La ¨²ltima pujolista
Montse Soler, que se hizo popular como presentadora de televisi¨®n, pide pol¨ªticos ¡°con carisma¡± como el ¡®expresident¡¯
Ni la confesi¨®n sobre la fortuna andorrana ni su posterior ca¨ªda del olimpo catalanista han derribado la fe de Montse Soler, tal vez la ¨²ltima pujolista. ¡°Es el pol¨ªtico m¨¢s grande que ha habido en Catalu?a, una figura internacional que luch¨® por nuestra cultura¡±, afirma. Salir en defensa de Pujol es algo que se ve poco, pero Soler matiza: ¡°Es un ladr¨®n al que tengo cari?o. En Espa?a ha habido mucha corrupci¨®n¡±, opina una mujer que, aunque pasen los a?os, sigue sin verle sentido al debate entre derechas e izquierdas: ¡°El d¨ªa que se deje de hablar de ese tema, avanzaremos como civilizaci¨®n¡±.
Soler tiene 38 a?os y echa de menos el medio que la hizo popular -Flaix TV, Arucitys- cuando a¨²n no ten¨ªa edad ni para votar: la televisi¨®n. A decir verdad, quiere volver. ¡°Me han pasado cosas terribles y fant¨¢sticas, podr¨ªa ser una gran comunicadora¡±. Dej¨® la peque?a pantalla tras sufrir un grave atropello (¡°se me parti¨® la pierna en tres trozos¡±) cuando volv¨ªa a casa del plat¨®. Durante la recuperaci¨®n, ley¨® ¡°las 4.000 p¨¢ginas¡± de la novela Shantaram, de Gregory David Roberts. Una epopeya: un tipo escapa de una prisi¨®n en Australia, llega a India y all¨ª vive mil aventuras. ¡°Me qued¨¦ tan pillada que me fui a hacer el mismo recorrido¡±, dice Soler, aunque se salt¨® la parte de la evasi¨®n, y no se olvid¨® de tomarse unas copas, como el protagonista, en el Leopold¡¯s de Mumbay. Al regresar a Barcelona, le dijo a Alfons Ar¨²s que ya no quer¨ªa seguir en la tele.
La pol¨ªtica, tal como est¨¢ concebida, no le interesa. Siente la desilusi¨®n de una generaci¨®n que cre¨ªa que pod¨ªa tenerlo todo y a la que los azotes de la historia (Gran Recesi¨®n, coronavirus) le han dado un ba?o de realidad. ¡°Crec¨ª escuchando a Aznar diciendo ¡®Espa?a va bien¡¯. Las familias compraban segundas residencias, ten¨ªan dos coches¡ Hasta que llegamos a la treintena y encontramos una crisis galopante. Cuando nos ha tocado despuntar profesionalmente, nos hemos encontrado un pa¨ªs desmontado¡±. Tampoco entiende que haya ¡°presos pol¨ªticos¡± o ¡°cantantes condenados a prisi¨®n o en el exilio¡±. ¡°No s¨¦ qui¨¦n manda realmente en Espa?a en el poder judicial¡±.
No aclara a qui¨¦n va a votar, pero no por prudencia ni malicia: es que no lo sabe a¨²n. Lo que busca, sin embargo, huele a peix al cove, a mesa de di¨¢logo: aromas de PDeCAT, tal vez de ERC. ¡°Votar¨¦ al que luche con u?as y dientes por traer lo m¨¢ximo a Catalu?a. Estamos infrafinanciados. En 2003 ya me dec¨ªan que tendr¨ªamos el corredor del Mediterr¨¢neo. Como catalana y ciudadana del mundo, me preocupan que El Prat no sea un hub internacional¡±. ¡°Y como emprendedora quiero ayudas¡±, a?ade Soler, que est¨¢ dando forma a su agencia de comunicaci¨®n.
Que se olviden la CUP y Junts: la independencia no es su prioridad; no, al menos, a cualquier precio. ¡°El nacionalismo forma parte de un sitio on¨ªrico. Soy catalana de Moi¨¤, de la Catalu?a interior, siento los colores¡ Pero las fronteras no me preocupan: me preocupa el dinero invertido en nuestro pa¨ªs¡±.
Pide pol¨ªticos con carisma, que ¡°no tengan miedo a tomar decisiones¡±. ?Como Pujol? S¨ª, como Pujol o Maragall, admite Soler, quiz¨¢ presa de la nostalgia de otra ¨¦poca, cuando con solo 15 a?os y 1,82 de estatura ya trabajaba como ¡°top model¡±. Lo dej¨® cuando le dijeron que ten¨ªa ¡°una talla m¨¢s de cadera de las que deb¨ªa¡±. Aterriz¨® en la televisi¨®n con gran estruendo. ¡°Era una cara fresca, revolucion¨¦ un poco la sociedad catalana¡±. Ojo: quiere volver a hacerlo.
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