar¨¢n. Al igual que los que tuvimos la fortuna de tratarlo y conocerlo.
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