ERC y Junts vuelven a negociar sin alejar el riesgo de una repetici¨®n de las elecciones

La decisi¨®n de Esquerra de romper las negociaciones con Junts para reeditar la actual coalici¨®n y optar por un Ejecutivo en solitario en Catalu?a no ha liquidado el contacto entre ambas partes. Las conversaciones siguen, a todos los niveles, pese a que los republicanos insisten en que solo negociar¨¢n una investidura para antes del d¨ªa 26 y, posteriormente, dejan la puerta abierta para oficializar la coalici¨®n. Junts quiere seguir intentando un pacto de investidura. Aunque las dos partes se acusan mutuamente de querer forzar una repetici¨®n electoral, ambas saben que eso implicar¨ªa una gran derrota para el independentismo y pocas opciones de un vuelco a la aritm¨¦tica surgida de las elecciones del pasado 14 de febrero.

Los dos partidos se reunieron este martes, de manera telem¨¢tica, su primer encuentro formal despu¨¦s de que el pasado s¨¢bado ERC hiciera p¨²blica su intenci¨®n de intentar un gobierno en solitario. Las posiciones siguen enfrentadas: pese a que el secretario general de Junts, Jordi S¨¤nchez, dijo que su grupo votar¨ªa a Pere Aragon¨¨s si este cerraba un acuerdo con En Com¨² Podem y la CUP. Sin embargo ahora, la formaci¨®n del expresident Carles Puigdemont rebaja esa posibilidad e insiste en la necesidad de volver a la mesa de negociaci¨®n para cerrar un acuerdo global de investidura. ERC, por su parte, insiste en que esa pantalla ya ha pasado y pide a S¨¤nchez que cumpla su palabra. ¡°La mejor manera de evitar las elecciones es recuperar las negociaciones para hacer un acuerdo de investidura¡±, dec¨ªa el comunicado enviado por Junts tras el encuentro

Aunque dentro de la formaci¨®n de Puigdemont conviven distintas opiniones sobre c¨®mo se est¨¢n llevando las negociaciones y hay cr¨ªticas por no haber cerrado ya un acuerdo, la idea de ¡°regalar¡± los votos a Aragon¨¨s para que gobierne en solitario (aunque dejando la puerta abierta a entrar despu¨¦s al Ejecutivo) genera indignaci¨®n. Las conversaciones de ERC con En Com¨² Podem, que este martes continuaron con un segundo encuentro, son vistas en Junts como la certificaci¨®n de que los republicanos abandonan la idea de un Ejecutivo independentista.

Pese a que p¨²blicamente las dos formaciones ya se culpan mutuamente de querer provocar las nuevas elecciones, lo cierto es que en seno de los partidos preocupa la percepci¨®n de que su desencuentro puede generar en las filas de la ciudadan¨ªa independentista o que incluso, llegado el caso, se pudiera experimentar alg¨²n castigo en las urnas. La obtenci¨®n de un 52% de voto pro secesi¨®n en las elecciones de febrero es un hito que todas las partes ven necesario preservar.

Precisamente, seg¨²n ERC, el gran escollo para cerrar el acuerdo est¨¢ en c¨®mo abordar la hoja de ruta independentista en la legislatura. Ambas formaciones ve¨ªan en las pasadas elecciones cierta oportunidad refrendaria de sus propuestas y el resultado tan apretado (30.000 votos de diferencia) impidi¨® tener una lectura clara. Ambas partes coinciden en la necesidad de la existencia de un ¨®rgano de coordinaci¨®n del independentismo, pero los republicanos se niegan a que sea el Consell de la Rep¨²blica. Creen que de esa manera se trata de tutelar el liderazgo de Aragon¨¨s. En Junts niegan que se quiera intervenir, pero s¨ª defienden la idoneidad de la entidad que pilota Puigdemont desde Bruselas.

Junts acepta que ERC explore las posibilidades de la mesa de di¨¢logo que pact¨® con el PSOE, pero tambi¨¦n quieren que se puntualice qu¨¦ se har¨ªa en el caso de que fracase. Los republicanos, por su parte, no comparten la idea de que se supedite a esa coordinaci¨®n el d¨ªa a d¨ªa de las votaciones en el Congreso de los Diputados.

Si en m¨¢s de 80 d¨ªas no se han podido encajar esas diferencias ni tejer nuevas confianzas, es muy poco probable que en 15 d¨ªas haya una soluci¨®n m¨¢gica. O que el acuerdo sea veros¨ªmil para una ciudadan¨ªa independentista que ya ha visto como al final todo termina en cada formaci¨®n intentando imponer su relato. ¡°Pens¨¢bamos que hab¨ªan tocado fondo, pero no es as¨ª¡±, asegur¨® ayer la diputada de la CUP Laia Estrada. La anticapitalista record¨® que Junts y ERC perdieron 700.000 votos el 14-F. ¡°La gente no se lo merece. La gente sigue estando y si alguien ha fallado son los partidos. Las elecciones no son la soluci¨®n. Al contrario: generar¨¢ m¨¢s desencanto y desilusi¨®n¡±, a?adi¨®.

Los nuevos comicios, adem¨¢s de arriesgarse a un posible castigo ante la ciudadan¨ªa, no implicar¨ªan un gran cambio en la actual aritm¨¦tica del Parlament. Junts, de entrada, tiene muchas menos posibilidades de pacto con otras formaciones y ERC, que si las tiene, de poco le han servido.

Los ¡®comunes¡¯ aspiran a entrar en el Govern

La reuni¨®n entre ERC y En Com¨² Podem se sald¨® con la decisi¨®n de crear varios grupos de trabajo program¨¢ticos. Pese a ello, los comunes aseguran que no piensan dilatar las negociaciones y que si no pueden encararse en 48 horas, como vaticinaban al principio, el desenlace ser¨¢ en cuesti¨®n de pocos d¨ªas. Las dos formaciones, que mantienen buenas relaciones en el Ayuntamiento de Barcelona, abordan la negociaci¨®n desde prismas diferentes: ERC quiere gobernar en solitario mientras los comunes aspiran a entrar en el Govern donde no est¨¢n ¡ªal menos sus antecesores directos¡ª desde 2010.

En las filas de En Com¨² Podem insisten en que son incompatibles con Junts y que esa es su l¨ªnea roja, aunque est¨¢n dispuestos a asumir y aceptar cuatro votos de ese partido para investir a Aragon¨¨s. Su prioridad es aprovechar la ocasi¨®n que se les presenta para pasar p¨¢gina en la pol¨ªtica catalana y en la etapa del proc¨¦s. Tanto es as¨ª que no ven de entrada problemas en aceptar dos de los puntos claves del acuerdo de investidura entre ERC y la CUP. El texto define a esta legislatura como una de confrontaci¨®n con el Estado en el que plantean un nuevo ¡°embate¡± en forma preferentemente de refer¨¦ndum en 2023 si la mesa de di¨¢logo con el Gobierno no prospera y, adem¨¢s, plantea una mesa que plante cara al Tribunal Constitucional si tumba leyes sociales.