La llegada de alumnos extranjeros a universidades catalanas cae hasta el 80%
Los campus aseguran que el desplome no tiene un efecto econ¨®mico, pero s¨ª afecta a la pluralidad de las aulas o a las expectativas y vivencias de los estudiantes
Las universidades catalanas se quedan este curso sin apenas alumnos extranjeros. El miedo y la incerteza creada por la covid-19, a?adido a las barreras levantadas por universidades y pa¨ªses ha desplomado hasta un 80% tanto la entrada como la salida de los estudiantes que quieren acogerse a un programa europeo como el Erasmus, o los intercambios con campus de otras comunidades u otros continentes. ¡°Es dif¨ªcil planificar cuando te cambian las reglas del juego de un d¨ªa para otro porque las restricc...
Las universidades catalanas se quedan este curso sin apenas alumnos extranjeros. El miedo y la incerteza creada por la covid-19, a?adido a las barreras levantadas por universidades y pa¨ªses ha desplomado hasta un 80% tanto la entrada como la salida de los estudiantes que quieren acogerse a un programa europeo como el Erasmus, o los intercambios con campus de otras comunidades u otros continentes. ¡°Es dif¨ªcil planificar cuando te cambian las reglas del juego de un d¨ªa para otro porque las restricciones de los pa¨ªses cambian muy r¨¢pido, y ello complica la gesti¨®n de los campus¡±, destaca Isabel Valverde, vicerrectora de Proyectos de internacionalizaci¨®n de la Universidad Pompeu Fabra (UPF).
Frederik Sch?fers lleg¨® hace poco m¨¢s de un mes desde Alemania para estudiar Econom¨ªa en la UPF. Eligi¨® Barcelona porque quer¨ªa mejorar su castellano (despu¨¦s de pasar nueve meses en Sudam¨¦rica) y el campus de la Ciutadella porque ¡°tiene profesores con buena reputaci¨®n y un programa de estudios muy interesante¡±, destaca. La decisi¨®n de realizar el Erasmus la tom¨® en Navidades, pero hasta llegar a Barcelona ha pasado un periplo: ¡°Hubo momentos de dudas y confusi¨®n, en varias ocasiones pens¨¦ en no venir. Al final la universidad me comunic¨® que el Erasmus se manten¨ªa. Las noticias no eran buenas, en Alemania se da una imagen muy mala de la situaci¨®n de Espa?a. Opt¨¦ por pedir consejo, pero contactar con la Pompeu en verano fue imposible porque estaba cerrada. Al final lo que me decidi¨® fue un pensamiento: en Alemania estar¨ªa preocupado por estar en contacto con mis padres, que son mayores y de riesgo. Aqu¨ª hay que ser cuidadoso, pero solo estoy en contacto con gente joven¡±, abunda Sch?fers. El joven ve accesorio el llegar en un momento poco ¨¢lgido a una ciudad como Barcelona. ¡°Si hubiera venido en otra ¨¦poca hubiera ido a fiestas, a la playa¡, pero no me importa, porque s¨ª estoy conociendo a gente de aqu¨ª y a otros erasmus¡±.
¡°No podemos poner un polic¨ªa detr¨¢s de cada estudiante¡±Isabel Valverde, vicerectora de la UPF
Catalu?a es la segunda comunidad que m¨¢s estudiantes recibe: 29.000 en el curso 2018-19 (los ¨²ltimos datos disponibles del Ministerio de Universidades), por detr¨¢s de Madrid, con pr¨¢cticamente la misma cifra. Adem¨¢s, es la tercera comunidad que m¨¢s alumnos env¨ªa a campus extranjeros, unos 7.900, por detr¨¢s de Madrid y Andaluc¨ªa. Por universidades, la Aut¨®noma es la que m¨¢s alumnos extranjeros recibe en el marco de programas de movilidad, entre ellos el Erasmus (3.963 en el curso 2018-19), seguida de la Universidad de Barcelona (2.117) y la UPF (1.886), seg¨²n el Idescat. En cuanto a los estudiantes enviados a campus extranjeros, los de la Universidad de Barcelona son los m¨¢s deciden marcharse (1.495), seguidos de los de la Aut¨®noma (1.328) y la Polit¨¦cnica (1.311).
