Guerra, religi¨®n y coronavirus: cuando Sant Jordi se qued¨® sin ser el D¨ªa del Libro
La epidemia de la covid-19 fuerza la primera suspensi¨®n de la festividad del 23 de abril por motivos sanitarios, aunque en el pasado ya hubo ocho modificaciones del calendario
El 23 de abril ha sido el D¨ªa del libro y de la rosa desde 1931. A?o tras a?o, el epicentro de la fiesta ha sido Barcelona y su diada de Sant Jordi, fecha que tambi¨¦n conmemora la muerte de Miguel de Cervantes y William Shakespeare. Las medidas de confinamiento frente al coronavirus han forzado que la C¨¢mara del Libro de Catalu?a posponga la festividad al 23 de julio. La decisi¨®n, aunque inusual, no es inaudita: hasta ocho veces se hab¨ªa cambiado anteriormente la cita en el calendario.
La primera ocasi¨®n en la que el D¨ªa del Libro no se celebr¨® un 23 de abril fue en 1933, explica la periodista y gestora cultural Carme Polo en el libro Sant Jordi. Libros y Rosas (Viena Edicions). La raz¨®n no fue de fuerza mayor, como puede ser una epidemia: Sant Jordi ca¨ªa aquel a?o en domingo y al ser feriado, las librer¨ªas no pod¨ªan abrir, por lo que lo avanzaron al s¨¢bado 22. Polo resume en su obra las ocho ediciones de la gran jornada literaria que no fueron en un 23 de abril, los precedentes de la actual cancelaci¨®n por motivo de la pandemia. El volumen, ilustrado con fotograf¨ªas de Ricard Lobo, es un repaso de la historia de la fiesta desde sus inicios entre 1926 y 1930, cuando se convocaba el 7 de octubre. La diada del libro salt¨® de octubre a abril porque, como subraya Polo, la primavera era un momento m¨¢s ¨®ptimo en cuanto a climatolog¨ªa y porque en las primeras semanas de oto?o, los editores estaban enfrascados con la comercializaci¨®n de libros de texto.
Tras el primer caso, el de 1933, las dos siguientes modificaciones en el calendario se produjeron durante la Guerra Civil. En 1937 se sustituy¨® por una feria de tres d¨ªas, del 3 al 5 de junio. Un decreto del Departamento de Cultura de la Generalitat anunciaba el 19 de abril que el certamen se aplazar¨ªa unas semanas, hasta mayo. El conflicto en la retaguardia que aconteci¨® ese mes entre los partidos leales a la Generalitat y las fuerzas anarquistas forz¨® una segunda pr¨®rroga. El diario La Publicitat aseguraba el 3 de junio que ¡°las circunstancias en estos d¨ªas tan terribles¡± hac¨ªan ¡°todav¨ªa m¨¢s simp¨¢tico¡± el acontecimiento: ¡°Nuestra fiesta del libro siempre ha tenido un esp¨ªritu combativo. Por este esp¨ªritu combativo fue que naci¨®, en los tiempos nada propicios para la catalanidad, para la cultura, de Primo de Rivera. Por eso siempre cont¨® con la antipat¨ªa del dictador¡±. La situaci¨®n de la contienda b¨¦lica en 1938, con parte de Catalu?a ocupada por las tropas franquistas y con la producci¨®n de las imprentas bajo m¨ªnimos, desplaz¨® la festividad al 15 de junio. ¡°Los stands de la feria no se han podido terminar de instalar debido a las circunstancias¡±, informaba La Vanguardia.
En 1943, con las C¨¢maras del Libro de Barcelona y de Madrid derogadas y sustituidas por el Instituto Nacional del Libro Espa?ol, las nuevas autoridades franquistas decidieron desplazar el D¨ªa del Libro al 1 de mayo porque el 23 de abril ca¨ªa en Viernes Santo: el luto por la muerte de Jes¨²s no casaba con la alegr¨ªa de una jornada popular. Sant Jordi volvi¨® a coincidir en domingo en 1950 y, tal y como sucedi¨® en 1933, se adelant¨® al 22 de abril. En tres ocasiones, en 1962, 1973 y 1984, el D¨ªa del Libro cambi¨® de fechas en Catalu?a porque el 23 de abril era lunes de Pascua y se quer¨ªa evitar que coincidiera con la tradici¨®n familiar de la entrega de la mona. En 1962 se traslad¨® al 12 de mayo, coincidiendo con un congreso internacional de editores que se celebraba en Barcelona. En 1973 y 1984 se opt¨® por el 27 de abril, d¨ªa de la virgen de Montserrat, patrona de Catalu?a junto a san Jordi.
El coronavirus ha supuesto la primera suspensi¨®n de Sant Jordi por una emergencia sanitaria, aunque otras generaciones han pasado por apuros similares: la dramaturga Sarah Ruhl recordaba en el pasado marzo en The New York Times que los teatros de Londres cerraron a finales del siglo XVI por una epidemia de peste bub¨®nica, desgracia que Shakespeare aprovech¨® para encerrarse en casa y escribir poes¨ªa.
La candidatura a patrimonio de la Humanidad, en un punto muerto
Carme Polo es la directora de la candidatura para que Sant Jordi sea reconocida como Patrimonio inmaterial de la Humanidad por la Unesco. El proyecto, presentado en abril de 2017, qued¨® poco despu¨¦s en un punto muerto, explica la gestora de esta iniciativa, al romperse la coordinaci¨®n entre administraciones p¨²blicas tras el conflicto por la independencia unilateral. El acto oficial de presentaci¨®n fue un momento inusual de paz pol¨ªtica que reuni¨® a Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa y a Oriol Junqueras, por entonces vicepresidentes del Gobierno y de la Generalitat, respectivamente. ¡°Si no hubiera habido el problema pol¨ªtico, seguro que la candidatura habr¨ªa tirado adelante m¨¢s r¨¢pido¡±, dice Polo. El proyecto se encuentra en una larga lista de espera para ser evaluado por el ministerio de Cultura, que es quien lo debe elevar a la Unesco.
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