La familia del protagonista de la pel¨ªcula ¡®El 47¡ä cierra su herida
El ADN del hijo que no lleg¨® a conocer ha permitido identificar los restos de Diego Vital. La fosa, que compart¨ªa con otros 48 hombres, estaba cubierta de cal y escombros
¡°Por si no volviese, vender¨ªas el barbecho: el Pinto te dir¨¢ qui¨¦n es el que lo compra. Las cabras las vender¨ªas enseguida, para que no puedan com¨¦rselas y el cochino, har¨ªas lo mismo y liquidar¨ªas con la se?ora Manuela, la del pan. Y sin m¨¢s, adi¨®s. Tu esposo, Diego Vital. Y el reloj para Manolo¡±.
El hombre que, sabiendo que lo iban a matar, escribe estas apresuradas l¨ªneas de despedida en 1936, Diego Vital D¨ªaz, era contable del Ayuntamiento de Valencia de Alc¨¢ntara (C¨¢ceres), ten¨ªa cuatro hijos y uno m¨¢s en camino al que no lleg¨® a conocer. El mayor, Manolo, que hered¨® su reloj, ha inspirado la pel¨ªcula El 47, donde el actor Eduard Fern¨¢ndez interpreta al conductor de autob¨²s, sindicalista y miembro del PSUC que decidi¨® secuestrar el autocar que conduc¨ªa cada d¨ªa para reclamar medios para la barriada donde viv¨ªa, Torre Bar¨® (Barcelona). El m¨¢s peque?o, Diego, que recibi¨® el nombre de su padre muerto, permiti¨®, con una muestra de ADN, identificarlo en la mara?a de huesos hallados en Mina Terr¨ªa (C¨¢ceres). Ninguno de los dos lleg¨® a ver cumplido el sue?o de recuperar los restos. Manolo falleci¨® en 2010 y Diego, en 2023. ¡°Mi padre¡±, cuenta Lidia, la hija de Diego, ¡°lleg¨® a saber que hab¨ªan exhumado el pozo donde estaba mi abuelo, aunque no lleg¨® a ver c¨®mo le daban un entierro digno. Pero eso le dio mucha paz porque una de las cosas que les hab¨ªan dicho es que a su padre no lo hab¨ªan matado, sino que se hab¨ªa fugado con otra mujer¡±. Joana Vital, la nieta de Manolo, explica que desde que surgi¨® el movimiento para la recuperaci¨®n de la memoria hist¨®rica, su abuelo se moviliz¨® para tratar de localizar los restos. ¡°Mi abuelo siempre dec¨ªa que ¨¦l vio c¨®mo se lo llevaban de la c¨¢rcel para fusilarlo y que los sigui¨®¡±. Tanto Joana como Lidia han le¨ªdo muchas veces esa ¨²ltima carta de Diego Vital. ¡°El reloj¡±, cuenta la primera, ¡°le daba fuerza a mi abuelo para tirar hacia adelante¡±. ¡°Para m¨ª¡±, a?ade, ¡°se ha cerrado un c¨ªrculo: por un lado, la pel¨ªcula es un homenaje a mi abuelo, y por otro, han sido identificados en una fosa com¨²n los restos de su padre. De alguna forma, han vuelto a encontrarse. Es muy emocionante¡±.
Como se ve en la pel¨ªcula y como ocurri¨® en tantos hogares de la posguerra, el fusilamiento de Diego Vital dispers¨® a la familia. ¡°Todos, salvo mi padre, que era muy peque?o y fue el ¨²nico que estudi¨®, se pusieron a trabajar¡±, explica Lidia. ¡°Manolo se fue a Torre Bar¨®, [la barriada de chabolas levantada a pulso, noche a noche, por decenas de perdedores de la guerra llegados a Barcelona desde Extremadura, Andaluc¨ªa, La Mancha...]; la segunda hija se fue al Pa¨ªs Vasco; a la tercera, Rafaela, mi abuela tuvo que dejarla con unos parientes porque ella no pod¨ªa criarla, y el cuarto se fue a Elche. Mi abuela sufri¨® much¨ªsimo. Nunca la vi sonre¨ªr. Siempre iba vestida de negro. Despu¨¦s de matar a su marido, le hicieron la vida imposible. Trataron de echarla de su casa. La deten¨ªan constantemente porque para ganarse la vida, se dedicaba al estraperlo. Aprendimos a leer juntas, cuando yo era peque?a...¡±.
