Las banderas azules de las playas: codiciado deseo para alcaldes, sin rigor ambiental para ecologistas
Una asociaci¨®n privada federada internacionalmente otorga los galardones a playas que, a veces, tambi¨¦n son censuradas con ense?as negras por los activistas
El pasado mes de abril la playa de Fuentebrav¨ªa de El Puerto de Santa Mar¨ªa estuvo m¨¢s de un mes cerrada al ba?o por ¡°posibles riesgos sanitarios¡±. La medida la tom¨® el Ayuntamiento despu¨¦s que una aver¨ªa en la estaci¨®n de aguas residuales obligase a activar el aliviadero de ese arenal. El desaguisado, que dur¨® m¨¢s de un mes, no le implic¨® la p¨¦rdida de la bandera azul, cuya obtenci¨®n justo entonces estaba en tr¨¢mite. Parad¨®jicamente, la localidad gaditana acab¨® por perder sus cinco banderas a finales de julio por no tener servicio de socorrismo. Para la entidad privada que otorga las ense?as, la Asociaci¨®n de Educaci¨®n Ambiental y del Consumidor, el caso de El Puerto es paradigm¨¢tico de c¨®mo trabajan: firmes, con recompensas m¨¢s que castigos. Para los ecologistas, ejemplifica todo lo contrario: que es un galard¨®n ¡°sin rigor¡± ambiental, como denuncia Ecologistas en Acci¨®n cada verano.
El reconocimiento internacional de bandera azul est¨¢ tan arraigado y tiene tanto predicamento en Espa?a que este verano ha vuelto a ser el pa¨ªs del mundo que m¨¢s tiene, 638, aproximadamente un 30% de todos los arenales espa?oles, gran parte de ellos, urbanos. El galard¨®n entusiasma a los alcaldes que lo solicitan y lo consiguen, prestigia sus playas, puertos deportivos y embarcaciones y, de paso, les garantiza una bonita foto y nota de prensa el d¨ªa su izado. La Asociaci¨®n de Educaci¨®n Ambiental y del Consumidor (ADEAC) como promotor de la iniciativa, investigadores universitarios y regidores consultados defienden la validez de un reconocimiento de m¨¢s de 38 a?os que ¡°da seguridad¡± al ba?ista, como defiende Jos¨¦ Palacios, presidente de la asociaci¨®n. Pero hay divisi¨®n: ecologistas, otros profesores de Universidad y regidores que perdieron la bandera, preguntados, critican su falta de avales. ¡°No tienen credibilidad, no tienen relaci¨®n con la calidad ambiental y no forman parte de un programa de la Uni¨®n Europea, aunque muchos crean que s¨ª¡±, denuncia Juan Clavero, hist¨®rico activista de Ecologistas en Acci¨®n en C¨¢diz.
Las banderas azules surgieron all¨¢ por 1987 como una iniciativa impulsada por asociaciones de cuatro pa¨ªses, entre ellos Espa?a, ¡°para potenciar la calidad del agua en las zonas de ba?o¡±, como recuerda Palacios. Funcionaron tan bien que Foundation for Environmental Education (FEE) ¡ªentidad supranacional de la ADEAC¡ª lleg¨® a contar durante los primeros a?os con la subvenci¨®n de la Uni¨®n Europea, hasta que el crecimiento mundial que expandi¨® su presencia a los 54 pa¨ªses en los que est¨¢ presente hoy le hizo perder ese apoyo econ¨®mico. ¡°Pero la UE la apoya, adem¨¢s de tres agencias de la Naciones Unidas¡±, argumenta el presidente. Ese origen, seg¨²n Clavero, confunde a los alcaldes. ¡°Es un programa privado de una entidad que se dedica a eso. Es un ejemplo de bulo generalizado porque los ayuntamientos creen que es de la UE y cuando le contamos que no se quedan sorprendidos¡±, afirma.
Solicitar la bandera azul ¡°es voluntario¡± para los ayuntamientos, como explica Palacios, en un proceso que arranca cada noviembre con la recogida de candidaturas. Los consistorios reciben acceso a una web en la que debe ¡°cumplimentar los criterios, en la mayor parte aportando documentaci¨®n¡±, apunta el presidente, que asegura que la entidad visita a todos los municipios candidatos. El equipo de la ADEAC eval¨²a criterios como el cumplimiento de la Ley de Costas, directivas europeas de calidad de aguas de ba?o (debe ser excelente), ausencia de vertidos directos, prohibici¨®n de perros o veh¨ªculos, retretes, socorrismo, carteler¨ªa o accesos adaptados. En febrero, un jurado de 69 personas ¡ªen el que participan comunidades aut¨®nomas, expertos, miembros de ADEAC y de seis ministerios, seg¨²n asegura la entidad¡ª deciden las banderas en una decisi¨®n que refrenda un jurado internacional en abril.
Pero esos par¨¢metros a valorar y la forma telem¨¢tica y de parte en la que se entrega la documentaci¨®n enervan a los ecologistas, que critican que los an¨¢lisis de aguas se basen solo en que estas tengan ¡°niveles bajos de materias fecales y no en la presencia de vertidos o hidrocarburos¡±, como reflexiona Clavero. ¡°Es una certificaci¨®n que se basa en servicios (¡). No est¨¢ ni bien ni mal, pero deber¨ªa explicarse mejor que est¨¢ destinada a la calidad para el veraneante, no a la calidad ambiental¡±, abunda Javier Benavente, decano de la Facultad de Ciencias del Mar y Ambientales de la Universidad de C¨¢diz. Y eso genera situaciones parad¨®jicas, como que cada a?o haya playas espa?olas en las que ondea la bandera azul y la negra, la ense?a que concede Ecologistas en Acci¨®n por malas gestiones ambientales o contaminaci¨®n. Es lo que este verano sucede en arenales como el de El Anc¨®n, en Carboneras (Almer¨ªa) o en siete playas de la Costa Brava, en Girona.
