Los 120 de la Historia de Catalu?a

La Historia se escribe y se explica mayormente desde la geopol¨ªtica, las estructuras sociales, el pensamiento econ¨®mico... ?Y d¨®nde queda el factor humano? O sea, ¡°aqu¨¦l que hizo mucho m¨¢s de lo que se pod¨ªa esperar de uno, el que cuya trayectoria explica de alg¨²n modo la historia de los que con ¨¦l convivieron y acabaron construyendo el lugar y el momento donde vivieron; porque la Historia la protagonizan todos, sin contar el lugar que ocupan en la sociedad¡±, perfila el catedr¨¢tico de historia medieval Josep Maria Salrach. ?l y sus colegas Joaquim Albareda, Margarida Casacuberta e Isabel Rod¨¤, dirigidos todos por el tambi¨¦n catedr¨¢tico de Historia Borja de Riquer, han rastreado esos personajes en la historia de Catalu?a para poder elaborar Vides catalanes que han fet Hist¨°ria (Edicions 62). El resultado: un mosaico de 2000 a?os a partir de 120 figuras, desde Jaume I, Rafael Casanova y Jaume Balmes a Manuel Girona, Pau Casals, Joan Mir¨® y Montserrat Caball¨¦, pero tambi¨¦n Eul¨¤lia, la adolescente rebelde que ser¨ªa santa y patrona, los futbolistas Samitier o Kubala, el escen¨®grafo Fabi¨¤ Puigserver y la agente literaria Carme Balcells, entre much¨ªsimos otros.

¡°La gracia es la lectura aleatoria¡±, invita de este modo De Riquer a encarar las mil p¨¢ginas de biograf¨ªas, resumidas cada una en apenas ocho, escritas con voluntad de estilo y claves interpretativas por m¨¢s de un centenar de expertos, en un volumen que recoge los ¨²ltimos escritos de los ya desaparecidos historiadores Hilari Raguer (sobre la figura del cardenal Vidal i Barraquer durante la Guerra Civil) y Antoni Moliner (que aborda al general Prim y al m¨¢s ignoto Tom¨¤s de Puig, un afrancesado catalanista).

As¨ª, fruto del azar y picoteando m¨¢s all¨¢ de los grandes nombres (los taimados ilergetes Ind¨ªbil y Mandonio, Gala Placidia, Wifredo el Velloso, Ausi¨¤s March, Rosa Sensat, Fabra, D¡¯Ors, Pla, Dal¨ª¡­), el lector que siga el m¨¦todo riqueriano se puede cruzar con Ferran Sor, guitarrista por antonomasia del XVIII, una composici¨®n del cual sirvi¨® para inaugurar el teatro Bolshoi de Mosc¨² en 1825 y nombre con el que el malogrado Ernest Lluch comprobaba si una tienda discogr¨¢fica era seria o no. Y tropezar luego con Lucio Licinio Secundus, tarraconense que acab¨® administrando en la Barcino del siglo I d.C. el patrimonio de su patr¨®n, con tal destreza que ¡°se levantaron al menos 24 estatuas en su honor, demostraci¨®n de que la romana era una sociedad clasista, pero tambi¨¦n con posibilidad de r¨¢pido ascenso social¡±, remarca Rod¨¤, que ha coordinado la parte de historia antigua.

El jurista Francesc Ametller tambi¨¦n rompi¨® moldes porque, siendo borb¨®nico, ¡°gracias a ¨¦l se salv¨® el derecho civil catal¨¢n despu¨¦s de 1714 y fue muy cr¨ªtico con la administraci¨®n altamente militarizada de Felipe V en Catalu?a¡±, recuerda Albareda, que, como responsable de la ¨¦poca moderna, destaca tambi¨¦n la figura no menos desconocida de Juliana Morell, monja dominicana del XVII, que dominaba seis lenguas, era doctora en Derecho y puede considerarse ¡°impulsora de un primer feminismo cristiano¡±.

