Una muestra inmersiva ¡®entra¡¯ en los sensuales cuadros de Gustav Klimt
La propuesta del Centro de Artes Digitales Ideal relaciona al artista con Catalu?a y el feminismo
Se le conoce por El beso, una pintura cargada de sensualidad, que retrata una pareja enlazada en la intimidad. Gustav Klimt (1862-1918), enfant terrible del arte austriaco, escandaliz¨® con im¨¢genes abiertamente sexuales la sociedad vienesa entre los siglos XIX y XX. En 1897 fund¨® la Secesi¨®n Vienesa, movimiento de renovaci¨®n que rechazaba el arte acad¨¦mico oficial y sus obras, entre el Simbolismo y el Art Nouveau (el equivalente del Modernismo en Catalu?a) provocaban amor y odio a partes iguales. Nunca se cas¨®,...
Se le conoce por El beso, una pintura cargada de sensualidad, que retrata una pareja enlazada en la intimidad. Gustav Klimt (1862-1918), enfant terrible del arte austriaco, escandaliz¨® con im¨¢genes abiertamente sexuales la sociedad vienesa entre los siglos XIX y XX. En 1897 fund¨® la Secesi¨®n Vienesa, movimiento de renovaci¨®n que rechazaba el arte acad¨¦mico oficial y sus obras, entre el Simbolismo y el Art Nouveau (el equivalente del Modernismo en Catalu?a) provocaban amor y odio a partes iguales. Nunca se cas¨®, pero tuvo incontables mujeres e hijos y a su muerte se formalizaron 14 demandas de pensiones alimenticias.
Ahora la historia de Klimt, sus obras y sus mujeres llegan a Barcelona en forma de experiencia inmersiva de la mano del Centro de Artes Digitales Ideal. Tras la Barcelona en blanco y negro de los a?os 50 y 60, la nueva propuesta se plasma en la explosi¨®n de colores y los ornamentos dorados de inspiraci¨®n bizantina caracter¨ªsticos de Klimt. La proyecci¨®n inmersiva de 30 minutos, que ocupa la enorme sala central del Ideal, as¨ª como el v¨ªdeo en 3D (que se disfruta con visores individuales de realidad virtual), han sido realizados por Layers of Reality, en colaboraci¨®n con el estudio belga Exhibition Hub. Las dos producciones cuentan con un presupuesto cercano al mill¨®n de euros y se estrenan simult¨¢neamente en Bruselas y Barcelona.
La diferencia est¨¢ en el recorrido expositivo que arropa las piezas digitales. En Barcelona, el comisariado de la catalana Imma Fondevila y la austriaca Theresia Nickl relaciona Klimt con el naciente movimiento feminista y con Catalu?a. ¡°La muestra vincula en una videoinstalaci¨®n las obras de Klimt y las de Anglada Camarasa, artista modernista m¨¢s c¨¦lebre entonces que Casas o Nonell¡±, asegura Fondevila. Los dos artistas coincidieron dos veces: en 1904, en una muestra en la Secesi¨®n de Viena, y en 1911, en la Exposici¨®n Internacional de Bellas Artes de Roma donde compartieron el primer premio.
Nueva sala
¡°No tenemos pruebas documentales de que se conocieran, pero los puntos de contacto entre sus obras son evidentes: desde la riqueza crom¨¢tica y la saturaci¨®n del color hasta la pasi¨®n por la representaci¨®n de la mujer y los paisajes de ensue?o¡±, a?ade.
La relaci¨®n con el naciente movimiento feminista se aborda a partir de Emilie Fl?ge, una de sus compa?eras sentimentales m¨¢s duraderas (hay quien sostiene que fue la modelo de El beso junto al artista). Fl?ge, que regentaba una sastrer¨ªa con sus hermanas, fue una dise?adora y empresaria que encarn¨® el esp¨ªritu de modernizaci¨®n de la mujer en busca de su independencia. El discurso sigue en una sala dedicada a las mujeres catalanas y austriacas de la ¨¦poca que lucharon por participar en la sociedad, donde se exponen joyas, objetos, trajes y un retrato de Francesca Bonnemaison de Llu?sa Vidal, la pintora m¨¢s relevante del Modernismo catal¨¢n, fallecida de gripe espa?ola.
Con Klimt, el Ideal estrena nueva sala de 300 metros cuadrados, donde se presenta una instalaci¨®n del estudio barcelon¨¦s Broomx, que permite interactuar con las obras de Klimt en una pantalla gigante de 180?. Tambi¨¦n hay un mapping y una escultura anam¨®rfica, que descompone El beso en diferentes planos, de modo que cada visitante puede ver la imagen completa desde un punto determinado de la sala, que deber¨¢ hallar por s¨ª mismo. ¡°Inauguramos el centro en octubre de 2019 y seis meses despu¨¦s ya est¨¢bamos en confinamiento. Pero, pese a las restricciones, ya hemos recibido 200.000 visitantes¡±, apunta el director del centro Jordi Sellas, que destaca que se trata de una iniciativa totalmente privada.
En el cabar¨¦ del murci¨¦lago
Acompa?ando a la muestra de Klimt, los responsables del Centro de Artes Digitales Ideal han previsto actividades complementarias. ¡°Para las noches de los jueves hemos dise?ado una programaci¨®n m¨¢s experimental y ecl¨¦ctica, que toca distintas teclas, desde proyectos esc¨¦nicos hasta actuaciones musicales¡±, indica el director del centro, Jordi Sellas. Entre los participantes est¨¢n Alexandrae, el dueto formado por Elena Tarrats y Marc Vilajuana; Marta Cascales y Grauwi, con sus universos sonoros intimistas y minimalistas, y el grupo Delaf¨¦. Todas las actuaciones tienen lugar en un espacio dise?ado por Rafel Plana, inspirado en el Kabarett Fledermaus (Cabar¨¦ del Murci¨¦lago), un local inaugurado en Viena en 1907, con el cual colaboraron Klimt y otros artistas de la Secesi¨®n.