El Supremo confirma la condena de los marineros que usaron el ¡®Juan Sebasti¨¢n Elcano¡¯ para traficar con droga
Los militares aprovecharon la falta de controles aduaneros al buque escuela de la Armada para trasladar coca¨ªna de Cartagena de Indias a Nueva York
El Tribunal Supremo ha confirmado las penas a dos exmarineros que fueron condenados a tres a?os de c¨¢rcel por traficar con droga a bordo del buque escuela de la Armada espa?ola Juan Sebasti¨¢n de Elcano. En este caso estaban implicados otros dos marineros, dos cabos y un cocinero civil, pero ninguno de ellos recurri¨® sus condenas (al menos tres llegaron a un pacto con la Fiscal¨ªa), de entre uno y dos a?os de prisi¨®n. La Sentencia de la Sala de lo Militar cierra un proceso que se inici¨® hace una d¨¦cada, el 13 de mayo de 2014, cuando se produjo la detenci¨®n de dos camellos colombianos en Nueva Jersey por parte de agentes de HSI-ICE (Oficina de Investigaciones del Departamento de Seguridad Nacional y Polic¨ªa de Inmigraci¨®n y Aduanas de Estados Unidos), que puso al descubierto una red de narcotr¨¢fico en la que intervinieron al menos siete miembros de la tripulaci¨®n del buque espa?ol.
Los jueces consideran probado que los siete tripulantes condenados, aprovechando que Juan Sebasti¨¢n de Elcano no era sometido a controles aduaneros en los puertos extranjeros que visitaba, colaboraron con suministradores de droga colombianos para trasladar coca¨ªna desde Cartagena de Indias (Colombia) a Nueva York (EE UU). Esta droga fue embarcada en el buque durante su escala en el Muelle de Edurbe de Cartagena de Indias, donde estuvo atracado entre el 14 y el 19 de abril de 2014, para ser desembarcada en el Muelle 88 SW de la Terminal de Cruceros de Pasajeros de la Isla de Manhattan de Nueva York, entre el 10 y el 15 de mayo de ese a?o. En total, la sentencia da por acreditada la entrega, a trav¨¦s de distintas operaciones, de al menos 31 kilos de coca¨ªna.
Los acusados que pactaron con el fiscal aceptaron una condena de dos a?os de c¨¢rcel que, al carecer de antecedentes penales, les permiti¨® no reingresar en prisi¨®n, donde ya estuvieron 11 meses con car¨¢cter preventivo. Adem¨¢s, tuvieron que pagar entre 70.000 y 240.000 euros de multa. Los dos marineros que recurrieron al Supremo alegaron que se hab¨ªan producido irregularidades a lo largo del proceso en la custodia de la droga o en la intervenci¨®n de sus tel¨¦fonos m¨®viles. El tribunal rechaza estos argumentos basados, seg¨²n los jueces, en ¡°sospechas¡± o ¡°conjeturas¡±. ¡°Nos encontramos ante unos elementos de juicio cabalmente valorados, en modo atinado, l¨®gico y completo, conclusi¨®n de f¨¢cil obtenci¨®n a la vista del tenor de la sentencia [del tribunal militar territorial] cuestionada¡±, se?ala la resoluci¨®n. La condena supone, para los que no la hab¨ªan abandonado ya, su expulsi¨®n de la Armada, al llevar aparejada la pena de inhabilitaci¨®n especial para el empleo o cargo p¨²blico.
La investigaci¨®n judicial no ha conseguido, sin embargo, aclarar el origen de los 127 kilos de coca¨ªna, en paquetes de un kilo, que se encontraron escondidos en un habit¨¢culo del pa?ol de cables del buque escuela de la Armada espa?ola durante el registro que se practic¨® cuando se encontraba atracado en el arsenal de La Carraca (C¨¢diz) el 30 de julio de 2014, a su regreso del crucero de instrucci¨®n en el que se produjo el transporte de droga entre Cartagena de Indias y Nueva York. En la sentencia del Supremo ni siquiera se menciona este alijo. La investigaci¨®n judicial que se abri¨® entonces acab¨® archiv¨¢ndose sin que se identificara a ning¨²n responsable entre los 185 tripulantes del buque.
La sentencia describe tres operaciones aparentemente independientes, pero todas con el nexo com¨²n del cocinero del buque y de un taxista colombiano, apodado Mondongo, que hac¨ªa de enlace con los narcos. En una de ellas, un cabo y un marinero recogieron 4 kilos de coca¨ªna en una peluquer¨ªa de la ciudad colombiana, la metieron en el buque escondida en unos calzones con bolsillos interiores, y la entregaron en el barrio neoyorquino de El Bronx, a cambio de 9.000 d¨®lares, la mitad de lo que les hab¨ªan prometido. Como se retrasaban en la entrega, los narcos colombianos llamaron al cocinero, quien les advirti¨® del peligro al que se expon¨ªan de no cumplir su compromiso. El cocinero cobr¨® una comisi¨®n de 1.000 d¨®lares por su labor de intermediario, mientras que un cabo segundo que les permiti¨® esconder la droga en la planta de residuos del buque recibi¨® al menos otros 1.000 d¨®lares.
En una segunda operaci¨®n, Mondongo entreg¨® 7,2 kilos de coca a otro marinero, que la introdujo en el buque en una mochila y la entreg¨® en el aparcamiento de una bolera de Nueva York a cambio de 36.000 d¨®lares. Seg¨²n la sentencia, la ¨²ltima entrega, a cambio de 10.000 d¨®lares, la protagonizaron los dos marineros que recurrieron su condena, quienes portaban 19,8 kilos de coca en sendas mochilas cuando entraron en la habitaci¨®n de hotel de Nueva York, cuyas c¨¢maras de seguridad les captaron. Tres d¨ªas despu¨¦s, la agencia antinarc¨®ticos estadounidense detuvo en Nueva Jersey a los dos camellos colombianos con 26 kilos de coca, que aseguraron les hab¨ªan entregado los marineros espa?oles.
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