El complejo pulso entre moral y ficci¨®n da a Pau Luque el premio Anagrama de ensayo
El pensador barcelon¨¦s recorre a la obra de Nick Cave, Nabokov, Murdoch y Haneke para armar ¡®Las cosas como son y otras fantas¨ªas¡¯
Son tiempos, en principio, de realidad pura y dura, supuestas certezas absolutas cimentadas en datos e im¨¢genes. Por ello, no deber¨ªa haber espacio ni para la incertidumbre ni la imperfecci¨®n, y menos para plantearse si el arte, y m¨¢s si se esconde tras formas supuestamente incorrectas, puede ser moralmente condenable. O quiz¨¢ no. Pues ese es el debate que entabla el ensayista barcelon¨¦s Pau Luque en Las cosas como son y otras fantas¨ªas, con la que el profesor de Filosof¨ªa del Derecho ha obtenido hoy en Barcelona los 8.000 euros con que est¨¢ dotado el 48? premio Anagrama de Ensayo.
Moral, imaginaci¨®n y arte narrativo es el subtitulo de la obra que se impuso entre los 116 originales recibidos de 16 pa¨ªses y que llegar¨¢ a las librer¨ªas el 23 de septiembre. En su propuesta, Luque (Barcelona, 1982) defiende que el universo moral s¨®lo se puede ensanchar aceptando, precisamente, los embates de lo que es dudoso, asumiendo la imaginaci¨®n m¨¢s punzante. ¡°El arte debe ser moralista en el sentido que debe explorar virtudes morales imperfectas, como la imaginaci¨®n, la nobleza, la amistad, la lealtad, la crueldad, la venganza o el poder¡±, recita el galardonado, que cree que esos ¨¢mbitos ¡°nos ayudan a saber m¨¢s de nuestras vidas que otras virtudes morales perfectas¡±, recitando entonces el bien o la justicia, que suelen conducir ¡°a callejones sin salida". Su ensayo, nacido de constatar la paradoja de que los cuentos de hadas para adultos ¡°ten¨ªan pretensiones morales siempre arm¨®nicas, pero en cambio no ten¨ªan inter¨¦s moral, no sab¨ªa qu¨¦ quer¨ªan decir con ello¡±, busca "las ense?anzas de las virtudes imperfectas, el arte moralista imperfeccionista¡±.
Para ello, el profesor de la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico (pa¨ªs en el que vive desde 2014), fil¨®sofo y notable lector y cin¨¦filo, recorre a un notable cat¨¢logo de obras moralmente inc¨®modas, como, entre otras, la m¨²sica del australiano Nick Cave, o, en lo literario, novelas como la turbadora Lolita, de Vladimir Nabokov, o la m¨¢s filos¨®fica El mar, el mar, de Iris Murdoch, con las obsesiones del retirado dramaturgo protagonista. Para Luque, colaborador de este diario, la ¨²nica manera de ensanchar el entendimiento de la vida, con su maldad y su bondad, est¨¢ en la duda que suele generar la creaci¨®n art¨ªstica. Y, am¨¦n de Shakespeare y Cervantes, tambi¨¦n lleva la reflexi¨®n al mundo del cine, con citas a la producci¨®n de Federico Fellini y fij¨¢ndose en escenas clave de dos filmes controvertidos como Irreversible, del argentino Gaspar No¨¦ (la venganza de dos j¨®venes por la violaci¨®n de una amiga), y La pianista, de Michael Haneke (basada en la novela de Elfriede Jelinek, con el impactante masoquismo de la protagonista).
La lecci¨®n de todas esas lecturas es que ¡°no hay moral sin desorden moral; eso es lo que define nuestras vidas morales¡±, sentencia. Y las exploraciones de esa moralidad tambi¨¦n las detecta en autores actuales como Irene Sol¨¤ o Luna Miguel. Con aquellas otras generaciones art¨ªsticas les unir¨ªa ¡°el imaginarse no la bondad, sino la maldad¡±. Esas miradas llevan tambi¨¦n a que esos artistas o pensadores queden relegados. ¡°Reverdece esa voluntad de expulsar a poetas y artistas de la polis, que es algo c¨ªclico¡±, asegura quien, como defend¨ªa uno de los fil¨®sofos que m¨¢s le influyeron, su tambi¨¦n profesor Paco Fern¨¢ndez Buey, ¡°la historia de las ideas es una noria: van reapareciendo; la moral no es est¨¢tica sino que es lineal¡±.
La exclusi¨®n de poetas y artistas tiene como corolario ¡°su papel menguante en los centros vitales de la polis, como los medios de comunicaci¨®n, donde hay una sobreexigencia de realidad y hechos, un desprestigio brutal de la imaginaci¨®n... Es una pena que no est¨¦n porque su visi¨®n es peculiar y muy distinta a lo de los cient¨ªficos¡±. Y es que son tiempos de, en su opini¨®n, exaltar en demas¨ªa todo lo que lleve la etiqueta de ¡°basado en hechos reales¡±. ¡°El prestigio de eso se contrapone a la literatura imaginativa; reivindico que la imaginaci¨®n tambi¨¦n sirve para hablar de la realidad, con circunvalaciones o met¨¢foras, si se quiere, pero con ella se llega a ¨¢ngulos morales que s¨®lo son alcanzables desde la imaginaci¨®n¡±. Y concluye: ¡°El enemigo de la imaginaci¨®n es siempre la mentira porque la imaginaci¨®n no lo es¡±.
Esa imaginaci¨®n como arma contra los clich¨¦s mis¨®ginos o las intenciones no siempre nobles que hay detr¨¢s de la empat¨ªa son otros hilos de Las cosas como son y otras fantas¨ªas de los que estira con valent¨ªa Luque, que hace dos a?os tuvo una notable repercusi¨®n con su ensayo La secesi¨®n en los dominios del lobo (Catarata) sobre los sucesos de octubre de 2017 en Catalu?a, episodio que bautiz¨® como ¡°golpe postmoderno¡± a partir de ¡°una estrategia de comunicaci¨®n basada en la hipertrofia del lenguaje pol¨ªtico¡±. Son tiempos estos de desorden moral notable, ¡°mayor que en otras ¨¦pocas¡±, admite. ¡°Es muy dif¨ªcil ser coherente moralmente ahora: est¨¢ muriendo una ¨¦poca y naciendo otra, con circunstancias pol¨ªticas muy concretas, como un notable cambio generacional¡±. ?Qu¨¦ moral se avecina, pues, tras estos tiempos de desorden moral? ¡°No s¨¦ qu¨¦ saldr¨¢ moralmente de todo esto; en Espa?a, no creo que vaya a haber una ruptura radical... Si de dan cambios, se dar¨¢n desde dentro del propio sistema pol¨ªtico, no desde fuera¡±.
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