Hacia otra legislatura fallida
Viendo la composici¨®n de la mesa del Parlament, oyendo el discurso inaugural de su presidenta e imaginando los t¨¦rminos de la opaca negociaci¨®n entre Junts y ERC, la legislatura no pinta bien
Tras las elecciones municipales de 2019, la consejera de Presidencia, Meritxell Bud¨®, protagoniz¨® un momento estelar cuando tuvo la valent¨ªa de afirmar en rueda de prensa que el independentismo hab¨ªa ganado en Barcelona, con el argumento de que los 15 concejales de Esquerra y Junts eran m¨¢s que los 26 que sumaban los dem¨¢s grupos. Tras las elecciones auton¨®micas del pasado 14 de febrero, no hay que desafiar a la ciencia aritm¨¦tica para proclamar que el independentismo gan¨®, porque es verdad que los 74 diputados independentistas son m¨¢s que los 61 que suman los otros grupos. Tampoco hay que hacerlo si la unidad de medida es el porcentaje de votos: aunque se nutra de una fracci¨®n de voto extraparlamentario, el 51% obtenido por las formaciones independentistas es m¨¢s que el 49% obtenido por las dem¨¢s candidaturas. (Otra cosa ser¨ªa sostener que los 1,4 millones de votos obtenidos el 14-F son m¨¢s que los 2 millones de 2017, pero la verdad es que a d¨ªa de hoy ni Bud¨® ni ning¨²n estratega independentista ha formulado en p¨²blico tama?a ocurrencia).
Dicho esto, los ¨¢rboles de las cifras indiscutibles no deber¨ªan ocultar el bosque de las estrategias divergentes. Las negociaciones para formar gobierno entre ERC y Junts est¨¢n resultando muy complicadas, hasta el punto que el pasado viernes alg¨²n medio las consideraba ¡°encalladas¡±. A los que tenemos la afici¨®n de leer programas electorales la situaci¨®n no nos sorprende especialmente, porque las propuestas de ambos partidos para seguir el proc¨¦s (que ah¨ª es donde est¨¢ el bloqueo) se parecen tanto ¡ªcomo se dice en catal¨¢n¡ª como un huevo y una casta?a.
Dos ejemplos bastar¨¢n para ilustrar el dif¨ªcil encaje entre el planteamiento de unos y otros. El primero se refiere al papel del autodenominado Consell per la Rep¨²blica que preside Carles Puigdemont all¨¢ en Waterloo. En el programa de ERC aparecen todos los consejos posibles: el Consell Catal¨¤ de l¡¯Alimentaci¨®, el Consell Assessor de Dones del M¨®n Rural i Mar¨ªtim, el Consell Nacional de la Gent Gran, el Consell de Relacions Laborals, el Consell de Treball Econ¨°mic i Social, el Consell del Treball Aut¨°nom, el Consell de la Mancomunitat Cultural, el Consell de l¡¯Audiovisual de Catalunya, el Consell de la Informaci¨® de Catalunya i el Consell de Cooperaci¨®. El Consell per la Rep¨²blica simplemente no est¨¢. (A Esquerra le ha costado, pero finalmente ha verbalizado que el Consell tiene un ¡°sesgo partidista¡±). En cambio, el programa de Junts lo menciona hasta siete veces y propone nada m¨¢s y nada menos que aprobar una resoluci¨®n en el Parlamento para reconocerlo como ¡°Autoridad Nacional¡±.
Otro tanto sucede con la fallida declaraci¨®n de independencia del 27 de octubre de 2017. En el programa de ERC se mencionan tres declaraciones concretas: la de emergencia clim¨¢tica, la de Friburgo (sobre derechos culturales) y la de Palma (firmada por los consejeros de Cultura de Catalu?a, las Islas Baleares y la Comunidad Valenciana). La declaraci¨®n de 2017 no aparece, lo que vuelve a contrastar con la posici¨®n de Junts, que en su programa se compromete a que el Parlamento apruebe una resoluci¨®n para ratificar la ¡°vigencia¡± de la Declaraci¨®n de soberan¨ªa de 2013, la Declaraci¨®n de inicio del proceso de independencia de 2015 y la Declaraci¨®n de independencia de 2017.
Ambos ejemplos ilustran textualmente lo que ya es del dominio p¨²blico. Esquerra ha decidido pasar p¨¢gina a los Hechos de Octubre de 2017 (de la misma manera que en 1936 pas¨® p¨¢gina a la insurrecci¨®n de 1934), y a la vista de la grave crisis que asola Catalu?a lo que ofrece a sus electores es un ¡°compromiso para la reconstrucci¨®n¡±, sin renunciar por ello a su ambici¨®n independentista, que queda modulada por la necesidad de ¡°ser m¨¢s¡± y ¡°prepararse mejor¡±. En cambio, Junts sigue situando la independencia como objetivo prioritario de la acci¨®n de gobierno, en sinton¨ªa con una supuesta ¡°mayor¨ªa social¡± del pa¨ªs.
En realidad, ERC est¨¢ mucho m¨¢s cerca del extraparlamentario PDeCAT que del socio de gobierno que ha elegido para la XIII legislatura en detrimento de otros socios posibles. En su programa, el partido de ?ngels Chac¨®n reiteraba su fe en la independencia pero anunciaba que el reto de la nueva legislatura deb¨ªa ser ¡°gestionar el presente y gobernar bien¡±. Viendo la composici¨®n de la mesa del Parlamento, oyendo el discurso inaugural de su flamante presidenta e imaginando los t¨¦rminos de la opaca negociaci¨®n entre Junts y ERC que se desarrolla estos d¨ªas, el diagn¨®stico para la XIII legislatura se resume en tres palabras: no pinta bien.
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