La bioeconom¨ªa circular, parte de la soluci¨®n

Hace pocos d¨ªas la UE aprob¨® el Plan de Recuperaci¨®n Postcovid donde la transici¨®n ecol¨®gica tiene un papel determinante; el Gobierno espa?ol y el catal¨¢n anunciaron su plan situando la Agenda Verde como protagonista de esa recuperaci¨®n.

El actual contexto de cambio clim¨¢tico, el crecimiento de las zonas urbanas y las m¨¢s que previsibles limitaciones de agua limpia, alimentos, recursos naturales y energ¨ªa plantean un escenario que requiere un cambio de modelo. El modelo econ¨®mico globalizado, centrado en el planteamiento cl¨¢sico del crecimiento del PIB, tiende al colapso. La emergencia sanitaria provocada por la covid ha puesto en evidencia c¨®mo la naturaleza, sin estragos, se abre camino y mejora nuestro ecosistema. La pandemia en parte es consecuencia tambi¨¦n del propio sistema globalizado, que ha generado p¨¦rdida de biodiversidad, deforestaci¨®n y urbanizaci¨®n descontroladas, factores que junto al comercio sin control de animales salvajes son clave en la transmisi¨®n de nuevos virus de origen animal.

El par¨®n (relativo) de la econom¨ªa durante un tiempo inimaginable antes de esta crisis sanitaria y la evidencia de las necesidades b¨¢sicas ponen de relieve un nuevo paradigma econ¨®mico que supera las dicotom¨ªas entre econom¨ªa y ecolog¨ªa y entre mundo rural y urbano. Debemos apostar por un nuevo paradigma econ¨®mico, una bioeconom¨ªa circular, que ponga en valor la naturaleza y nuestros sistemas biol¨®gicos como fuente ¨²ltima de prosperidad econ¨®mica, salud y bienestar. Una bioeconom¨ªa que ponga en valor el inmenso potencial de nuestros montes y entorno natural, apueste claramente por la biodiversidad y al mismo tiempo ofrezca soluciones renovables para reemplazar los productos f¨®siles responsables del cambio clim¨¢tico.

Las buenas noticias son que los avances en ciencia y la tecnolog¨ªa en el ¨¢mbito de la ecolog¨ªa, la biolog¨ªa, la biotecnolog¨ªa, la ciencia de los materiales, las renovables y, c¨®mo no, del mundo digital hacen que sea factible y realista apostar ya por una bioeconom¨ªa circular que reconecte nuestra sociedad con la naturaleza.

La emergencia ha mostrado que hay que disponer de un sector primario fuerte, aut¨®nomo y sostenible para la provisi¨®n de alimentos, bienes y servicios esenciales. El sector forestal, junto al agrario y el pesquero, es una parte importante de la cadena de suministro de alimentos, de productos industriales y del suministro de biomasa para producir bioenerg¨ªa, as¨ª como aquellos productos basados en fibras de origen forestal como mascarillas, componentes de protecci¨®n, papel tis¨², etc. Este sector forestal, que ya sufri¨® severamente los efectos de la crisis en 2008, debe ser uno de los pilares del nuevo planteamiento econ¨®mico y territorial y requiere priorizaci¨®n.

A pesar de la necesidad de programas de est¨ªmulo para relanzar la econom¨ªa tras la crisis, algunos gobiernos consideran que los programas ambiciosos como el Green Deal dificultar¨¢n la recuperaci¨®n despu¨¦s de la crisis. Sin duda, apostar por este modelo, centr¨¢ndonos en opciones y soluciones ya consolidadas que se puedan empezar a implementar de manera inmediata, nos permitir¨ªa combinar la recuperaci¨®n econ¨®mica y el restablecimiento del empleo a trav¨¦s de inversiones enfocadas a la neutralidad del clima; poner en valor la naturaleza y la biodiversidad; poner en valor el territorio e incentivar la gesti¨®n y conservaci¨®n de las zonas rurales y forestales; potenciar una mejor adaptaci¨®n al cambio clim¨¢tico; mejorar la provisi¨®n equilibrada de bienes y servicios ambientales; favorecer el reequilibrio territorial y el desarrollo rural potenciando el uso de bioproductos locales. En definitiva hacer compatibles la sostenibilidad del sistema a trav¨¦s de la bioeconom¨ªa circular.

En esta bioeconom¨ªa la investigaci¨®n y el conocimiento deben tener un papel prioritario en la toma de decisiones. Necesitamos conocer los impactos del cambio clim¨¢tico, promover el uso de nuevos bioproductos de alto valor a?adido que reemplacen los productos f¨®siles y no renovables, etc. Hoy en d¨ªa, un ejemplo claro lo encontramos en la bioconstrucci¨®n con madera local, que debe permitir diversificar nuestro sector forestal, mejorar sensiblemente la huella de carbono en el ¨¢mbito de la construcci¨®n y la rehabilitaci¨®n y, a la vez, facilitar el incremento de superficie forestal gestionada de manera sostenible. Otros ejemplos con mucho potencial los podemos encontrar en el ¨¢mbito de la bioenerg¨ªa, el sector corchero, etc. Se trata pues de incentivar y promover el establecimiento de nuevos proyectos industriales para la producci¨®n sostenible de estos nuevos bioproductos de alto valor a?adido, incentivar la formaci¨®n y condiciones de los trabajadores forestales, al tiempo que incentivamos y ponemos en valor la provisi¨®n de servicios ecosist¨¦micos y el mantenimiento y mejora de nuestros paisajes, por ejemplo, mediante mecanismos de pago y compensaci¨®n por servicios ambientales.

Debemos hacer un paso decidido en todos estos planteamientos y abandonar las visiones a fuego lento, que ya no tienen sentido en el contexto actual.

Antoni Trasobares es director general del Centro de Ciencia y Tecnolog¨ªa Forestal de Catalunya.