El polic¨ªa que multaba a los fruteros chinos
A juicio por estafa un agente de Santa Coloma de Gramenet degradado que sancionaba sin autorizaci¨®n a comercios
La temporada de juicios en la Audiencia de Barcelona arranca la semana que viene con el men¨² habitual. En sus salas amplias y mal ventiladas (mucho fr¨ªo en invierno, demasiada calor en verano) se deciden las penas m¨¢s severas. El primer plato del men¨² siempre es el dinero, y por eso llegan ante los magistrados incontables casos de estafas (a ancianos con patrimonio, entre empresas, piramidales) y decenas de asuntos de tr¨¢fico de drogas (del menudeo a la gran escala pasando por las asociaciones cann¨¢bicas). El segundo plato es el sexo y sus manifestaciones m¨¢s aberrantes, y ah¨ª se cuentan los juicios que cada semana se celebran sobre violaciones, redes de pederastia o los abusos del padrastro a la menor cuando la madre no est¨¢ en casa.
En ocasiones, y fuera de men¨², hay juicios que exploran otras pasiones humanas. Como el odio, y en particular el odio a los jefes, que tal vez movi¨® el ¨¢nimo de Francisco Javier S. S., un agente de polic¨ªa de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona).
Un cartel naranja con dibujos un poco toscos de racimos de uvas, de fresas y de br¨®coli da la bienvenida a Zhang: la fruter¨ªa, verduler¨ªa y ¡°super mercat¡± que esta familia china regenta en la avenida Francesc Maci¨¤ de Santa Coloma. La madre no habla demasiado castellano, as¨ª que cede la portavoc¨ªa a la hija, que s¨ª, que recuerda m¨¢s o menos lo que pas¨® a primera hora de la tarde del 19 de diciembre de 2016.
¡°Entr¨® y dijo que ten¨ªamos que pagar por ocupar la calle¡±, cuenta una v¨ªctima¡°Entr¨® y dijo que ten¨ªamos que pagar por ocupar la calle¡±, cuenta una v¨ªctima
¡°Entr¨® un se?or, dijo que era polic¨ªa y que ten¨ªamos que pagar porque ocup¨¢bamos parte de la acera o algo as¨ª, y que eso no pod¨ªa ser¡±, explica la joven, que prefiere que no figure su nombre. El polic¨ªa entreg¨® ¡°un papel¡± y los Zhang pagaron. Confirma su relato el del fiscal, que a?ade en su escrito de acusaci¨®n m¨¢s detalles: resulta que Javier S. S. les comunic¨® que el importe de la multa por ¡°ocupaci¨®n de la v¨ªa p¨²blica¡± era de 50 euros, pero que pod¨ªan disfrutar de une ¡°bonificaci¨®n por pronto pago¡± del 50%.
Los Zhang abonaron, en efectivo, los 25 euros que les pidi¨® el agente. No supieron, hasta m¨¢s tarde, que hab¨ªan sufrido una estafa porque el polic¨ªa en cuesti¨®n no ten¨ªa ninguna capacidad para cobrar ese tipo de multas sino que actu¨® por su cuento y riesgo, para sacarse un sobresueldo. Esa es al menos la tesis de la Fiscal¨ªa, que pide que sea condenado al pago de una multa de 1.800 euros por un delito leve continuado de estafa: la Audiencia de Barcelona juzga los cr¨ªmenes m¨¢s graves, pero tambi¨¦n juzga a los polic¨ªas que se sit¨²an fuera de la ley incluso por menor que sea su falta.
Seis meses antes, los jefes de Javier S. le hab¨ªan retirado el arma reglamentaria
Los Zhang fueron las ¨²ltimas v¨ªctimas del agente, que en ese mismo mes de diciembre de 2016 intent¨® cobrar multas otras dos veces, siempre en fruter¨ªas y siempre en locales regentados por extranjeros. En el primer caso, present¨® el bolet¨ªn oficial del Ayuntamiento de Santa Coloma con los 50 euros de multa, pero el propietario no pag¨®. En el segundo baj¨® su tarifa: habl¨® con la mujer del due?o, le explic¨® que no ten¨ªan autorizaci¨®n para ocupar la v¨ªa p¨²blica y consigui¨® 20 euros.
La conducta abusiva del agente tuvo su origen, seg¨²n el relato de la Fiscal¨ªa, unos meses antes. En junio, la jefatura de la polic¨ªa local le retir¨® su arma reglamentaria y le apart¨® de sus funciones. Los jefes le destinaron al apasionante servicio de ¡°notificaciones e informes¡±, en horario de 14 a 22 horas y vistiendo de paisano. El agente ¡°se atribuy¨® p¨²blicamente facultades sancionadoras de las que carec¨ªa¡± y estaf¨® a los propietarios mostrando ¡°su placa identificativa y la emisora port¨¢til policial¡±.
Consultado por este caso, el Ayuntamiento de Santa Coloma es m¨¢s parco en palabras que la madre Zhang. No ha querido explicar si es parte en el proceso penal ni si conoci¨® (y cu¨¢ndo) la conducta de su agente. Tampoco aclara el consistorio qu¨¦ motivo la retirada del arma reglamentaria del agente en 2016. El juicio, donde declarar¨¢n las v¨ªctimas, el agente implicado y sus jefes, tal vez despejen la inc¨®gnita.
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