El Palau de la M¨²sica se pone en solfa para reabrir
El equipamiento cultural restaura las esculturas del proscenio aprovechando el cierre por la pandemia, esperando poder reanudar las visitas al edificio en junio y los conciertos en julio
Cuando el 9 de febrero de 1908 se inaugur¨® el Palau de la M¨²sica de Barcelona, despu¨¦s de apenas dos a?os y medio de obras, estaba sin terminar. Por eso las fotograf¨ªas que se conservan de ese momento solo muestran la parte de la sala de m¨²sica, pero no el escenario. En el proscenio estaba a medio hacer el enorme grupo escult¨®rico realizado en piedra y hormig¨®n que encarg¨® el arquitecto del edificio, Llu¨ªs Dom¨¨nech i Montaner, a D¨ªdac Massana i Maj¨®. Y no lo pudo terminar, entre otras cosas, porque lo ten¨ªa que realizar en apenas dos meses; 60 d¨ªas en los que ten¨ªa tambi¨¦n que materializar otros encargos, como la decoraci¨®n de la Escalera de Honor que comunica la platea con el piso superior.
Tambi¨¦n por la complejidad de lo que se quer¨ªa representar: el enfrentamiento entre la m¨²sica popular representada por un sauce en que destaca el busto de Amselm Clav¨¦, fundador del movimiento coral catal¨¢n y un grupo de ninfas de Les flors de maig, en el lado izquierdo, y la m¨²sica culta e internacional en el lado derecho, representada por un busto de Beethoven, entre dos columnas d¨®rica, y las valquirias a caballo de Wagner; figuras de gran tama?o esculpidas como si quisieran salir de las paredes, invadir el arco central del escenario y, en definitiva, adquirir vida propia.
¡°Dom¨¨nech i Montaner presion¨® a Massana porque a ¨¦l lo presionaba Joaquim Cabot, presidente del Orfe¨® Catal¨¤, promotor del edificio¡±, explica Joan Oller, director general del Palau, que ha aprovechado el cierre de la sala durante la pandemia para limpiar y supervisar este enorme grupo escult¨®rico que consigue llamar la atenci¨®n de los visitantes a este edificio, Patrimonio de la Humanidad desde 1997, a pesar de que por fuera y por dentro es una especie de para¨ªso de las artes aplicadas en la que todos los artistas-artesanos buscaron la excelencia en sus trabajos.
Massana comenz¨® su trabajo a finales de 1907, haciendo sus modelos de yeso siguiendo las indicaciones de Dom¨¨nech que controlaba a los artistas que trabajaban a destajo. Cuando el edificio se abri¨® solo se hab¨ªan terminado el sauce, las columnas y el busto de Beethoven; pero nada m¨¢s. Para colmo, a comienzos de 1908 un robo en el taller destruy¨® los yesos preparatorios hecho por Massana para completar el conjunto. Massana se desvincul¨® del proyecto y el conjunto lo termin¨® Pau Gargallo.
Un mill¨®n de p¨¦rdidas
¡°Debe de ser de las pocas virtudes que ha tenido este virus¡±, prosigue Oller al otro lado del tel¨¦fono. Se refiere al hecho de que los trabajos estaban previstos para el verano de 2021. ¡°?bamos a cerrar durante seis semanas el verano pr¨®ximo para poder hacerlos y para cambiar tambi¨¦n la maquinaria de la escena, pero ahora solo haremos la limpieza de las esculturas y el resto lo dejaremos para m¨¢s adelante, porque necesitamos recuperar todo lo que se ha perdido econ¨®micamente estos meses¡±; unas p¨¦rdidas que se han calculado de alrededor de un mill¨®n de euros. ¡°Cada mes que est¨¢ cerrado el Palau deja de ingresar un mill¨®n de euros, pero es verdad que se han suprimido muchos gastos¡±. Entre ellos el de personal. La direcci¨®n del equipamiento present¨® un ERTE para sus 106 trabajadores una semana despu¨¦s de decretarse el estado de alarma que hizo que los ingresos, un 71% de sus 15 millones de presupuestos, se redujeran a cero de forma brusca al no poder vender entradas, ofrecer visitas y alquilar sus espacios. ¡°Todos volver¨¢n a sus puestos de forma progresiva una vez que se supere esta situaci¨®n¡±, explica quien lleva las riendas del Palau desde 2011.
