Catalu?a, entre Renania y Padania
Ha sido una campa?a aciaga, con muy pocas propuestas de calado al margen del sonsonete recurrente de cada partido.
¡°El agua pura y cristalina del Po salvar¨¢ la Padania. Ha llegado el momento de la liberaci¨®n. La independencia est¨¢ cerca¡±. A mediados de setiembre de 1996 Umberto Bossi se fue de excursi¨®n a los Alpes occidentales y llen¨® una copa con agua en Pian del Re. A continuaci¨®n, emprendi¨® desde la fuente natal del r¨ªo una marcha triunfal siguiendo su curso hasta el Adri¨¢tico arropado por sus ac¨®litos. En Venecia proclam¨® su histri¨®nica Rep¨²blica Federal de Padania ofreciendo su ¡°vida, fortuna y sagrado honor¡±. El tambi¨¦n l¨ªder de la Liga Norte, Roberto Maroni, con el Va, pensiero ¡ªel canto de los jud¨ªos esclavos de Verdi¡ª de fondo exclam¨® ¡°empezaremos a trabajar desde hoy para lograr el reconocimiento de la Padania por parte de la comunidad internacional¡±.
En marzo de ese mismo a?o el entonces alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall, accedi¨® a la presidencia del Comit¨¦ de Regiones de la Uni¨®n Europea para los pr¨®ximos dos a?os. En diciembre Jordi Pujol dej¨® la suya al frente de la Asamblea de las Regiones Europeas tras cuatro en el cargo. El presidente de la Generalitat recurr¨ªa a menudo entonces como ejemplo de prosperidad a Baden-Wurtemberg, el land alem¨¢n con el que Catalu?a forma todav¨ªa hoy la associaci¨®n de cooperaci¨®n interregional ¡®Cuatro motores por Europa¡¯.
Un cuarto de siglo despu¨¦s Catalu?a ya conoce ambos sabores, presentes en la campa?a electoral que cerramos. Aunque durante quince d¨ªas los catalanes han estado m¨¢s pendientes del timbre de sus casas que del mensaje de los candidatos. M¨¢s atentos al continente (?que no me toque, que no me toque!), que al contenido que, por momentos, solo ha interesado a pol¨ªticos, opinadores y periodistas.
Ha sido una campa?a aciaga, con muy pocas propuestas de calado al margen del sonsonete recurrente de cada partido. Salvador Illa, el hombre diapas¨®n, ha tratado de que el conjunto de candidatos cogiera un tono pol¨ªtico sin estridencias, como ya se autoimpuso en el ministerio. Asumi¨¦ndose en cabeza no ha arriesgado promesas, ni desgranado propuesta territorial alguna, m¨¢s all¨¢ de proponer ¡°pasar p¨¢gina¡±.
Pere Aragon¨¨s ha continuado a lo suyo: amnist¨ªa y autodeterminaci¨®n. Se ha ofrecido como gestor de la Generalitat pero sin concretar un programa recordable. Al final ha traspapelado el manual de Lakoff ¡ªay, el miedo¡ª y explicitando lo evidente, el cord¨®n al PSC, ha comprado el marco mental de Laura Borr¨¤s. La candidata, torrista de pedigr¨ª, ha tirado de agit-prop ¡ª¡±cuando van contra Junts van contra Catalu?a, contra nuestros bomberos, contra nuestros forestales¡±¡ª y ha acaparado la atenci¨®n (cave, Puigdemont). Junto a ella su infanter¨ªa. La CUP se ha demostrado fiel a si misma: el mundo cambia, pero su discurso no se inmuta.
Alejandro Fern¨¢ndez se ha revelado como el mejor en las justas televisivas e incluso ha agradado a votantes contrarios, aunque su PP sigue a a?os luz (suspiro) del de Josep Piqu¨¦. A su lado, Carlos Carrizosa ha estado demasiado enfadado y pendiente del juego de los rivales, Illa/separatismo, y se ha dejado en el tintero un perfil m¨¢s propositivo. En cambio, cada una desde su terreno, J¨¦ssica Albiach y ?ngels Chac¨®n, han realizado campa?as ordenadas y han dejado intuir sus modelos p¨²blicos y concertados para Catalu?a, machacando unos pocos temas.
Ha quedado claro que el formato de debates televisivo es nefasto. ?Porqu¨¦ no una Commonwealth audiovisual para segmentar temas y candidatos en distintos debates y teles? Tambi¨¦n que a Catalu?a le urge una ley electoral y que Espa?a debe desanquilosar la propia. Asimismo, que los partidos deber¨¢n tejer una alianza com¨²n si quieren que el octavo pasajero que entrar¨¢ en el Parlamento a berrear y distorsionar no cause grandes estropicios en la sociedad y en la c¨¢mara.
El lunes tendremos dos certezas. Una, que gracias a los miles de catalanes que, a¨²n a rega?adientes, no se han puesto de perfil como otros muchos y formaran las mesas electorales, seguiremos siendo una democracia. (Gracias). La otra, que sabremos si en la nueva etapa Catalu?a (31.119 PIB per c¨¢pita en 2019) pondr¨¢ rumbo no ya a Baden-Wurtemberg (47.290), sino tan siquiera a algo m¨¢s factible como alguna Renania del Norte (39.678) o Palatinado (35.457). O si, por el contrario, nos aguardaran lunes al sol y una ma?ana veremos al nuevo inquilino del Palacio de la Generalitat llenando la cantimplora de agua en las fuentes del Llobregat antes de emprender la marcha a una nueva astracanada.
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