Mentiras, manipulaciones y toxicidad: las pasiones del crimen de la Guardia Urbana de Barcelona
El fiscal muestra en el juicio el tri¨¢ngulo amoroso entre polic¨ªas que acab¨® con el asesinato de uno de ellos
Rosa Peral, acusada de matar a su expareja, Pedro Rodr¨ªguez, con su amante, Albert L¨®pez, los tres guardias urbanos, centra toda la atenci¨®n en el juicio que se celebra desde el lunes en la Audiencia de Barcelona. Si bebe agua, se oye el disparador de los fot¨®grafos. Si se mueve, si se toca la larga melena negra, si toma notas¡ todos los ojos se clavan en ella. Quiz¨¢ por eso, Peral se mantiene hier¨¢tica la mayor parte del tiempo, sin mirar ni una sola vez a L¨®pez, sentada tan lejos como puede de ¨¦l en el banquillo de los acusados. Es casi imposible intuir qu¨¦ siente cuando en la sala de vistas se destripa su vida. Solo llor¨® al recordar los planes que ten¨ªa con Pedro.
El juicio del asesinato de Pedro Rodr¨ªguez se ha convertido en un follet¨ªn, con Peral de protagonista, que recorre las bajas pasiones que supuestamente llevaron a ella y a L¨®pez a matar a Rodr¨ªguez en mayo de 2017. Hay cuatro hip¨®tesis sobre la mesa: la del fiscal, que dice que Peral y L¨®pez mataron a Rodr¨ªguez para vivir libremente su amor; la de la familia de Rodr¨ªguez, que sostiene que Peral no aceptaba que ¨¦l la fuese a dejar y que L¨®pez tem¨ªa que lo incriminase en la muerte de un mantero, la de Peral, que mantiene que L¨®pez y Rodr¨ªguez se pelearon por ella y el primero lo mat¨®, y la de L¨®pez, que afirma que Rodr¨ªguez maltrataba a Peral y esta acab¨® con ¨¦l en defensa propia. Los dos acusados solo admiten haber ayudado al otro a deshacerse del cad¨¢ver.
El fiscal, F¨¦lix Mart¨ªn, quiere mostrar al jurado la ¡°psicolog¨ªa de un asesinato¡±: ¡°Hay que entender el tri¨¢ngulo Albert, Rosa y Pedro, y si ven la red de mentiras, manipulaciones, toxicidad, podr¨¢n entender lo que pas¨®¡±. Para ello, parti¨® el martes con la declaraci¨®n de Rub¨¦n C., el exmarido de Peral, un mosso d'esquadra con quien comparti¨® 16 a?os. ¡°No es por cotillear en su vida¡±, le dijo, para luego preguntarle si ¨¦l y Peral ¡°pactaron tener encuentros sexuales con otras personas¡±. ¡°Ha habido infidelidades, pero quiero dejarlo como temas puntuales¡±, respondi¨® Rub¨¦n C. En 2013, supo que Peral mantuvo una relaci¨®n paralela con L¨®pez y la perdon¨®: ¡°Era mi mujer, estaba muy enamorado de ella. Siempre he cre¨ªdo en las segundas oportunidades¡±. Tres a?os m¨¢s tarde, al descubrir que esa relaci¨®n segu¨ªa, Rub¨¦n C. cambi¨® de actitud: ¡°Me mostr¨¦ dispuesto a conocer a otras mujeres¡±.
En diciembre de 2017, cinco meses antes del crimen, es Peral quien averigua que su marido sale con otra, se lo reprocha y ¨¦l decide terminar con su matrimonio. ¡°Se lo dije en el sof¨¢ de casa, que hab¨ªa otra persona y que lo suyo era dejarlo¡±, declar¨® en el juicio. Pero ella no se lo tom¨® bien: ¡°Por favor, tenemos que intentarlo por nuestras hijas¡±, dijo Rub¨¦n C. que le insisti¨®. Mientras Peral suplicaba a su marido que no la abandonase, ella ya sal¨ªa a escondidas con Pedro Rodr¨ªguez, y manten¨ªa viva la relaci¨®n con Albert L¨®pez, ambos compa?eros suyos en la Guardia Urbana.
El mi¨¦rcoles declar¨® Issam O., tambi¨¦n guardia urbano, con quien Peral entabla amistad cuatro d¨ªas despu¨¦s del asesinato de Pedro Rodr¨ªguez. Issam O. cont¨® que escribi¨® a Peral, a quien ¡°no conoc¨ªa de nada¡±, y le ofreci¨® su ayuda al saber que el cad¨¢ver de Rodr¨ªguez hab¨ªa sido hallado calcinado en el maletero de su coche. ¡°Me vuelco en con los compa?eros de trabajo¡±, justific¨® su comportamiento Issam O., que niega que mantuviese una relaci¨®n amorosa con Peral. ¡°Soy el tipo de persona que cuando alguien pincha una rueda, el 99% pasa de largo y yo me paro¡±, se defini¨®. Un ¡°Batman¡± dispuesto a ¡°rescatar¡± a Peral.