El de Morell es de los relativamente escasos perfiles de mujeres que pueblan el volumen: son 23 en total, un 19% de los biografiados, cifras que, adem¨¢s, se maquillan gracias a la etapa contempor¨¢nea, que aporta 15. ¡°Es extremadamente dif¨ªcil encontrar documentaci¨®n y biograf¨ªas de mujeres de los siglos XII o XVI; mejora algo en el XIX y XX, pero la mujer tiene un papel subalterno y no hay suficiente investigaci¨®n desde la perspectiva de g¨¦nero¡±, enmarcan, al alim¨®n, De Riquer y Casacuberta, coordinadores de la etapa contempor¨¢nea, donde aflora mucha vida de saga familiar (los Vayreda, G¨¹ell, Pi i Sunyer, Rubi¨®¡­) , ¡°un signo de continuidad en un periodo de discontinuidad, con dos dictaduras sufridas¡±, recuerda la historiadora.

Gaziel ¡®independentista¡¯ y Maragall oculto

Las figuras del ¨¢mbito cultural y econ¨®mico predominan en el periodo m¨¢s cercano (que se cierra con Montserrat Roig, nacida en 1946), donde apenas asoman Juan Antonio Samaranch y Josep Benet. ¡°El corte estaba en que los que aparec¨ªan deb¨ªa estar muertos, no quer¨ªa a nadie vivo actualmente¡±, fija De Riquer, que recalca tanto la pluralidad de la obra y del periodo en concreto (¡°va de Frederica Montseny a Samaranch, o sea de la CNT al franquismo¡±) como la calificaci¨®n de ¡°indiscutibles¡± de los que est¨¢n (¡°Ramon Margalef es el cient¨ªfico catal¨¢n m¨¢s importante del XX, una figura mundial en Ecolog¨ªa; Irene Polo es la mejor reportera de la d¨¦cada de 1930 y Kubala revolucion¨® el Bar?a y si est¨¢ ¨¦l y no Cruyff es porque acab¨® m¨¢s catalanizado¡±, recita aplicando su f¨®rmula aleatoria).

Am¨¦n de huir de la entrada del diccionario, las biograf¨ªas tambi¨¦n intentan aportar novedades estrictas. En esa l¨ªnea, el director destaca el perfil del periodista Agust¨ª Calvet, Gaziel, donde, a trav¨¦s de una carta in¨¦dita a Jordi Rubi¨® i Balaguer, se desvela que, a pesar de haber apostado a?os por la convivencia con el resto de Espa?a, al final de su vida s¨®lo ve¨ªa como soluci¨®n ¡°el separatismo integral (¡­), pero como no creo en ¨¦l por imposible, me refugio en el separatismo plat¨®nico o mental¡±. Tambi¨¦n llama la atenci¨®n sobre la nueva mirada a Joan Maragall: ¡°Se han ocultado cosas de su vida¡±, dice, recordando que el texto habla de lecturas heterodoxas y er¨®ticas de su obra silenciadas, as¨ª como elogia el retrato de Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n, ¡°la mejor biograf¨ªa que he le¨ªdo nunca sobre ¨¦l¡±.

No aparecen figuras indiscutibles como Llull, Gaud¨ª, V¨ªctor Catal¨¤ o Tarradellas porque formaron parte ya de la Hist¨°ria mundial de Catalunya (2018), que tambi¨¦n coordin¨® Borja de Riquer y de la que Vides catalanes que han fet hist¨°ria no deja de ser una continuaci¨®n o complemento, con una tirada inicial de 10.000 ejemplares, espoleada por los casi 30.000 vendidos ya del primero: ¡°Los catalanes han le¨ªdo el doble que los franceses del t¨ªtulo equivalente en el que nos inspiramos¡±, apunta De Riquer. La causa, clara, seg¨²n el historiador. ¡°Se trata de alta divulgaci¨®n hist¨®rica bajo un formato atractivo que llega aqu¨ª en una coyuntura pol¨ªtica de notable sensibilidad por el pasado debido a los problemas del presente¡±. Historia, antes como ahora, siempre con nombres y apellidos.