Sin noticias de Pedro
La acusada del crimen de la Guardia Urbana declara que no intent¨® averiguar el paradero de su expareja, a quien cre¨ªa desaparecido
Rosa Peral niega tajantemente que matase a su expareja, Pedro Rodr¨ªguez, en un complot urdido con quien era su amante, Albert L¨®pez, la noche del 1 de mayo de 2017. Ni siquiera sab¨ªa que Pedro estaba muerto, insisti¨® durante su declaraci¨®n que hace dos d¨ªas que dura en la Audiencia de Barcelona. Pens¨® que se hab¨ªa peleado con Albert y se hab¨ªa ido de casa. Tampoco sospech¨® cuando, seg¨²n su versi¨®n, ayud¨® a la fuerza a Albert a quemar el coche de Pedro. ¡°??C¨®mo voy a pensar que Pedro est¨¢ dentro?!¡±, insisti¨®. En todo ese tiempo, admiti¨® que no intent¨® saber el paradero de su pareja.
En la jornada anterior, Rosa Peral, miembro de la Guardia Urbana, como el resto de los implicados, explic¨® que la ¨²ltima vez que vio a Pedro fue la madrugada de 1 al 2 de mayo, cuando Albert se present¨® en su casa, saltando la verja y armado, entre otras cosas, con una pistola y una hacha. Ella se guareci¨® en el primer piso de la casa, con sus hijas, y alega que no vio nada de lo que sucedi¨® entre los dos hombres en la planta de abajo.
¡°?Cu¨¢ndo ve a Albert entrar, de madrugada, ni siquiera hace ¡®ay, qu¨¦ pasa aqu¨ª¡¯, ni profiere el m¨¢s m¨ªnimo grito, ni da una voz, ni nada?¡±, le pregunt¨® este jueves el abogado de la familia de Pedro, Juan Carlos Zayas, sobre el hecho de que no advirtiese a Pedro del peligro. ¡°Es todo inmediato¡±, defendi¨® Peral. ¡°Pero Albert iba preparado para la guerra...¡±, volvi¨® Zayas. "Me qued¨¦ paralizada, estaba asustada, estaba cagada, estaba en una situaci¨®n de miedo¡±, aleg¨® la acusada. ¡°Cuando miras a alguien que tiene una pistola, lo ¨²nico que se te ocurre es correr¡±, remach¨®.
Cuando Albert la llam¨® un rato despu¨¦s para que bajase, ya no hab¨ªa rastro de Pedro. El di¨¢logo puntilloso entre Peral y el letrado Zayas se volvi¨® a repetir: ¡°?Pens¨® que pod¨ªa haber habido una pelea o una agresi¨®n?¡±, S¨ª, una pelea. ?Una pelea en la que se hubiese usado un hacha? No pude ver lo que pas¨®. ?Usted no dedujo que pod¨ªa haber una agresi¨®n con un hacha? Pens¨¦ que no se hab¨ªa utilizado, que le hab¨ªa intimidado. Hubiese habido un charco grande [de sangre]. ?Pens¨® que Pedro pod¨ªa estar herido? El estado de nervios te hace no ver cosas que no quieres ver. En ning¨²n momento pens¨¦ que estuviera muerto. ?Siempre pens¨® que Pedro iba a volver? S¨ª¡±.
Pero a pesar de eso, Peral no llam¨® a los hospitales. ¡°En ning¨²n momento pens¨¦ en unas heridas tan graves¡±. Ni tampoco llam¨® ni se acerc¨® a casa de su vecino Manu, que viv¨ªa delante, el ¨²nico lugar donde, asegur¨® Rosa, podr¨ªa haber ido Pedro. ¡°?No llam¨® a su hermano tampoco? ?A los familiares cercanos? ?Le pregunt¨® a alg¨²n amigo: ?sabes si est¨¢ aqu¨ª? ?D¨®nde pensaba que estaba viviendo y durmiendo Pedro? ?Por qu¨¦ no le pregunt¨® a Manu si era la ¨²nica persona del mundo con la que pod¨ªa estar?¡±, ametrall¨® Zayas. Rosa Peral, visiblemente crispada, no se movi¨® de su relato: ella estaba muy nerviosa y Pedro era muy reservado, por lo que lo mejor era no molestar. La noticia de su muerte, dijo, la supo cinco d¨ªas despu¨¦s, cuando los Mossos le informaron de que hab¨ªan encontrado su cad¨¢ver, en el maletero del coche que ella quem¨® con Albert en el pantano de Foix.
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