Lo viejo y lo nuevo
En la sesi¨®n se col¨® una voluntad, quiero creer que sincera, de asumir los nuevos tiempos y sus urgencias
Desde que estamos en este lamentable par¨¦ntesis (espero), me he impuesto mirar las cosas con optimismo y benevolencia. Y preguntarle a todo el mundo c¨®mo se encuentra (por cierto, ?c¨®mo se encuentran?). El drama es tan duro que me cuesta entender los ¨ªmprobos esfuerzos de algunos por agravarlo con rabietas de enanito gru?¨®n y petulancias de cu?ado sabelotodo que ha hecho la mili, cambia la rueda pinchada del coche con una sola mano y, por supuesto, ya vivi¨® una pandemia y ¨¦l s¨ª que sabe. Ser¨¢ que me hago mayor. O que pienso que, si a estas alturas, los historiadores serios a¨²n discuten si emprender la batalla del Ebro era una estrategia razonable o una imprudente huida hacia adelante, no veo por qu¨¦ la lucha contra un virus de ciencia ficci¨®n tiene que venir con un cat¨¢logo n¨ªtido de instrucciones de uso.
Todo este pre¨¢mbulo es para explicar que, en la sesi¨®n del Parlament de ayer, puedo adoptar dos l¨ªneas. En la primera, explicar¨ªa todo lo que tuvo de vieja pol¨ªtica, entendiendo ¡°vieja¡± como la de hace dos meses. Y comentar¨ªa que, a pesar de la anormalidad, asistimos a otro amargo lanzamiento de pullas mientras el Govern se defend¨ªa sin matices ni flexibilidad, sin apenas concesiones a la autocr¨ªtica. Es de vieja pol¨ªtica, por ejemplo, la persistencia de la consejera Meritxell Bud¨® insinuando que la Catalu?a independiente estar¨ªa poco menos que inmunizada al virus, o la obediencia debida del consejero Miquel Buch a ese asesor que le estar¨¢ recomendando citar al Gobierno espa?ol en castellano y escarneciendo teatralmente el acento. Tambi¨¦n sonaba a pr¨¢ctica de cuando ¨¦ramos normales el tono de ciertas intervenciones de la oposici¨®n a modo de esl¨®ganes ¡ª¡°han pasado del Espa?a nos roba al Espa?a nos mata¡±, ¡°la salida de la crisis ser¨¢ socialista, ecologista, feminista o no ser¨¢¡±¡ª. Por brillantes que sean, resonaban con un eco extra?o en ese hemiciclo con s¨®lo 21 diputados y desinfectante. Y la en¨¦sima pol¨¦mica entre ERC y Junts per Catalunya, esta vez a cuenta del pleno telem¨¢tico que los primeros rechazaban y los segundos promov¨ªan: eso fue tambi¨¦n pol¨ªtica de anta?o.
Hasta ah¨ª una de las opciones para analizar el primer pleno en tiempo de confinamiento. Pero, como les dec¨ªa, hay otra: entre ataques e iron¨ªas, se col¨® en esta sesi¨®n una voluntad, quiero creer que sincera, de asumir los nuevos tiempos y sus urgencias. Una voluntad encabezada por la oferta de Quim Torra de una mesa de (re)construcci¨®n, que acept¨® Miquel Iceta (PSC) y ser¨ªa complementaria de otra propuesta de Lorena Rold¨¢n (Ciudadanos): los Pactos de la Moncloa a la catalana (?<CF1001>Els pactes de Sant Jaume</CF>?); pero que tambi¨¦n se vio en detalles como el del <CF1001>president</CF> agradeciendo el tono a la l¨ªder de la oposici¨®n ¡ªy teniendo un recuerdo para Carlos Carrizosa, convaleciente de la covid-19¡ª, el consejero Homrani aventurando un giro en pol¨ªtica social o el consejero Bargall¨® anunciando una reuni¨®n de partidos para abordar el regreso a las aulas. Ah, y la frase final de J¨¦ssica Albiach (En Com¨² Podem): ¡°Como me quedan diez segundos, he de reconocer que me alegra verles las caras, y que est¨¦n todos bien¡±.
Esta vez, me quedo con la segunda opci¨®n. Ser¨¢ que me hago mayor.</CW>
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