?l y Peral tuvieron tiempo de vivir cinco d¨ªas intensos: cenaron hasta la madrugada, fueron al cine, se intercambiaron centenares de mensajes, hablaron hasta las tantas por tel¨¦fono¡ ¡°Me gusta estar contigo, me gusta estar tranquila contigo¡". "Eso en mi pueblo se llama cortejo¡±, interpel¨® a Issam O. el fiscal, sobre uno de los comentarios de Peral dirigidos al guardia urbano. ¡°Yo no lo interpret¨¦ as¨ª¡±, dijo el hombre, que defendi¨® que ni ¨¦l ni Peral ten¨ªan inter¨¦s sentimental en el otro. ¡°Ni en ese momento, ni en ninguno¡±, subray¨®.
Manuel G. declar¨® el jueves y puede que acabe procesado por falso testimonio. Era el vecino de Peral de su casa de Cubelles, donde vivi¨® con Rub¨¦n C., luego con Pedro Rodr¨ªguez y donde supuestamente le mataron. El fiscal entiende que Manuel G. minti¨® al decir que su relaci¨®n con Peral era meramente de ¡°vecinos¡± y que tuvieron un ¨²nico ¡°contacto f¨ªsico ¨ªntimo¡±. Para demostrarlo, pidi¨® que se leyera una conversaci¨®n entre los dos, tres d¨ªas despu¨¦s de la desaparici¨®n de Rodr¨ªguez, en la que Manuel G. le pidi¨® ¡°repetir¡± y le env¨ªo una foto sexual.
Sicarios y magia negra
El mismo d¨ªa declar¨® Anyuli G., una presa que comparti¨® c¨¢rcel con Peral, donde ella tom¨® un rol de ¡°l¨ªder¡±, seg¨²n cont¨® la responsable de la prisi¨®n. Anyuli G. denunci¨® que Peral quer¨ªa matar a su exmarido Rub¨¦n C. porque no le llevaba a sus dos hijas a prisi¨®n. ¡°Pregunt¨® si conoc¨ªamos a un sicario¡±, dijo, y quiso hacerle ¡°magia negra¡±. Tambi¨¦n us¨® la clave de ordenador de Anyuli G. para averiguar ¡°si se pod¨ªa saber la causa de la muerte de un cad¨¢ver calcinado¡±. La abogada de Peral, Olga Arderiu, intent¨® demostrar que la presa ment¨ªa por despecho e incluso le pregunt¨® abiertamente: ¡°?Intent¨® seducir a Rosa [Peral]?¡±. ¡°Jam¨¢s. No soy una mujer de seducir a las mujeres¡±, se defendi¨® ella.
El fiscal sac¨® a relucir un episodio clave para demostrar la ¡°toxicidad¡± entre Peral, L¨®pez y Rodr¨ªguez que, a su juicio, explicar¨ªa el asesinato. Una amiga de Peral cont¨® que el 8 de abril, un mes antes del crimen, L¨®pez se present¨® de uniforme en una terraza de Barcelona donde ambas tomaban algo y entreg¨® una cajita con un anillo de compromiso a Peral. Ella se lo prob¨®. ¡°Llevaba uno en cada mano¡±, dijo la mujer, en referencia a la otra alianza de Pedro que tambi¨¦n luc¨ªa. Dudaba entre los dos, dijo.
El ¨²ltimo de los enredos que sobrevol¨® la sala es el bautizado como pornovenganza: la distribuci¨®n de una foto sexual de Peral con un jefe suyo, al que ella denunci¨®. La pornovenganza es el arranque del triple crimen de la Guardia Urbana. Peral acudi¨® en abril de 2017 a La Vanguardia a denunciar el caso. La acompa?aban Rodr¨ªguez y un abogado amigo de este. Un mes despu¨¦s, Rodr¨ªguez estaba muerto y Peral y L¨®pez, detenidos por el asesinato. ¡°El mal gratuito existe¡±, aleccion¨® el fiscal ante el jurado.
El intento de incriminar al exmarido de Rosa Peral
Rosa Peral sostuvo hasta ser detenida que hab¨ªa discutido con su pareja, Pedro Rodr¨ªguez, y que este se hab¨ªa ido de casa, sin decir ad¨®nde. En realidad, Rodr¨ªguez nunca sali¨® del domicilio que compart¨ªa con ella: le hab¨ªan matado, seg¨²n el fiscal, en la planta baja del chal¨¦ la noche del 1 al 2 de mayo de 2017. En esa ¨¦poca, Rodr¨ªguez ten¨ªa un enemigo claro: Rub¨¦n C., el exmarido de Peral, con quien ten¨ªa denuncias cruzadas. Seg¨²n el fiscal, Peral y su amante, Albert L¨®pez, quisieron cargarle el muerto. Para implicarlo, cogieron el m¨®vil encendido de Rodr¨ªguez y fueron a los alrededores de la casa del exmarido de Peral en Tarragona. As¨ª los Mossos lo ubicar¨ªan all¨ª al reconstruir sus pasos. Peral tambi¨¦n detall¨® la mala relaci¨®n de Rodr¨ªguez con Rub¨¦n C. "Me enter¨¦ por la prensa de que [los Mossos] sospecharon de m¨ª", declar¨® Rub¨¦n C., en el juicio. El cad¨¢ver de Pedro fue hallado dos d¨ªas despu¨¦s de su desaparici¨®n, carbonizado, en el maletero de su coche, al lado del pantano de Foix.
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