El detenido por el asesinato de dos guardias civiles admite que pilotaba la narcolancha, pero dice que fue un accidente
El juez de Barbate ordena en ingreso en prisi¨®n provisional de Karim El Baqqali despu¨¦s de que este confiese su implicaci¨®n en el suceso
Karim El Baqqali, detenido en la madrugada del jueves en Barbate (C¨¢diz) como presunto autor de la muerte de los guardias civiles Miguel ?ngel Gonz¨¢lez y David P¨¦rez el 9 de febrero en el puerto de esta localidad, ha admitido ante el juez, como hab¨ªa hecho horas antes ante los responsables de la investigaci¨®n policial, que ¨¦l pilotaba la narcolancha que embisti¨® aquella noche la z¨®diac en la que iban las v¨ªctimas, seg¨²n han confirmado a EL PA?S fuentes jur¨ªdicas. El Baqqali, que tiene otras causas pendientes tanto en Espa?a como en Marruecos por delitos relacionados con el tr¨¢fico de droga, ha negado, sin embargo, que su intenci¨®n fuera matarlos, y ha sostenido que los arroll¨® por accidente, ya que intent¨® esquivar la patrullera en el ¨²ltimo momento pero no pudo. Tras escuchar su declaraci¨®n, el juez ha ordenado su ingreso en prisi¨®n provisional sin fianza acusado de dos delitos de asesinato, cuatro de asesinato en grado de tentativa, seis de atentado, uno de contrabando y otro de pertenencia a organizaci¨®n criminal, como hab¨ªan planteado la Fiscal¨ªa y todas las acusaciones.
En su declaraci¨®n de cerca de dos horas, El Baqqaly, de 32 a?os, ha intentado justificar su actuaci¨®n aquella noche en una supuesta situaci¨®n de necesidad econ¨®mica y familiar, con varios hijos a su cargo, y que la organizaci¨®n para la que trabajaba transportando alijos entre Marruecos y la Pen¨ªnsula le hab¨ªa obligado a trabajar pilotando narcolanchas. Tambi¨¦n ha insistido en que aquel d¨ªa no se encontraba bien porque no hab¨ªa podido dormir suficiente la noche anterior. El autor confeso de la embestida mortal ha recalcado ante el juez que en un primer momento pens¨® que solo hab¨ªa golpeado ligeramente la embarcaci¨®n de las v¨ªctimas y que desde que se enter¨® por noticias que ley¨® en internet de que hab¨ªa dos fallecidos, le costaba conciliar el sue?o. En este sentido, ha afirmado que hac¨ªa tiempo que quer¨ªa regresar a Espa?a contar su versi¨®n de lo ocurrido y pedir perd¨®n, pero que se sent¨ªa amenazado por otros narcotraficantes y que no lo hab¨ªa hecho hasta tener garantizada su seguridad. En su declaraci¨®n, El Baqqaly ha dado los nombres de las otras tres personas que iban con ¨¦l en la narcolancha, a los que la Guardia Civil ya hab¨ªa identificado y contra los que el juez emiti¨® el jueves sendas ¨®rdenes internacionales de detenci¨®n.
Al t¨¦rmino de la declaraci¨®n, la asociaci¨®n profesional Justicia para la Guardia Civil (JUCIL, mayoritaria entre los agentes y que ejerce la acusaci¨®n en la causa) ha emitido un comunicado en el que ha destacado que los informes policiales en poder del juez contradicen la versi¨®n del investigado de que el choque fue un accidente. La Asociaci¨®n Unificada de la Guardia Civil (AUGC) ha insistido en que la causa no acaba aqu¨ª y aspira a que ¡°se llegue hasta el fondo para que sean enjuiciados todos y cada uno de los que han tenido alg¨²n grado de participaci¨®n¡± en el suceso. Por su parte, la Asociaci¨®n de Defensa Integral de V¨ªctimas Especializada (ADIVE), tambi¨¦n acusaci¨®n, ha criticado a trav¨¦s de su letrado, Jorge Piedrafita, que El Baqqaly ha intentado hacer durante su declaraci¨®n un relato exculpatorio ¡°perfectamente preparado¡±.
La versi¨®n de El Baqqaly, esto es, que su intenci¨®n no era matar a los agentes y que todo fue un accidente, se contradice con las conclusiones del informe elaborado por la Unidad Central Operativa (UCO) y la Comandancia de C¨¢diz de la Guardia Civil sobre el suceso tras el visionado de tres gigas de archivos de v¨ªdeo grabados aquel d¨ªa en el puerto de Barbate por ocho c¨¢maras diferentes. En este documento policial ¨Dincorporado a la causa en mayo y que permiti¨® exonerar del crimen a los seis hombres detenidos inicialmente por estos hechos¨D, los investigadores explicaban que la embarcaci¨®n neum¨¢tica de alta velocidad (ENAV, como se las denomina en el ¨¢mbito policial) que presuntamente pilotaba el ahora arrestado fue la ¨²nica que hostig¨® la de los agentes de las seis narcolanchas que se hab¨ªan refugiado aquella noche en el puerto de Barbate a causa del temporal que azotaba las costas gaditanas.
