La ni?a que se emocionaba con Col¨®n

La nieta de Antonio Torregrossa lleg¨® a Barcelona en 1986. Erika Torregrossa volvi¨® con 13 a?os al pa¨ªs que abandon¨® su abuelo, exiliado republicano. Abogado de profesi¨®n, en su nuevo hogar, Colombia, destac¨® como abogado sindicalista, hasta que lo asesinaron en 1955 al salir de un juicio en Bogot¨¢. Su nieta quer¨ªa ser abogada y explica que al entrar por primera vez en Barcelona, por la avenida Diagonal, al ver la facultad de Derecho de la Universidad de Barcelona (UB), se prometi¨® que all¨ª estudiar¨ªa la carrera, y que incluso llegar¨ªa a dar clases. Ambas cosas se hicieron realidad.

Erika Torregrossa (Bogot¨¢, Colombia, 1973), nieta e hija de abogados, es hoy asesora del Ministro de Inclusi¨®n, Seguridad Social y Migraciones, Jos¨¦ Luis Escriv¨¢. Militante socialista, ha formado parte en dos ocasiones de las listas municipales de Barcelona del PSC y una vez, en las del Senado. El suyo es un caso de ¨¦xito sin hacer ruido: es profesora de Criminolog¨ªa y Ejecuci¨®n Penal de la UB y tambi¨¦n imparte clases en la Universitat Oberta de Catalunya; ha sido presidenta de la Comisi¨®n de Justicia Penal e Internacional del Colegio de Abogados de Barcelona (ICAB) y ha asumido responsabilidades en la Direcci¨®n General de Servicios Penitenciaros de la Generalitat. Su implicaci¨®n pol¨ªtica, dice, es herencia de su madre, M¨¦lida Torregrossa, que ha sido una activa miembro del socialdem¨®crata Partido Liberal. ¡°La pol¨ªtica en casa era un factor de transformaci¨®n. Eso marc¨® mi grado de implicaci¨®n, tambi¨¦n ver c¨®mo a amigos de mis padres en la Uni¨®n Patri¨®tica fueran liquidados¡±. Centenares de representantes de la UP fueron asesinados en la d¨¦cada de los ochenta por el narcoterrorismo y las fuerzas paramilitares.

De las muchas experiencias por las que ha pasado, el ¨²nico recuerdo que hace llorar a Torregrossa durante la entrevista es el simbolismo que dio a la estatua de Crist¨®bal Col¨®n en su reci¨¦n estrenada juventud en Barcelona: ¡°Uno de los primeros monumentos que vi fue el de Col¨®n. Me emocionaba pensar que su dedo se?alaba hacia Am¨¦rica. Pese a este movimiento actual contra la estatua, a m¨ª me recordaba de d¨®nde ven¨ªa¡±. A Torregrossa la enviaron a vivir con unos parientes espa?oles a Cornell¨¤ de Llobregat. ¡°En Colombia, en los ochenta y noventa, ¨¦poca muy dura, muy violenta, quien ten¨ªa posibilidad, mandaba a los hijos a estudiar a Europa o a Estados Unidos¡±. En el colegio, el Roger de Ll¨²ria, asegura que era la ¨²nica ni?a extranjera: ¡°No solo lo era de la escuela, parec¨ªa que lo fuera de todo Cornell¨¤. La gente se acercaba para preguntarme de d¨®nde era¡±.

Un componente clave para una r¨¢pida integraci¨®n fue aprender el catal¨¢n. Habla con afecto de la profesora del Roger de Ll¨²ria que le ense?¨® el idioma, Emilia Puigvert. Torregrossa y su marido, Joaqu¨ªn, tienen dos hijas, a las que habla en catal¨¢n. Otros mentores de esta abogada que surgen durante la conversaci¨®n son Luis del Castillo Arag¨®n, quien fuera decano del ICAB, o I?aki Rivera, profesor de Derecho Penal de la UB. Rivera es de origen argentino, como muchos otros referentes acad¨¦micos y pol¨ªticos en Catalu?a. Torregrossa cree que Argentina y Chile mantienen una relaci¨®n m¨¢s estrecha con Espa?a en el plano acad¨¦mico e intelectual porque pusieron los cimientos los exiliados de la d¨¦cada de los setenta, huyendo de la dictadura militar argentina y del Chile de Augusto Pinochet. ¡°Era gente con muchas inquietudes y con experiencia de responsabilidad en instituciones¡±.

Desde el apartamento en el que resid¨ªa en Cornell¨¤, en una planta doce, Torregrossa pod¨ªa seguir las obras de las rondas que circunvalan Barcelona, tambi¨¦n las de la torre de comunicaciones del Tibidabo. Cuando lleg¨® a Barcelona, en los ochenta, eran escasos los referentes que ten¨ªan de la capital catalana ella y el resto de colombianos. ¡°La ciudad se pone en el mapa en 1992, a partir de los Juegos Ol¨ªmpicos¡±. Torregrossa vive hoy a caballo entre Madrid y Barcelona. Asegura que la variable fundamental para que un colombiano decida trasladarse a una de las dos ciudades es la presencia de familiares y allegados que le reciban. La rivalidad no es entre Madrid y Barcelona, afirma Torregrossa, el duelo para captar talento colombiano es entre Estados Unidos y Europa, entre el pa¨ªs de las oportunidades, pero tambi¨¦n de un individualismo que puede dejarte en la cuneta, y el continente del Estado del bienestar y de sociedades m¨¢s amables como Espa?a.