A?os despu¨¦s, el padre de Lidia, Diego, se uni¨® a su hermano en Torre Bar¨®. ¡°Decidi¨® dejar de estudiar y ponerse a trabajar para ayudar a su madre. Cuando consigui¨® un trabajo, se la trajo y volvieron a vivir juntos. Mi t¨ªo Manolo era tambi¨¦n mi padrino. Siempre me pinchaba con los bigotes. Lo mejor que le pas¨® en la vida fue mi t¨ªa Carmen [monja que dej¨® de serlo al conocer a Vital]. Era muy divertido verles discutir porque Carmen le hablaba en catal¨¢n y mi t¨ªo respond¨ªa en castellano, pero se entend¨ªan la mar de bien¡±.
Los restos de Diego Vital y otros 48 hombres de entre 18 y 55 a?os estaban a 26 metros de profundidad, en un pozo, sepultados por cal, escombros, esqueletos de animales y basura arrojada durante a?os. La arque¨®loga Laura Mu?oz-Encinar, directora t¨¦cnica del proyecto e investigadora del CSIC especializada en violencia pol¨ªtica, ha participado en m¨¢s de un centenar de exhumaciones de fosas comunes en Espa?a y en el extranjero y explica que este ha sido ¡°el proyecto m¨¢s dif¨ªcil¡± de toda su carrera. ¡°Es uno de los casos m¨¢s complejos internacionalmente. Trabaj¨¢bamos en un espacio de tres por dos metros. El pozo estaba lleno de agua, lo que hizo que los cuerpos se descompusieran y que no encontr¨¢ramos conexi¨®n anat¨®mica [esqueletos enteros], sino un gran osario¡±. El hallazgo de casquillos permiti¨® confirmar que los hab¨ªan matado all¨ª mismo. ¡°Es lo que llamamos parajes del terror, lugares que se utilizan para ejecutar v¨ªctimas civiles y hacerlos desaparecer. Est¨¢ muy alejado de cualquier localidad, en mitad del campo, en un entorno de dehesa donde no hab¨ªa carretera. Requer¨ªa una log¨ªstica y su elecci¨®n no es aleatoria¡±, a?ade la arque¨®loga.
Entre los siete fusilados que han podido ser identificados figura Amado Viera, alcalde socialista de Valencia de Alc¨¢ntara (C¨¢ceres) cuando estalla la Guerra Civil. Su hija Conchita, de 91 a?os, celebra haber llegado a tiempo. ¡°Yo ten¨ªa tres a?os cuando se lo llevaron, y mi hermano, ocho. Fue ¨¦l quien me cont¨® que aquel d¨ªa se agarr¨® a su pierna y le pidi¨®: ¡®Pap¨¢, no te vayas¡¯. A mi madre le costaba mucho hablar de aquello porque entonces hablar daba miedo. A mi t¨ªo le dijeron que lo trasladaban a C¨¢ceres, pero lo llevaron directamente al pozo para matarlo. Luego hubo gente que me fue contando c¨®mo era mi padre, por ejemplo, que era abogado de formaci¨®n, un hombre bueno que nos permiti¨® ir siempre con la cabeza bien alta, pese a todos los abusos que sufrimos, entre otras cosas, que nos quitaran la casa durante a?os¡±. Conchita descubri¨® el lugar de enterramiento cuando cay¨® en sus manos un libro del catedr¨¢tico de Historia Juli¨¢n Chaves. ¡°Cuando vi el nombre de mi padre casi me caigo de espaldas¡±. Cuenta que, al principio, los due?os de la finca donde se encuentra el pozo no quisieron ayudarles. Con el tiempo, cambiaron de opini¨®n.
El alcalde de Valencia de Alc¨¢ntara, Alberto Piris (PSOE), explica que cuando preparaban la expropiaci¨®n temporal del terreno para proceder a la exhumaci¨®n, llegaron a un acuerdo con los propietarios, quienes, finalmente, renunciaron a la indemnizaci¨®n a la que ten¨ªan derecho. Los trabajos fueron financiados por la Diputaci¨®n de C¨¢ceres, en colaboraci¨®n con el Consistorio, la Universidad de Extremadura, la sociedad de ciencias Aranzadi, el Instituto de Ciencias del Patrimonio del CSIC y la Secretar¨ªa de Estado de Memoria Democr¨¢tica. El equipo sigue buscando familiares de las v¨ªctimas recuperadas en la fosa. 12 de ellas a¨²n no tienen nombre, otra consecuencia de la dispersi¨®n y el ¨¦xodo que provoc¨® en tantos hogares rotos la Guerra Civil.
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