Palacios defiende el modelo y asegura que los informes de calidad del agua son los que elaboran las propias comunidades aut¨®nomas: ¡°No me preocupan las cr¨ªticas de los ecologistas porque no son generales. Nuestros criterios son exigencia de nivel excelente del agua, cumplimento de las leyes y realizar cinco actividades de educaci¨®n ambiental. Ojal¨¢ pudi¨¦semos pedir m¨¢s par¨¢metros, exigimos el cumplimiento de la normativa vigente¡±. El presidente asegura tener la puerta abierta para debatir con los cr¨ªticos de las banderas azules, pero tambi¨¦n les reta: ¡°?Por qu¨¦ no nos denuncian? No lo hacen porque tenemos pruebas de todo¡±.
Un certificado con impacto
La ADEAC financia el galard¨®n de banderas azules gracias a subvenciones que recibe de las comunidades aut¨®nomas y, en aquellos territorios donde no existen esos acuerdos, con el pago de 450 euros por playa que hace el consistorio candidato. Es el importe ¡°directo¡± para cubrir el expediente, como justifica Palacios. En 2022, ¨²ltimas cuentas disponibles en su web, la asociaci¨®n recibi¨® hasta 50.000 de la Generalitat Valenciana, 42.000 de la Generalitat de Catalu?a, 40.000 de la Junta de Andaluc¨ªa o 35.000 del Ministerio de Industria y Turismo, de un total de 262.921,56 euros. Adem¨¢s, la ADEAC factur¨® 312.482,67 euros por prestaci¨®n de distintos servicios, ya que la asociaci¨®n tiene otras actividades ligadas a la formaci¨®n y a galardones como Llave verde, que distingue a establecimientos de hosteler¨ªa. La mayor parte de los ingresos ¡ª337.348,87 euros¡ª fue a parar a cubrir los gastos de los 13 trabajadores fijos, adem¨¢s de otros diez externos.
Para Jos¨¦ Mar¨ªa Rom¨¢n, alcalde de Chiclana de la Frontera, compensa el esfuerzo y el gasto de tener sus dos banderas azules: ¡°Un medidor externo siempre viene bien, te ayuda a poner las pilas y a no relajarte¡±. Adem¨¢s, el regidor asegura que ¡°las banderas hablan de la excelencia de las playas. Nadie gana critic¨¢ndolas porque la gente lo considera un elemento de valor¡±. Y la catedr¨¢tica de la Universidad de Murcia de Econom¨ªa Aplicada, Mar¨ªa Asunci¨®n Prats, confirma su impresi¨®n, despu¨¦s de dedicar a?os a estudiar el fen¨®meno que reflej¨® en el libro Los Objetivos de Desarrollo Sostenible y las Banderas Azules. ¡°Un municipio que recibe este galard¨®n tiene, con el paso del tiempo, una permeabilidad econ¨®mica. Hemos demostrado que existe una relaci¨®n directa con el crecimiento del sector econ¨®mico y la creaci¨®n de empleo¡±.
Aunque Pedro Quevedo, teniente de alcaldesa del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, asegura no haber sufrido los da?os de haber perdido la bandera azul para la playa de Las Canteras. La retirada ¡ªmotivada por tres cierres al ba?o en el a?o anterior¡ª pill¨® a su partido, Nueva Canarias, en plena campa?a de las municipales de 2023. Tras comprobar que no hubo da?o pol¨ªtico, el Consistorio decidi¨® no volver a pedirla y tirar de otras ense?as de certificaciones, como la Q de Calidad Tur¨ªstica. ¡°Se guiaron por referencias de prensa. Hay poco trabajo, pero bien poco y entonces te planteas de d¨®nde sacan la informaci¨®n. Era un cuestionario que t¨² mismo rellenas. Los criterios son abismales con las otras certificaciones. Est¨¢bamos pasivamente acept¨¢ndolo hasta que nos ha dado por analizarlo¡±, se?ala.
La rebeli¨®n de Las Palmas no es la primera, ni ser¨¢ la ¨²ltima. Cada a?o, diversos regidores alzan la voz contra la banderas azules, aunque casi siempre despu¨¦s de perderla. Palacios dice que les llama ¡°con cari?o, los alcaldes cabreados, que en lugar de solventar los problemas, la atacan¡±. Benavente comprende el contexto de los consistorios, a los que ve atrapados ¡°en un c¨ªrculo vicioso¡± en el que cree que no participan otros arenales europeos, a los que ve menos empe?ados en conseguir la ense?a. Pero en Espa?a, que lleva d¨¦cadas instalada en vender sol y playa, la realidad es otra. ¡°Todos los medios de comunicaci¨®n sacan las banderas azules, los ayuntamientos est¨¢n cautivos. En El Puerto de Santa Mar¨ªa est¨¢n con las carnes abiertas por perderlas. Pero en C¨¢diz tenemos muchas playas v¨ªrgenes que nunca las han tenido y son infinitamente mejores¡±, reflexiona el profesor gaditano casi a modo de consejo.
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