¡°Si Gomer fuera perfecto, no ser¨ªa maravilloso¡±

Susi P¨¢ez (66 a?os) sent¨ªa terror hacia los perros y llevar el bast¨®n blanco no la convenc¨ªa. Un verdadero problema para una persona ciega de nacimiento, como ella. Super¨® lo del perro y, desde los 20 a?os, ha vivido con un perro gu¨ªa. Gomer, un labrador canela que se lleva todo su cari?o, ha pasado a ser parte de ella. ¡°Es m¨¢s que uno m¨¢s en la familia¡±, dice. ¡°Si un d¨ªa salgo a la calle sin ¨¦l, es como si me faltara mi lado izquierdo¡±. Hoy, D¨ªa Mundial del Perro Gu¨ªa, es, de alguna manera, un d¨ªa especial para Gomer.

Sin embargo, no ser¨¢ el mejor d¨ªa de su vida. Gomer lleva mal el confinamiento. ¡°Lo saco a primera hora para que corra en la plaza de Sants y que haga sus necesidades, pero trabaja muy poco¡±, explica Susi, una telefonista jubilada y divorciada que vive sola con el perro en Barcelona. ¡°Normalmente estamos fuera todo el d¨ªa hasta entrada la tarde: voy al gimnasio, a comprar, a pasear con amigas¡­ Ahora, en cambio salimos muy poco, la compra me la hace mi hija y me la trae a casa¡±.

El estado de alarma afecta particularmente a las personas ciegas y a sus lazarillos. ¡°El principal problema ahora es que no podemos mantener la distancia de seguridad, ni el perro ni yo podemos calcularla¡±, explica Susi. ¡°Por eso pedimos a la gente que mantenga la ayuda que siempre nos brinda por la calle o en las tiendas, pero verbalmente: que nos digan a qu¨¦ distancia estamos en una fila, porque lo de tocarnos o cogernos por el brazo no es lo ideal, ahora¡±. El delegado de la ONCE en Catalu?a, Enric Bot¨ª, insiste en la importancia de la ayuda de la gente: ¡°El confinamiento no ha de suponer una barrera m¨¢s para nosotros¡±, declara. ¡°Se trata simplemente de que la ayuda, que es un instinto en las personas, se haga verbalmente¡±

Gomer, uno de los 189 perros gu¨ªa que acompa?an a personas ciegas en Catalu?a, lleg¨® a casa de Susi con 20 meses, en octubre de 2014, cuando Ozzy, su anterior lazarillo, se jubil¨®. Los perros pertenecen a la escuela de adiestramiento de la Fundaci¨®n ONCE del Perro Gu¨ªa pero, cuando dejan de prestar servicio, el usuario tiene derecho a qued¨¢rselo. ¡°Yo he tenido ya seis perros gu¨ªa y me los he ido quedando, pero a Ozzy ya no pude porque ya viv¨ªa sola y me paso el d¨ªa fuera. Pero estoy contenta porque se lo qued¨® una vecina y¡­ digamos que tenemos la custodia compartida¡±.

Tras unos 16 o 20 meses de adiestramiento, cuando un perro llega a su nueva casa necesita un tiempo de adaptaci¨®n. ¡°Entre seis meses y un a?o¡±, dice Susi. ¡°Viene de convivir con gente que ve y se tiene que hacer cargo de que yo no veo. Esa es una responsabilidad muy grande que toma en cuanto le pongo el arn¨¦s. Eso quiere decir que le toca trabajar, es decir, hacerse cargo de m¨ª¡±. Susi quiere dejar clara una cosa: ¡°Ojo, te acompa?a, pero lo llevas t¨². ?l conoce muchas rutas, pero no tiene un GPS. Cuando hago una ruta que no he hecho nunca, me escucha, lo oriento¡­ y a menudo me toca preguntar a la gente, claro¡±. Igualmente importante es no demostrarle inseguridad: ¡°Tu estado de ¨¢nimo es crucial, si te nota nerviosa ¨¦l tambi¨¦n se pone nervioso¡±.

La relaci¨®n entre persona y perro es estrech¨ªsima. ¡°No se acostumbra a estar sin m¨ª, y es una cosa rec¨ªproca¡±, asume Susi, que pasa la mayor parte del tiempo con Gomer. Sin embargo, con todas las capacidades que demuestran, tampoco son perfectos: ¡°A ver, son muy clasistas. Se paran a saludar solo a otros perros de su raza, pero si uno le hace gracia, se para y lo huele o lo saluda. ?Faltar¨ªa m¨¢s! No son perfectos, pero es que si lo fueran ya no ser¨ªan maravillosos¡±.