Esquerra, la eterna bisagra
Los republicanos pueden tener la llave de dos posibles gobiernos: independentista o de izquierdas. Las dudas sobre su pol¨ªtica de alianzas expanden el nerviosismo
Entre las viejas costumbres que se han perdido en Catalu?a en los ¨²ltimos 10 a?os figura una anta?o muy apreciada, la de ordenar los resultados de los sondeos electorales en base al eje derecha-izquierda. Se echaba una ojeada al semic¨ªrculo con los quesitos de colores de tama?o proporcional a la previsi¨®n para cada partido y enseguida se captaba si los que sobrepasaban la mitad eran los de la derecha o los de la izquierda. Ahora no es as¨ª, ahora los gr¨¢ficos se hacen sobre el eje independentista-no independentista. Lo de antes parece que no cuente.
No es as¨ª, claro est¨¢. El otro eje sigue importando. En el sondeo de octubre del CEO sobre intenci¨®n de voto lo que salta a la vista es una mayor¨ªa independentista formada por tres partidos (ERC, JxCat y CUP). La suma de los tres da una horquilla de 72 a 75 esca?os, superior a la mayor¨ªa absoluta, que est¨¢ en 68. Continuidad asegurada, pues. Pero si los datos del sondeo se ordenan como se hac¨ªa antes de la subida de la fiebre independentista, es decir, en el eje izquierda-derecha, lo que el sondeo indica es una clara inclinaci¨®n del electorado hacia la izquierda. La suma de las cuatro fuerzas pol¨ªticas que se reclaman de la izquierda (ERC, PSC, Comunes y CUP) muestra una horquilla de 73 a 77 esca?os. Lo que, por otra parte, vienen indicando otros sondeos desde hace m¨¢s de un a?o.
No es f¨¢cil imaginar c¨®mo podr¨ªa cuajar una mayor¨ªa parlamentaria formada por estas izquierdas. Una mayor¨ªa que incluyera a los socialistas y a la CUP, por ejemplo, parece imposible, pues se trata de la misma CUP que en el Congreso de los Diputados descalifica un d¨ªa s¨ª y otro tambi¨¦n al Gobierno de coalici¨®n del PSOE y Podemos presidido por Pedro S¨¢nchez y a la fr¨¢gil mayor¨ªa multipartidaria que lo invisti¨®. La dificultad crece si a estas dos fuerzas hay que sumarles ERC y los Comunes de Ada Colau, los dos partidos que en 2019 fueron incapaces de negociar una mayor¨ªa en el Ayuntamiento de Barcelona.
La perspectiva de que las elecciones del 14 de febrero alumbren un Parlament con dos posibles mayor¨ªas diferentes es lo que provoca el nerviosismo que se ha apoderado de Junts per Catalunya. Esquerra Republicana se perfila como decisiva para inclinar la balanza poselectoral hacia una u otra opci¨®n a la hora de formar el nuevo gobierno. Ser¨¢ con mayor¨ªa independentista o con mayor¨ªa de izquierdas. Las dos a la vez no pueden ser. Si las matem¨¢ticas electorales son las que apuntan los sondeos, Oriol Junqueras y los suyos tendr¨¢n la llave de dos posibles gobiernos y deber¨¢n decidir qu¨¦ puerta abren.
No ser¨ªa la primera vez que esto sucede. Una situaci¨®n de este tipo ya se dio en 2003, cuando las elecciones al Parlament dieron la posibilidad de formar una mayor¨ªa de izquierdas con 72 esca?os, formada por PSC, ERC e ICV, y otra nacionalista, con 69 esca?os, formada por CiU y ERC. La llave, que entonces estaba en manos de Josep-Llu¨ªs Carod-Rovira, abri¨® la puerta al Gobierno de Pasqual Maragall. Es la misma llave que ahora parece estar a punto de caer en manos de Oriol Junqueras.
Pero este no es el ¨²nico antecedente hist¨®rico de ERC como partido bisagra. Las elecciones al Parlament de 1980, las primeras tras la dictadura, dieron tambi¨¦n una posible mayor¨ªa de izquierdas, integrada por el PSC, el PSUC y ERC, y otra de centroderecha, con CiU, UCD y ERC. Dirigidos por Heribert Barrera, los republicanos escogieron entonces sumarse a la mayor¨ªa de derechas. As¨ª empezaron los 23 a?os de pujolismo.
Por si todo esto fuera poco, Esquerra, la eterna bisagra, es tambi¨¦n el partido que en junio de 2019 hizo caer al primer gobierno de Pedro S¨¢nchez, a quien hab¨ªa apoyado en la moci¨®n de censura contra el conservador Mariano Rajoy, al negarle sus votos en el Congreso para aprobar los Presupuestos Generales de Espa?a. Pero es el mismo partido que poco despu¨¦s, en diciembre del mismo a?o, apoy¨® por segunda vez la investidura de S¨¢nchez, en esa ocasi¨®n en alianza con Podemos.
El nerviosismo de Junts per Catalunya se extiende entre los socialistas y los Comunes, porque aqu¨ª todo el mundo sabe sumar y restar, pero de lo que nadie est¨¢ seguro es de saber qu¨¦ decidir¨¢ Esquerra Republicana cuando tenga la llave del gobierno en la mano. Junqueras escribi¨® hace unos meses: ¡°Continuaremos, por lo tanto, con la pol¨ªtica de alianzas de los ¨²ltimos a?os¡± (Tornarem a v¨¨ncer, p¨¢gina 69). Es decir, la misma que lleva toda la legislatura a la gre?a.
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