La pandemia pone contra las cuerdas las escuelas infantiles privadas
Las patronales temen que algunos centros se vean abocados a cerrar, ya que dependen b¨¢sicamente de las cuotas de las familias
Clara y su madre dirigen desde hace ocho a?os una escuela infantil privada en el Maresme. Hace ya varios a?os que hacen equilibrios para cuadrar las cuentas, ya que el descenso de la natalidad les vac¨ªa a?o a a?o las aulas. Ahora cuentan con 35 alumnos. Pero el cierre inesperado por la pandemia del coronavirus les ha asestado un duro golpe. Sin su principal ingreso, las cuotas de las familias, ven imposible afrontar los 12.000 euros mensuales de gastos (alquiler, salarios y recibos incluidos). No han logrado ayudas y se niegan a pedir un cr¨¦dito. ¡°Las perspectivas para cuando podamos reabrir son malas, por la bajada de alumnos, que el curso pr¨®ximo ser¨¢ peor. No queremos pedir un pr¨¦stamo para no generar m¨¢s deuda. As¨ª que la mejor opci¨®n es cerrar¡±, admite Clara, que ultima los tr¨¢mites para echar el candado al centro, cuyo nombre prefiere no revelar porque aun no ha informado ni a trabajadoras ni familias.
El caso de esta escuela es un extremo al que podr¨ªan llegar otras, alertan las patronales. Seg¨²n la asociaci¨®n de escuelas infantiles de Catalu?a ¡ªla principal del sector, con 300 centros¡ª, pr¨¢cticamente todas han presentado o presentar¨¢n expedientes de regulaci¨®n temporal de empleo (ERTE) y muchas quedar¨¢n muy tocadas por los meses sin ingresos. ¡°Tememos que el confinamiento se alargue mucho, ya que el sector no tiene la fortaleza para aguantar¡±, admite Jordi Fibla, secretario de la entidad.
Las escuelas infantiles de titularidad privada tienen un peso importante: cuentan con 700 centros (de un total de 1665) y acogen 30.000 de los 80.000 alumnos de cero a tres a?os, seg¨²n datos del Departamento de Educaci¨®n del curso pasado. Adem¨¢s, dan trabajo a unas 5.000 personas entre docentes y personal de apoyo, seg¨²n las patronales. Estas dependen estrictamente de las cuotas de las familias, ya que pocas reciben subvenci¨®n: solo las entidades sin ¨¢nimo de lucro perciben unos 300 euros anuales de la Generalitat para reducir dichas mensualidades y unos 200 euros anuales de la Diputaci¨®n de Barcelona (si el centro es de esta demarcaci¨®n).
Queralt Mart¨ªn, directora de la Llar d'en Pitus de Cerdanyola del Vall¨¨s, asegura que no cuenta con estas ayudas p¨²blicas. Con el cierre de escuelas y sin ingresos, no sabe c¨®mo afrontar las facturas. ¡°Estamos en negativo. Tenemos que pagar 30.000 euros entre salarios, alquiler, Seguridad Social e impuestos trimestrales. ?C¨®mo lo hago?¡±, se queja. Ha tenido que presentar un ERTE para sus ocho trabajadoras y, ante esta ¡°desesperaci¨®n¡±, la directora ha iniciado una campa?a para explicar la situaci¨®n l¨ªmite en que se encuentra el sector.
¡°Las guarder¨ªas est¨¢n desesperadas¡±, admite Conxita Peric¨®, presidenta de la asociaci¨®n catalana de escuelas infantiles. Las patronales han acordado una estrategia conjunta: han solicitado a las familias que paguen una cuota m¨ªnima ¡ªque oscila entre los 80 y los 200 euros, seg¨²n las necesidades y caracter¨ªsticas de cada centro¡ª para resistir durante el confinamiento. ¡°Pedimos solidaridad y colaboraci¨®n a los padres, no para mantener la plaza, sino para mantener la escuela¡±, asevera Fibla, quien admite que algunos han aceptado, pero otros no. Adem¨¢s de esta opci¨®n, el sector pide la intervenci¨®n de la Generalitat para evitar un cierre masivo de centros.
Las patronales lamentan el abandono de estos centros privados y se sienten mal considerados. ¡°A veces dicen que somos una etapa educativa importante, porque es cuando el ni?o hace sus primeros pasos, tanto f¨ªsicos como emocionales, pero en tiempos de vacas flacas nos tratan como un simple servicio, y esto te enoja¡±, lamente Montse Fern¨¢ndez, presidenta de la coordinadora de guarder¨ªas. Tambi¨¦n aseguran que algunos los comparan con los gimnasios para justificar no pagar la cuota. ¡°Nosotros somos un centro educativo. Y si al final de todo esto cierra un gimnasio no es lo mismo que si cierra una escuela infantil¡±, reivindica Fibla.
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