El pazo del caudillo
Para recuperar el inmueble que Francisco Franco consigui¨® de manera fraudulenta, sus herederos ejercitar¨¢n todos los recursos procesales que les ofrece una legalidad democr¨¢tica que no se merecen
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En 1938 los prebostes franquistas coru?eses decidieron comprar el pazo de Meir¨¢s, perteneciente a los herederos de Emilia Pardo Baz¨¢n, ¡°para ser donado al General¨ªsimo de los ej¨¦rcitos y Jefe del Estado Nacional Excelent¨ªsimo Se?or Don Francisco Franco Bahamonde¡±. Para ello constituyeron una ¡°Junta pro-pazo del Caudillo¡±, cuyo presidente honorario era el gobernador civil, y que presid¨ªa efectivamente Pedro Barri¨¦ de la Maza, propietario del banco Pastor.
Al banco Pastor le dieron su nombre los descendientes de Jos¨¦ Pastor Taxonera. Muchos comerciantes catalanes, como los Pastor, y franceses, como los Barri¨¦, se hab¨ªan establecido en A Coru?a aprovechando los decretos de Carlos III de liberalizaci¨®n del comercio de ultramar desde ese puerto. Cuando el comercio trasatl¨¢ntico se hundi¨® por las guerras de Europa y de Am¨¦rica no fue infrecuente la diversificaci¨®n del negocio naviero incluyendo el corso y el tr¨¢fico de esclavos, generando grandes fortunas, y especialmente la de Barri¨¦. Un trenzado de relaciones endog¨¢micas de la floreciente oligarqu¨ªa local hizo posible que a lo largo del siglo XIX el antiguo negocio de los Pastor acabara siendo absorbido por la familia Barri¨¦. En 1936 Pedro Barri¨¦ de la Maza todav¨ªa conservaba el nombre de Pastor en su banco. Tambi¨¦n era propietario en A Coru?a de la F¨¢brica de gas y electricidad S.A. Exist¨ªa otra empresa del mismo sector, Electra Popular Coru?esa, fundada en 1932 por Jos¨¦ Mi?ones, empresario y diputado de Uni¨®n Republicana.
Sin m¨¢s acusaci¨®n que su adscripci¨®n pol¨ªtica, fue fusilado el 2 de diciembre de 1936. Todos sus bienes y empresas fueron expropiados. Electra Popular Coru?esa fue absorbida, gratuita y patri¨®ticamente, por la empresa el¨¦ctrica de Barri¨¦, dando lugar a la creaci¨®n de FENOSA, Fuerzas El¨¦ctricas del Noroeste S. A. El origen corsario y esclavista de la fortuna de Barri¨¦ no es especialmente honorable, pero este ¨²ltimo eslab¨®n de crimen y latrocinio impune es execrable. Por estos m¨¦ritos y por el importante apoyo econ¨®mico que Barri¨¦ dio a Franco, este le concedi¨® un t¨ªtulo aristocr¨¢tico ¡°por su generosidad impregnada de sentimiento cristiano¡±. El t¨ªtulo elegido fue el de conde de Fenosa, es decir, del acr¨®nimo de una sociedad an¨®nima, lo cual es ins¨®lito y grotesco, pero tambi¨¦n es cruel y siniestro, porque es el nombre de una empresa creada a partir de requisas y fusilamientos.
La junta de Barri¨¦ decidi¨® financiar la adquisici¨®n del Pazo con un cr¨¦dito obtenido de la banca local, cr¨¦dito que se amortizar¨ªa mediante una suscripci¨®n popular voluntaria entre los vecinos de la provincia. La recaudaci¨®n fue escandalosamente insuficiente. Entonces recurrieron a la suscripci¨®n forzosa, como las que se hac¨ªan para financiar las operaciones b¨¦licas. Pero segu¨ªa siendo insuficiente y decidieron disponer directamente de los fondos propios de los ayuntamientos, procediendo finalmente a la detracci¨®n forzosa de las n¨®minas de los funcionarios.
No consta escritura p¨²blica ni inscripci¨®n registral de la donaci¨®n hecha por la junta de Barri¨¦ a Franco en 1938. Por eso en 1941 se simul¨® una compraventa entre Franco, representado por Barri¨¦, y la vendedora, que ya hab¨ªa vendido a la junta dos a?os antes, y por un precio fingido que Franco no pag¨®. Con este tr¨¢mite fraudulento, consigui¨® la inscripci¨®n registral a su nombre. No acabaron aqu¨ª los fraudes y coacciones. Adem¨¢s, se ocuparon las fincas colindantes del pazo, exigiendo a sus propietarios que las vendieran a Franco por un precio simulado.
As¨ª disfrutaron del pazo como propietarios Franco y sus herederos. Ning¨²n gobierno democr¨¢tico inquiet¨® a estos, pese a las incesantes reivindicaciones c¨ªvicas. Pero en julio de 2019 la Abogac¨ªa del Estado, siendo ministra de Justicia Dolores Delgado, demand¨® a los herederos del dictador. Aleg¨® que el pazo pertenece al Estado porque durante m¨¢s de treinta a?os fue la segunda residencia oficial del Jefe del Estado, con el mismo uso institucional, mismo personal y recursos econ¨®micos que el palacio del Pardo, perteneciente al Patrimonio Nacional del Estado.
Un juzgado civil de A Coru?a, en septiembre de 2020, le dio la raz¨®n: el dictador solo fue un usuario institucional del pazo, nunca el propietario. Los herederos, obviamente, discrepan. Afirman que como el pazo fue de la jefatura del Estado, necesariamente fue propiedad de Franco, y ahora de ellos como herederos. La sentencia no es firme. Los herederos ejercitar¨¢n todos los recursos procesales que les ofrece una legalidad democr¨¢tica que no se merecen. Pero, m¨¢s all¨¢ de la incerteza del pleito, lo dram¨¢tico e indignante es qui¨¦n compr¨® el pazo, y c¨®mo. Fueron jerarcas y banqueros fascistas actuando manu militari, con recaudaciones e incautaciones coactivas, documentadas fraudulentamente. Fue un bot¨ªn de guerra.
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