En estos v¨ªdeos ¨Duno de ellos grabado con la c¨¢mara que portaba uno de los agentes¨D se ve¨ªa c¨®mo la lancha neum¨¢tica presuntamente pilotada por El Baqqali acos¨® de manera constante durante dos minutos y 41 segundos a la zodiac del instituto armado, hasta que la arroll¨® mortalmente. Durante ese tiempo, las im¨¢genes mostraban el hostigamiento, que incluy¨® cinco embestidas previas y una sexta final que fue la que acab¨® con la vida de los dos agentes y caus¨® heridas a otros cuatro compa?eros. ¡°Todos los integrantes de la narcolancha actuaron con la intenci¨®n clara e inequ¨ªvoca de acabar con la vida de los guardias civiles que tripulaban la embarcaci¨®n oficial, con un claro desprecio por sus vidas¡±, conclu¨ªan los investigadores.
En este sentido, el documento policial recalcaba que cuando los guardias civiles echaron al agua la z¨®diac para intentar que las seis narcolanchas que hab¨ªa en el puerto lo abandonaran, la embarcaci¨®n que presuntamente pilotaba El Baqqali fue la ¨²nica que vir¨® ¡°en sentido a la patrullera¡±, mientras las otras cinco optaban ¡°por desplazamientos opuestos, es decir, de apartamiento¡± para alejarse. Y ello a pesar de que era evidente que se trataba de una embarcaci¨®n del instituto armado, tanto por la luz azul que llevaba encendida como porque sus ocupantes vest¨ªan sus uniformes. Esta actitud de hostilidad se confirm¨® a los pocos segundos, ya que, adem¨¢s de no intentar alejarse de los agentes, sus ocupantes trataron de deslumbrar a estos con un puntero l¨¢ser, algo que no dejaron de hacer durante todo el hostigamiento.
El informe detallaba que ¡°la primera ofensiva¡± contra la patrullera se produjo solo 41 segundos despu¨¦s de que esta estuviera en el agua, y las siguientes se sucedieron despu¨¦s cada pocos segundos. El audio del v¨ªdeo grabado por uno de los agentes recogi¨® el desesperado di¨¢logo de estos durante los momentos previos a la embestida mortal: ¡°Diossss, Diossss, disparad, disparad, co?o, disparad al aire, co?o¡±. ¡°Van a por nosotros¡±. El documento policial destaca que la narcolancha se coloc¨® para esa ¨²ltima embestida a ¡°una distancia suficiente que les permiti¨® alcanzar una elevada velocidad, regresando de nuevo en direcci¨®n a la embarcaci¨®n oficial para finalmente, sin desviar la trayectoria para evitar la colisi¨®n, atacarla¡±.
La investigaci¨®n ha revelado que, tras el asesinato de los dos guardias civiles, El Baqqali se ocult¨® en la localidad marroqu¨ª de Dal¨ªa, cercana a Ceuta. All¨ª ha permanecido desde entonces, en un primer momento sin adoptar grandes medidas de seguridad confiado porque horas despu¨¦s del suceso fueron acusados del crimen los seis ocupantes de otra narcolancha que estaba aquella noche en el puerto de Barbate y que ingresaron en prisi¨®n. Esta situaci¨®n cambi¨® en mayo, cuando la UCO entreg¨® el informe que exoneraba a estos y transcendi¨® que se buscaba a un ciudadano marroqu¨ª de nombre Karim, aunque con un apellido err¨®neo, vinculado a la organizaci¨®n de su t¨ªo, un capo apodado Pus Pus. Entonces ¡°empez¨® a dejarse ver menos por las calles de su localidad¡±, detalla una fuente consultada.
Mientras tanto, las pesquisas avanzaban en Espa?a. En primer lugar, los investigadores consiguieron localizar la narcolancha que embisti¨® a sus compa?eros mortalmente. Se trataba de una embarcaci¨®n neum¨¢tica que fue interceptada el 17 de marzo, m¨¢s de un mes despu¨¦s del asesinato, a 20 millas al sur de la playa onubense de La Antilla (Huelva). Aquel d¨ªa estaba tripulada por cinco personas que fueron detenidas y acusadas de tr¨¢fico de drogas, contrabando, estragos y atentado contra la autoridad, pero de las que se descart¨® su implicaci¨®n en el suceso de Barbate.
En paralelo, la Guardia Civil tomaba declaraci¨®n a numerosos testigos que, seg¨²n las fuentes consultas, aportaron nuevos indicios que confirmaban las sospechas sobre la implicaci¨®n de El Baqqali y los otros tres tripulantes cuyas identidades no han trascendido. Con todo ello, la Guardia Civil elabor¨® un amplio atestado que entreg¨® al juez el pasado mi¨¦rcoles, horas antes de la detenci¨®n del supuesto piloto. Su arresto, precipitado por su vuelta a Espa?a al sentirse cercado por la investigaci¨®n y los clanes del narcotr¨¢fico, ha sido el ¨²ltimo paso, hasta ahora, de la Operaci¨®n Memorial, que ¡°no concluir¨¢ hasta el arresto de los otros implicados¡±, recalcan fuentes del instituto armado.
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