El Estado, esa jaula seg¨²n Buch
La pandemia del coronavirus ha sido convertida en un bal¨®n de ox¨ªgeno por el gobierno de Junts per Catalunya y ERC, que el propio Torra hab¨ªa dado ya por agotado al anunciar unas elecciones anticipadas
El domingo por la tarde, mientras la televisi¨®n catalana emite Churchill, la cinta de titulares que se desliza continuamente por la parte baja de la pantalla sintetiza el relato sobre la crisis sanitaria elaborado por el independentismo gobernante en Catalu?a: Es este: ¡°El Consejo de Ministros aprueba las restricciones de movimientos anunciadas la v¨ªspera por el presidente S¨¢nchez¡±. ¡°Quim Torra celebra una medida que la Generalitat ped¨ªa desde hace tiempo¡±. ¡°Urkullu pide en la conferencia de presidentes que las comunidades aut¨®nomas sean las que concreten las actividades esenciales¡±. ¡°En las ¨²ltimas 24 horas han muerto 832 pacientes de coronavirus en toda Espa?a¡±. ¡°Llega a Catalu?a un mill¨®n y medio de material quir¨²rgico comprado a China¡±.
Los contenidos resumidos en estos titulares hab¨ªan sido explicados antes m¨¢s ampliamente en los noticiarios y en la abundante programaci¨®n dedicada estos d¨ªas a la pandemia. Se da por sabido que el material llegado de China ha sido pedido por la Generalitat. Se da por sabido que las medidas adoptadas por S¨¢nchez llegan tarde porque hace ya tiempo que han sido reclamadas por Torra. Se reitera que a las comunidades aut¨®nomas se les impide decidir sobre aspectos decisivos de la crisis, como recuerda la demanda de Urkullu, que por supuesto no va a ser atendida. Y todo ello sobre el truculento escenario de muerte que asola Espa?a, Catalu?a incluida. Poco antes, en una rueda de prensa emitida en directo, el consejero de Interior, Miquel Buch, hab¨ªa explicado, a prop¨®sito de la confinaci¨®n de Igualada y la Conca d'?dena, que la ¡°camisa de fuerza¡± y la ¡°jaula¡± en la que Catalu?a est¨¢ metida impide que la Generalitat aplique medidas necesarias contra la epidemia pero que sin embargo no son autorizadas por el Gobierno de Espa?a. En la ret¨®rica de Buch la camisa de fuerza y la jaula pueden ser, seg¨²n se quiera interpretar, los decretos del Gobierno de Espa?a sobre el estado de alarma, el propio Gobierno espa?ol o, simplemente, el Estado. El martes subray¨® que la Generalitat no puede decidir nada porque se halla subordinada al Gobierno de Espa?a.
Si no actuamos m¨¢s y mejor es porque no nos dejan. As¨ª es como la pandemia del coronavirus ha sido convertida en un bal¨®n de ox¨ªgeno por el gobierno de Junts per Catalunya y ERC, que el propio Torra hab¨ªa dado ya por agotado el 29 de enero al anunciar unas elecciones anticipadas. Cuando S¨¢nchez decret¨® el estado de alarma y se constituy¨® en autoridad ¨²nica para dirigir la pol¨ªtica contra la crisis sanitaria, liber¨® de esa pesada responsabilidad a quienes la detentaban hasta ese momento. La consecuencia inmediata en Catalu?a ha sido que el Gobierno de Torra abrazara con entusiasmo el papel de v¨ªctima: primero, del centralismo; luego, de la ineficacia. Siempre, del Estado, ese ente for¨¢neo, y enemigo que es el Estado espa?ol cuando quien se refiere a ¨¦l es un nacionalista catal¨¢n. Un inesperado regalo dial¨¦ctico para los soberanistas que se mueven como pez en el agua en la confrontaci¨®n con el p¨¦rfido centralismo espa?ol.
Instalado as¨ª en el papel de portavoz de todas las quejas, demandas, peticiones, reclamaciones y exigencias ante el Estado, el Gobierno de Torra ha debido actuar como ejecutor de una pol¨ªtica sanitaria que no dirige y lo ha hecho recuperando el discurso del victimismo contra el centralismo y poniendo siempre por delante que si algo no funciona es por culpa del Gobierno de Espa?a; si llega tarde es por culpa del Gobierno de Espa?a, si no hay medios es porque el Gobierno de Espa?a no los aporta. Siempre m¨¢s tarde de lo que necesitamos, siempre con menos de los que reclamamos, repiten el president y sus consejeros. Lo m¨¢s significativo sea, quiz¨¢, el momento en que Torra preconiza la irresponsabilidad econ¨®mica total de la Generalitat. En pocos minutos de diferencia exige la rebaja, aplazamiento y/o exenci¨®n de impuestos para empresas y trabajadores aut¨®nomos y, acto seguido, exige tambi¨¦n que eso sea en todo caso a cuenta del Gobierno de Espa?a. El mismo esquema que aplica a la demanda de instaurar con urgencia una renta m¨ªnima universal para los afectados por la crisis, que por supuesto debe ser con fondos aportados por el Estado.
Es una inc¨®gnita el rendimiento que esta mezcla de victimismo y oportunismo descarado pueda tener en unas elecciones, sean cuando sean. Pero los soberanistas se esfuerzan para convertirla en una oportunidad para recuperar la maltrecha cohesi¨®n de esa mitad del universo social catal¨¢n que les sigue desde 2010. Una oportunidad ca¨ªda del cielo cuando menos la esperaban y m¨¢s falta les hac¨ªa. Pero tambi¨¦n se puede volver contra ellos como un bumer¨¢n.
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