Ser catal¨¢n no es nada f¨¢cil
El influjo de la pol¨ªtica irlandesa, que ha irradiado durante un siglo largo sobre los movimientos nacionalistas de toda Europa, ha llevado al catalanismo de distinto pelaje a cometer muchos errores
¡°Sois los escoceses de Espa?a y quer¨¦is ser los irlandeses¡±, solt¨® un periodista ingl¨¦s en el Ateneu Barcelon¨¨s en los albores de la Primera Guerra Mundial cuando en la isla esmeralda crec¨ªa la demanda por la Home Rule. Por entonces, en Barcelona circulaba una ir¨®nica historieta sobre la relaci¨®n entre ¡°opresores¡± y ¡°oprimidos¡±. Un catal¨¢n explica a un extranjero la situaci¨®n pol¨ªtica en Catalu?a. Durante la perorata, pasan por una carretera. En la cuneta una brigada pica grava y suda vigilada por un capataz. ¡°?Ah! ¡ªexclama el extranjero¡ª. ?Estos ¡ªse?alando a los peones¡ª son los de la raza oprimida!¡±. ¡°No, no ¡ªresponde el otro¡ª estos son los de la opresora¡±. ¡°Entonces, ?la figura bien vestida qui¨¦n es?¡±. ¡°El de la raza oprimida¡±, afirma el catal¨¢n ante la estupefacci¨®n de su compa?ero.
Hoy una parte de la poblaci¨®n en Catalu?a quiere ser como los escoceses en el imperio brit¨¢nico, otros como los escoceses actuales y votar en un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n. A¨²n otros quieren ser como los irlandeses de comienzos de los a?os veinte o, directamente, los de los ochenta y ¡°tirarle de la cola al le¨®n¡±, como dijo Gerry Adams en sus memorias, Antes del Alba. Por eso se desprecia a un se?or que sopesa jugarse la presidencia y el Gobierno y va a arriesgar perder apoyos en su partido y votantes por tratar de encauzar un embrollo que crearon otros.
Por supuesto que, como ha expresado Jordi Cuixart, los indultos parciales ¡ªque en p¨²blico el independentismo no le agradecer¨¢ a Pedro S¨¢nchez¡ª no resolver¨¢n el conflicto, pero abren un camino. Como lo hizo el abrazo del presidente de ?mnium Cultural al ministro Miquel Iceta en la toma de posesi¨®n de Pere Aragon¨¨s. ?De otro modo, con la aritm¨¦tica parlamentaria y estado de tensi¨®n pol¨ªtica en Espa?a, como podr¨ªan los presos regresar con sus familias m¨¢s pronto que tarde?
Oriol Junqueras lamentaba, con raz¨®n, esta semana en Televisi¨® de Catalunya el poco tiempo que ha pasado con sus hijos en los ¨²ltimos tres a?os y medio. Lo mismo cabe suponer que sienten los dem¨¢s pol¨ªticos independentistas encarcelados por firmes que se mantengan p¨²blicamente. Pero resulta que, seg¨²n la presidenta de la Assemblea Nacional Catalana, Elisenda Paluzie, los indultos ¡°si llegan no ser¨¢n ning¨²n ¨¦xito¡± sino una ¡°decisi¨®n pol¨ªtica inteligente del gobierno espa?ol contra el independentismo¡± porque ¡°pol¨ªticamente nos desarman e internacionalmente son nefastos¡±, seg¨²n tuite¨® el jueves 27.
El influjo de la pol¨ªtica irlandesa, que ha irradiado durante un siglo largo sobre los movimientos nacionalistas de toda Europa e incluso de la India, ha llevado al catalanismo de distinto pelaje a cometer muchos errores. En este espejo, la ANC ha pasado de ser un grupo de presi¨®n que insuflaba alegr¨ªa en el camino a la Arcadia a estar m¨¢s cerca de ser uno que pretenda que Catalu?a tenga sus propios Bobby Sands.
A nuestros particulares irlandeses, la Generalitat les molesta porque la instituci¨®n de autogobierno rompe el esquema opresor/oprimido. Tambi¨¦n los Mossos d¡¯Esquadra. El catalanismo persigui¨® desde su aparici¨®n las competencias de orden p¨²blico y conseguidas estas ahora estorban porque tener enfrente a otros cuerpos de seguridad permitir¨ªa presentar de manera m¨¢s simple el esquema de lucha contra un ej¨¦rcito colonial.
El catalanismo ha clamado por tener un aeropuerto m¨¢s competitivo en Barcelona con conexiones internacionales y cuando, al fin, AENA propone ampliar El Prat y dar salida al agravio comparativo con Barajas tampoco eso place. Resulta que es un ardid del gobierno espa?ol para que se rechace y justificar una nueva inversi¨®n en Madrid. Y es que cuando uno quiere ser irland¨¦s todo aquello que sea complejo y salga del esquema maniqueo del blanco y el negro es un engorro. Est¨¢ bien claro que para algunos ¡ªtal como el escritor y cr¨ªtico musical Rossend Llates titul¨® sus memorias¡ª ?sser catal¨¤ no ¨¦s gens f¨¤cil.
En las ¨²ltimas semanas Jordi Llovet mostraba en un par de art¨ªculos en el Quadern de este diario su desaz¨®n por la impotencia de la raz¨®n frente a una parte de la ciudadan¨ªa (mal) iluminada. Sin grandes expectativas y, a la vez, sin olvidar que el antagonista puede albergar tambi¨¦n parte de certeza en sus argumentos, lo ¨²nico que estos intelectuales y articulistas no deben dejar de hacer, por responsabilidad, es persistir. Pero eso el profesor ya lo sabe.
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