Vicky Pe?a y Pablo Derqui, duelo m¨¢gico entre cenizas y fantasmas
Triunfa en el Romea la brillante adaptaci¨®n teatral de Pau Mir¨® y Mario Gas de Pedro P¨¢ramo, la emblem¨¢tica novela de Juan Rulfo
En su adaptaci¨®n teatral de Pedro P¨¢ramo, Pau Mir¨® y Mario Gas recrean la ¨¢rida e inquietante atm¨®sfera de la novela del escritor mexicano Juan Rulfo con tal acierto que tienes la sensaci¨®n de estar atravesando las calles de Comala, el pueblo donde se cruzan, entre cenizas, silencios y extra?as presencias, los personajes del relato, que no se sabe si est¨¢n vivos o muertos. Al instante, la demoledora fuerza po¨¦tica de las palabras y los gestos se adue?a del escenario: cosas del realismo m¨¢gico, y del talento de ...
En su adaptaci¨®n teatral de Pedro P¨¢ramo, Pau Mir¨® y Mario Gas recrean la ¨¢rida e inquietante atm¨®sfera de la novela del escritor mexicano Juan Rulfo con tal acierto que tienes la sensaci¨®n de estar atravesando las calles de Comala, el pueblo donde se cruzan, entre cenizas, silencios y extra?as presencias, los personajes del relato, que no se sabe si est¨¢n vivos o muertos. Al instante, la demoledora fuerza po¨¦tica de las palabras y los gestos se adue?a del escenario: cosas del realismo m¨¢gico, y del talento de Vicky Pe?a y Pablo Derqui, que dan vida a m¨¢s de una decena de personajes en un colosal tour de force.
Estrenado en octubre de 2020 en el Matadero de Madrid, el montaje de Pedro P¨¢ramo ha triunfado en el Romea tras los avatares de la pandemia ¨Dy a¨²n hay funciones hasta el 8 de agosto¨D en el marco del Grec Ciutat. El espect¨¢culo es una coproducci¨®n del Teatro Espa?ol, el Romea y el Festival Grec y conviene no perd¨¦rselo.
El dramaturgo catal¨¢n Pau Mir¨® supera cum laude el reto de reconstruir con mimbres teatrales el universo m¨¢gico de Pedro P¨¢ramo. Ha seleccionado y ordenado las escenas de una novela compleja y fantasiosa que transita entre el mundo de los vivos y el de los muertos. Sin la carga de los pasajes m¨¢s descriptivos, queda en pie una hora y cuarenta minutos de buen teatro bien apuntalado en los di¨¢logos: los hay memorables.
¡°Vine a Comala porque me dijeron que ac¨¢ viv¨ªa mi padre, un tal Pedro P¨¢ramo. Mi madre me lo dijo. Y yo le promet¨ª que vendr¨ªa a verlo en cuanto ella muriera¡±. En el comienzo memorable de la novela, Derqui habita, sin sobrecarga ni afectaci¨®n, el alma de Juan Preciado, que vuelve al pueblo de su padre, Pedro P¨¢ramo, un hombre de origen humilde que acab¨® convertido en el cacique de la aldea. As¨ª comienza un relato cuajado de leyendas e historias de violencia, pasi¨®n, abusos, corrupci¨®n y muerte.
Fino, preciso y ¨¢gil trabajo de Mario Gas en la direcci¨®n de actores, con ritmo bien medido entre los episodios que, entre incesantes avances y retrocesos en el tiempo, van desvelando las mil caras de Pedro P¨¢ramo -el rencor, el despotismo, la maldad, el abuso, la violencia-, que muestran a Juan Preciado la siniestra figura de su padre.
Siempre en escena, Pe?a y Derqui realizan un trabajo soberbio de precisi¨®n y caracterizaci¨®n de los m¨²ltiples personajes ¨DDo?a Eduviges, Damiana Cisneros, el Padre Renter¨ªa, el arriero Abundio y otras almas en pena¨D que se reparten sin soluci¨®n de continuidad. Les basta un cambio de voz, de actitud, de gesto ¨Do ponerse un sombrero o un pa?uelo¨D, para transmutarse en los seres que habitan entre la tierra caliente, las cenizas y las ruinas de Comala.
En el duelo actoral, Pe?a regala una variedad de registros, certeros y sutiles, y clava el perfil de cada papel con miradas, silencios, gestos y matices vocales imponentes. Derqui tambi¨¦n realiza un gran trabajo, con el retrato de Juan Preciado como mayor logro, aunque no logra limar ciertas asperezas en algunos cambios de voz en busca de tonos aguardentosos.
El vestuario de Antonio Belart, la m¨²sica original y el espacio sonoro ¨Den ocasiones un poco agresivo¨D de Orestes Gas, y la videoescena de ?lvaro Luna proporcionan el tono crepuscular y angustioso del relato.