Lo recordaremos, este planeta
El escritor siciliano Leonardo Sciascia quiso reposar escudado por un epitafio, que escogi¨® con mimo. Reza as¨ª en el cementerio de su pueblo natal, Racalmuto: ¡°Lo recordaremos, este planeta¡±
Desconozco si Juan Mars¨¦ sab¨ªa que compart¨ªa aniversario, el mismo d¨ªa del mismo mes, 8 de enero, con Leonardo Sciascia, el escritor siciliano de quien este mes se cumple el centenario de su nacimiento, en 1921. No s¨¦ tampoco si el barcelon¨¦s reposa bajo o tras una l¨¢pida con epitafio, solo que su recordatorio de funeral rezaba: ¡°Gracias y hasta luego¡±. Sciascia quiso reposar escudado por un epitafio, que escogi¨® con mimo. Reza as¨ª en el cementerio de su pueblo natal, Racalmuto: ¡°Ce ne ricorderemo, di questo pianeta¡± [¡±Lo recordaremos, este planeta¡±]. Pues s¨ª, Sciascia, s¨ª. Ni que lo digas.
Lo que parec¨ªa un enigma en 1989, cuando el escritor italiano muri¨® hace treinta y dos a?os (se cumplir¨¢n el 20 de noviembre, otra fecha resonante entre nosotros), lo parece menos hoy. Imagino a sus vecinos de Racamulto y a sus muchos lectores, estudiosos tambi¨¦n, visit¨¢ndole en el cementerio, sorprendidos algunos, ante el ¨²ltimo saludo de Sciascia para siempre desde entonces: ¡°Lo recordaremos, este planeta¡±. Y fabulo que el desconcierto de unos y otros habr¨¢ ido siendo menor cada d¨¦cada, incluso cada cinco a?os, hasta leerlo hoy como una anticipaci¨®n certera, acerada, fin¨ªsima.
Autor que jam¨¢s se va por las ramas, tampoco construye im¨¢genes sin fundamento. Es escueto y sobrio
El planeta. Vaya, hombre. El virus este de la pu?eta, planetario desde hace un a?o. El asesinato del clima y el paisaje que perpetramos con fruici¨®n planetaria y la correspondiente hipocres¨ªa convencida de sus derechos. Lo que comemos en cualquier parte del planeta, si es que tenemos la suerte de comer, que no puede decirlo todo el planeta, ni siquiera toda la calle donde vives. Lo que ganamos para sostenernos, que no tengo a mano la cifra de personas del mundo que no pueden en verdad decir ni que se ganen la vida ni que tengan un salario. La suerte que corres por todo el globo si eres mujer y de raza negra y otras razas vilipendiadas en tantos lugares, empezando por la (todav¨ªa) potencia mundial de Occidente y de la otra, nada sabemos. Como no quiero dejarme a nadie, cosa muy mal vista, conf¨ªo en ustedes y cuento con que entre todos sumemos todos los males del mundo, antes de saltar por la ventana.
Y antes de saltar, recuerden que Sciascia lo dej¨® escrito en futuro: ¡°Lo recordaremos, este planeta¡±. Hay futuro.
Igual se refiere en su epitafio al m¨¢s all¨¢, para seguir molestando a unos y a otros, los modernos y los mafiosos
No es que pensara la frase por las buenas y se quedara tan ancho. El autor de Sicilia como met¨¢fora y el caso Moro[disecciones justas y precisas, la primera de la extensi¨®n del modelo de la mafia siciliana por todo el planeta y, la segunda, sobre c¨®mo lleg¨® a morir el jefe de gobierno Aldo Moro secuestrado por las Brigadas Rojas] nunca se quedaba tan ancho. Hab¨ªa sido profesor de escuela elemental en su pueblo \[tras la guerra, de 1949 a 1957] y particip¨® arduamente en el debate colectivo en los papeles italianos durante d¨¦cadas. Quedarse tan fresco no iba en absoluto con el autor de El mar color de vino y Todo modo.
Escritor que jam¨¢s se va por las ramas, tampoco construye im¨¢genes sin fundamento. Es escueto y sobrio, descarnado y austero. ?Qu¨¦ quiso dejar dicho en piedra para toda la eternidad? A m¨ª me suena a advertencia f¨²nebre, que recordaremos el planeta como un mal asunto. Pero, a¨²n as¨ª, contiene un futuro. El mundo puede terminar como el rosario de la aurora, reventar, darse de morros consigo mismo, lo sabemos, vale. As¨ª pues, ?qui¨¦n lo recordar¨¢? Y si me apuran, ?desde d¨®nde recordaremos, los muertos, el planeta?
Sciascia no era un uf¨®logo precisamente. Libre y anticonformista, lucido y cr¨ªtico despiadado de su tiempo, fue un ilustrado del siglo XX y tambi¨¦n un hombre de acci¨®n pol¨ªtica. Pas¨® por casi todas las gradaciones de la izquierda italiana, que es mucha izquierda o as¨ª se ha querido ver a s¨ª misma durante d¨¦cadas hasta llegar a la nada actual: socialismo democr¨¢tico, marxismo moderado, radicalismo liberal, garantismo (algo espec¨ªficamente italiano) y socialdemocracia. Her¨¦tico, pues, lo fue un rato largo. Igual se refer¨ªa al M¨¢s All¨¢, para seguir molestando a unos y a otros, los modernos y los mafiosos.
Matteo Collura investig¨® la cosa a fondo y revolvi¨® los papeles familiares hasta dar con un escrito de su pu?o y letra, que lo cuenta y lo razona. Sciascia ha pensado varios epitafios pero finalmente decide ¡°hacerme escribir en la tumba una cosa menos personal y m¨¢s amena, esta frase de Villiers d¡¯Isle-Adam precisamente: ¡®Lo recordaremos, este planeta¡¯. Y con ella participo en la apuesta de Pascal [sobre la existencia de Dios] y advierto de que una cierta atenci¨®n esta tierra, esta vida, la merecen¡±. El futuro pasa por ah¨ª.
Merc¨¨ Ibarz es escritora y cr¨ªtica cultural
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.