Los trabajos, que se alargar¨¢n durante unas seis semanas, consisten en la eliminaci¨®n del polvo acumulado desde la ¨²ltima intervenci¨®n en 2008 que ha ido ennegreciendo la superficie y subsanar algunas grietas (como en una de las patas de un caballo). Se han podido ver con el an¨¢lisis de cerca que permite el haber colocado un enorme andamio de 13 metros de ancho y 14 de alto en el que cuatro operarios realizan una limpieza mec¨¢nica y con aspiradores que quitan el polvo adem¨¢s de soluciones hidroalcoh¨®licas; unos elementos que se han convertido en cotidianos estos d¨ªas y que devolver¨¢n al conjunto un aspecto m¨¢s blanco que el actual.
¡°Aprovechando el andamio tambi¨¦n se limpiar¨¢n los Pegasos, los dos caballos alados que flanquean las butacas del segundo piso y que se consideran que siempre han protegido el Palau, como en la Guerra Civil que impidieron que las bombas que cayeron por la zona no afectaran al edificio¡±, explica Oller que apunta que en estas labores cuentan con la colaboraci¨®n del bisnieto del arquitecto, Lluis Dom¨¦nech i Girbau. Los trabajos, de unos 60.000 euros de coste, se prev¨¦ tenerlos terminados a mitad de junio. Ser¨¢ en ese momento ¡°siempre que estemos en las fases de desconfinamiento que lo permita¡± cuando el Palau podr¨¢ reabrir.
Visitas al edificio en junio y conciertos kil¨®metro 0 en julio
¡°A mitad de junio comenzar¨¢n las visitas en las que se implementar¨¢n medidas como poder descargar las gu¨ªas en el m¨®vil se establecer¨¢n recorridos para evitar que la gente se cruce y se instalar¨¢n m¨¢quinas para detectar la temperatura de los visitantes y los aforos, adem¨¢s de alfombrillas para higienizar los zapatos y gel para las manos¡±, explica el director general del Palau, Joan Oller. Tambi¨¦n que ¡°se han cambiado los aparatos de aire acondicionado que hemos dotados de rayos ultravioletas y purificadores de ozono¡±.
En julio comenzar¨¢n los conciertos. ¡°Ser¨¢n un par por semana, con m¨²sicos locales, de kil¨®metro 0, pero buenos, en un primer momento con el aforo reducido a un tercio, durante la fase 2 y m¨¢s adelante, en la fase 3, a la mitad. No habr¨¢ programas de mano y se fomentar¨¢ la venta de entradas por internet¡±, prosigue.
Para el director general la restauraci¨®n del grupo escult¨®rico puede ser ¡°un reclamo para el p¨²blico local para volver a visitar el Palau. Hasta ahora el 10% de los visitantes [cerca de 200.000 al a?o]. Estamos trabajando en este sentido creando nuevas visitas que remarquen lo hist¨®rico, lo musical o lo arquitect¨®nico¡±.
Oller, optimista por car¨¢cter, no lo es tanto cuando se le pregunta por la posibilidad de recuperar los 17 millones que deben de devolver (ya hab¨ªan pagado 6 de los 23 que tienen que devolver) los tres condenados por el caso Palau, despu¨¦s de que el Supremo les ratificara la sentencia a finales de abril y confirmara la condena a CDC por cobrar comisiones ilegales. ¡°Seg¨²n los abogados la ejecuci¨®n de la sentencia no ser¨¢ ni f¨¢cil ni r¨¢pida; hay que embargar bienes y subastarlos. A corto plazo no podemos contar con ese dinero¡±, remacha Oller que dirige la nueva etapa del Palau con Mariona Carulla, presidenta de la Fundacion Orfe¨®-Palau de la M¨²sica.
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