La ocurrencia de las provincias
La hora de la desescalada era el momento de iniciar la devoluci¨®n de lo confiscado: las competencias retiradas a las autonom¨ªas y los derechos a los ciudadanos. Y el gobierno sale con las provincias

La provincia como marco territorial de la desescalada asim¨¦trica. Esta ha sido la idea estrella del plan del gobierno camino de la ¡°nueva normalidad¡±, expresi¨®n que, dicho sea de paso, es otro ox¨ªmoron en el lenguaje pol¨ªtico para hacer compa?¨ªa a distancia social. ?Qu¨¦ pretende Pedro S¨¢nchez resucitando a una divisi¨®n administrativa que forma parte de las reliquias del pasado que nos dej¨® la transici¨®n? Las provincias figura genuina del Estado centralista eran, de la mano de los temibles gobernadores civiles, correa de transmisi¨®n del poder central. En el actual r¨¦gimen son marco de la distorsi¨®n del voto, en tanto que demarcaci¨®n electoral que premia a los electores de los territorios m¨¢s despoblados ?A qu¨¦ viene ahora dar relevancia a una organizaci¨®n territorial sin apenas perfil pol¨ªtico y con muy escasa significaci¨®n comunitaria, que a lo sumo puede ser un foco de poder clientelar? Forma parte de la cuota de decisiones caprichosas con las que de vez en cuando nos obsequia Pedro S¨¢nchez. ?Qu¨¦ utilidad pr¨¢ctica y qu¨¦ beneficio pol¨ªtico puede obtener el presidente con esta soluci¨®n imaginativa?
Basta leer un poco la prensa internacional para confirmar lo obvio: esta crisis ha pillado a todo el mundo por sorpresa y a los pol¨ªticos m¨¢s que nadie. Ning¨²n gobernante pod¨ªa imaginar en Navidades que alg¨²n d¨ªa le tocar¨ªa dar orden de confinamiento de su pa¨ªs. Por eso el juego de qui¨¦n lo ha hecho bien y qui¨¦n lo ha hecho mal me parece mezquino y, sin sentido. Los dirigentes pol¨ªticos de oposici¨®n que se lo permiten no dan la mejor imagen de s¨ª mismos: es muy ventajista decir yo lo habr¨ªa hecho mejor sabiendo que nunca se podr¨¢ demostrar puesto que el que gobernaba era otro. Y el ventajismo se convierte en pura obscenidad cuando se especula con los muertos. Todo el mundo ha gobernado a tientas, con dudas, aciertos y desaciertos (en muchos casos los mismos) y siguiendo consejos del mundo cient¨ªfico, que tambi¨¦n lleg¨® con el pie cambiado a este momento. ?Por qu¨¦ la opini¨®n p¨²blica castiga m¨¢s al presidente S¨¢nchez que a sus colegas europeos? La clave est¨¢ en la capacidad de transmitir autoridad, de generar empat¨ªa y confianza en la ciudadan¨ªa y de conseguir la complicidad de las dem¨¢s fuerzas pol¨ªticas. Y es en estas tres cosas ¨Cautoridad, comunicaci¨®n, di¨¢logo- que ha fallado el presidente.
La prudencia en la cr¨ªtica en una situaci¨®n de crisis no significa la ausencia de debate p¨²blico. Al contrario, es m¨¢s necesario que nunca para que la ciudadan¨ªa se sienta integrada en el conflicto y no simplemente tratada como ni?os que obedecen ¨®rdenes. Y ha brillado por su ausencia. Ahora S¨¢nchez puede empezar a pagarlo. Los que deber¨ªan garantizarle la mayor¨ªa para gobernar se sienten desconsiderados. La advertencia de Urkullu sobre el estado de alarma, la amenaza de no votarlo si no se devuelven las competencias retiradas, no es banal. Urkullu sabe como Esquerra y como otros potenciales socios del gobierno que es prioridad aguantar a este gobierno para que no venga el tripartito de la derecha nacional. Pero todos dudan de los planes de S¨¢nchez y la idea de las provincias no ayuda. ?Con las provincias S¨¢nchez vuelve a las andadas con un gui?o a la derecha? Basta leer la Faes, que es quien manda en casa de Casado, para saber que S¨¢nchez no puede esperar nada de la derecha: van a por ¨¦l, a toda m¨¢quina.
Montado en el estado de alarma, S¨¢nchez, opt¨® por el discurso patri¨®tico: unidad, guerra, ni ideolog¨ªas, ni territorios, el enemigo no distingue. Y dio por supuesto que los dem¨¢s se plegar¨ªan sin chistar. En vez de buscar complicidades, opt¨® por el ordeno y mando. En este sentido, es especialmente incomprensible la comparecencia de los s¨¢bados para explicar a la ciudadan¨ªa lo que el d¨ªa siguiente comunicar¨¢ a los presidentes auton¨®micos. As¨ª es dif¨ªcil ganar complicidades. La organizaci¨®n territorial del Estado descentralizado se estructura sobre las comunidades aut¨®nomos y sobre las ciudades, destinadas a ser cada d¨ªa un sujeto pol¨ªtico m¨¢s importante. ?Por qu¨¦ dar ahora protagonismo a la provincia? ?Para dar un pellizco a las autonom¨ªas rebeldes? La hora de la desescalada era el momento de iniciar la devoluci¨®n de lo confiscado: las competencias retiradas a las autonom¨ªas y los derechos a los ciudadanos. Y el gobierno sale con las provincias. Uno de los peligros de gobernar en excepci¨®n es que puede crear h¨¢bito.
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