Los datos facilitados por las universidades arrojan un panorama desolador en este inicio de curso. El campus de Bellaterra registra una ca¨ªda media del 45% de alumnos llegados en el marco de alguno de estos programas de movilidad y de un 33% de los que se marchan. ¡°Es un impacto muy fuerte¡±, resume M¨¤rius Mart¨ªnez, vicerrector de Relaciones Internacionales de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona (UAB). En la Universidad de Barcelona, la llegada de Erasmus se ha reducido un 57%, mientras que en la UPF y en la de Girona la presencia de alumnos extranjeros se ha desplomado un 70%, y en la Polit¨¦cnica, Tarragona y Lleida, la ca¨ªda inicial es del 80%.
En esta debacle influyen varios factores. ¡°Por un lado est¨¢ el panorama de incerteza creado por la covid, as¨ª que muchos alumnos prefieren anular o aplazar las estancias en otros pa¨ªses. Adem¨¢s, nos encontramos con que las universidades de destino est¨¢n aplicando restricciones y que incluso los pa¨ªses ponen dificultades o no dejan entrar a nuestros estudiantes porque consideran a Espa?a un pa¨ªs de riesgo¡±, abunda Mart¨ªnez. A ello se a?ade la crisis econ¨®mica generada por la pandemia, que tambi¨¦n empieza a hacer mella en las econom¨ªas de muchas familias, a?aden desde la Universidad de Lleida.
Con todo, a las universidades no les preocupa el efecto econ¨®mico que puede causar esta ca¨ªda en sus arcas porque aseguran que es inapreciable. ¡°En los Erasmus o en los intercambios bilaterales no ganamos ni perdemos nada porque cada estudiante paga la matr¨ªcula en la universidad de origen¡±, justifica el vicerrector de la UAB. Donde s¨ª se nota la merma econ¨®mica es en los programas no oficiales, como m¨¢steres o cursos propios de cada universidad, donde el estudiante extranjero s¨ª abona el importe en el campus de destino. En este ¨²ltimo caso, la Pompeu Fabra, por ejemplo, teme un golpe importante ya que el a?o pasado ten¨ªan un millar de alumnos en estos cursos.
Menos diversidad estudiantil
As
imismo, hay unos efectos colaterales, como la reducci¨®n de reservas de algunas residencias de estudiantes o en la diversidad en las aulas. ¡°Las clases pierden pluralidad porque tener un alumno extranjero es un valor a?adido, aporta una visi¨®n diferente que enriquece el grupo¡±, destaca Josep Maria Mart¨ª, coordinador de Relaciones internacionales de la UdL. Y tambi¨¦n tiene consecuencias para los alumnos. ¡°Para algunos es una experiencia frustrada y una oportunidad perdida para estudiar algo que les interesa¡±, lamenta la vicerrectora de la UPF. ¡°El Erasmus tambi¨¦n es una vivencia personal y una forma de conocer otra cultura, pero ahora las restricciones no hacen posible disfrutar ni de una ciudad inquieta como Barcelona o del contacto con otros estudiantes¡±, a?ade Mart¨ªnez.
¡°No me preocupa la falta de vida y de ocio nocturno. Lo peor es que no vamos a conocer a mucha gente¡±Alexandra Silva, estudiante portuguesa
Pero no para todos los estudiantes este detalle es primordial. ¡°No soy una chica de fiestas. No me preocupa la falta de vida y de ocio nocturno. Lo peor es que no vamos a conocer a mucha gente¡±, lamenta Alexandra Silva, que a principios de septiembre lleg¨® de Portugal para estudiar Turismo en la Aut¨®noma. ¡°La ciudad est¨¢ vac¨ªa, pero estamos viviendo una Barcelona que otros no han vivido o que no hubi¨¦ramos visto como turistas. El otro d¨ªa pudimos hacer fotos de la Sagrada Familia sin gente¡±, destaca la joven. A pesar de las dudas por la pandemia, la estudiante explica que su familia la anim¨® a hacer el Erasmus. ¡°Si vas a hacer clases da igual que sea en Portugal o Barcelona¡±, le dijeron sus padres. Y ella, adem¨¢s de conocer Barcelona y aprender espa?ol, ten¨ªa claro que no quer¨ªa perder el tren del Erasmus. ¡°Sab¨ªa que no iba a tener una oportunidad como esta en mi vida¡±, zanja.